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Tan lejos y tan cerca a la vez

Los vecinos de la zona se muestran encantados con el acceso peatonal

Tan lejos y tan cerca a la vez

SANTUTXU y Miribilla siempre se han mirado de frente. Dos barrios tan cerca y tan lejos a la vez si se pretende hacer el recorrido a pie. Desde su inauguración en 1995, el viaducto de Miraflores que une Miribilla con Bolueta, Atxuri y Santutxu ha estado vetado a la circulación de bicicletas y peatones, lo que obligaba a dar un gran rodeo y atravesar el centro de la ciudad. La gente más intrépida saltaba la valla que corta el acceso a modo de atajo, pero la mayoría de los vecinos de uno y otro barrio no se libran de “dar un rodeo tremendo”, afirma Juliana Marín Arias, vecina de Santutxu, que ayer acogió con “mucha alegría” el proyecto del Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación de Bizkaia de construir una conexión peatonal entre ambos barrios. “Yo antes vivía en Miribilla y suelo ir mucho a visitar a los amigos, así que cuando se abran los nuevos accesos, el camino va a ser mucho más cómodo”, comenta Marín. “Me parece una noticia estupenda”, confirmaba Leonilde Arias, porque “los días de lluvia, sobre todo, ir hasta Miribilla desde Santutxu se hace muy pesado y siempre llegas calada”.

José Luis Urkijo y Jaione Madariaga caminaban, como cada día, por el entorno de Miraflores para dar una vueltilla y tomar un poco el aire que ayer a la tarde era bastante fresquito. “Ya era hora”, recibió esta pareja el plan de unir ambos barrios con un camino peatonal porque tal y como recuerdan “llevan años prometiendo la construcción del paseo peatonal y aún no se había hecho nada”. Urkijo y Madariaga tienen un hijo que vive en Miribilla por lo que conocen a la perfección el camino de ida y vuelta. “Bajamos desde Santutxu, atravesamos el Casco Viejo hasta Atxuri, pasamos el puente de San Antón y luego tenemos que subir la cuesta de Claudio Gallastegi”, un recorrido que les lleva completar media hora en el mejor de los casos. “Cuando acaben las obras del nuevo camino vamos a llegar en un periquete”, comenta Madariaga, satisfecha con que el proyecto finalmente haya salido del cajón.

Esta obra que mejorará considerablemente la movilidad entre Miribilla, Santutxu y Bolueta ha sido largamente esperada por sus cerca de 55.000 vecinos, ya que la Diputación de Bizkaia anunció ya en 2014 que Miraflores tendría un paseo peatonal. “Como se dice en estos casos, más vale tarde que nunca si la dicha es buena”, afirma Idoia Aizpurua, que reconoce que solo se acerca a Miribilla “cuando vamos al Pagasarri a dar una vuelta” porque suele hacer vida en Santutxu.

Cristina Otaola también saludó con entusiasmo la idea de conectar su barrio con Miribilla “porque cualquier cosa que se haga para mejorar la movilidad sostenible en la ciudad es positivo, tanto para la gente, como para el comercio o la hostelería de dos barrios que son prácticamente hermanos. Solo nos separa la ría y aun así estamos tan lejos”, señala Otaola con el impresionante arco de cincuenta metros de altura del viaducto de Miraflores de fondo. Ayer por la tarde un grupo de obreros trabajaba ya en el primer tramo que unirá la rotonda de Santutxu con el viaducto con una acera de metro y medio y dos metros de anchura, con la que el peatón ganará seguridad. “Esta es una zona con bastante tráfico por lo que entiendo que toda precaución es poca”, relata Otaola.