Bilbao - La asociación el Huerto de Sanfran/Sanfraneko hiri ortua tiene entre sus objetivos hacer de la villa una ciudad más verde. “Luchamos por llenar Bilbao de huertos aprovechando todos los espacios púbicos o incluso patios vecinales”, explica Eli Bilbao, una técnica agraria que además es formadora de adultos y se ha involucrado en esta iniciativa a conciencia.

Donde antes había macetas o flores ahora hay quien planta lechugas o incluso limoneros. A veces en amplias terrazas pero puede que estos huertos urbanos asomen hasta en pequeños balcones.

Desde esta asociación de San Francisco quieren aprovechar todos los espacios públicos o incluso espacios particulares de comunidades. Realizan diferentes cursos de agricultura, charlas, reciben a las amamas y aitites de la residencia de San Francisco una vez por semana e incluso hacen jornadas de puertas abiertas con el único de fin de acercar la naturaleza a la urbe. “Tratamos de hacer una ciudad comestible, una ciudad verde”, reivindica.

Con esta filosofía un huerto florece en el patio del centro cívico de la plaza Corazón de María. “No tenemos un fin empresarial sino que se trata de que haya un contacto con los procesos de la naturaleza”, señala Eli.

Empezaron con este proyecto hace cinco años y aunque de manera activa hay un número reducido de personas que se encargan de mantener el huerto hay otras actividades entre las que se encuentran salidas con el asesoramiento de un botánico, intercambio de semillas, diferentes cursos, auzolanak o las jornadas con los aitites y amamas en las que participa mucha gente. Junto a ellos también otras personas que se encuentran en programas de inserción y reciben en este huerto urbano diferentes cursos.

Así en pleno centro de Bilbao se hacen plantaciones de temporada, igual que los baserritarras de las localidades más rurales, aunque a pequeña escala. “También preparamos nuestros semilleros e incluso nos dedicamos a los frutales aunque en macetas”, concreta.

El fruto de este trabajo es la satisfacción por encima de la recogida del producto aunque cuando sale una coliflor o una lechuga se la llevan a casa o por lo general los regalan. Una iniciativa que ya se practica en otras ciudades europeas como Oslo, por ejemplo, donde una fiesta muy importante invita una vez al año a todos los vecinos de la ciudad noruega a disfrutar de una comida con lo productos que han recogido en los huertos urbanos. - Olga Sáez