Isidro Elezgarai: “La chirenía es una virtud que tenemos desde que nacemos”
“La villa ha sido siempre una ciudad con magia tanto cuando llegó su declive como cuando vino el renacimiento de la ciudad”, reconoce Isidro Elezgarai
bilbao - “El botxo somos las personas, lo otro es un accidente que hemos construido”, sostiene con convencimiento, al tiempo que reconoce que en cine, teatro, librerías, arte, ópera o festivales estamos bien surtidos. “Hay de todo y para todos. Además, en una inmensa mayoría de manera gratuita. Cualquier inversión que se haga en cultura es en educación para la gente. Me parece muy importante”, subraya con satisfacción Elezgarai.
¿Se puede seguir siendo chirene en un Bilbao posmoderno y bastante gentrificado?
-Sí. La chirenía es una virtud que tenemos desde que nacemos y la modernidad no va a acabar con ella. Porque la modernidad se adapta a lo chirene. Al final, para nosotros el Guggenheim es el Puppy, el perro que tenemos a la entrada. Eso es ser chirene.
Nací cerca, pero no en el mismísimo Bilbao. ¿El consejo de los 99 ya Ilustres de Bilbao, me dejarán ser bilbaina? ¿Cómo de acogedora es la gente de la villa?
-Somos una gente muy acogedora y así lo indican los estudios. Acogedora con los visitantes que nos gustan que consuman y gasten y vengan a conocer Bilbao. Y también acogedora con los que vienen de escenarios de auténtica miseria, guerras y desolación. En ambos casos somos una sociedad hospitalaria.
¿Qué quitaría o borraría de Bilbao porque lo afea o hace desmerecer?
-No me gustan nada esas pintadas y grafitis que están apareciendo en un montón de lonjas de todos los barrios de Bilbao. Creo que es ensuciar la ciudad. Tenemos un metro que cuando viene alguna persona metropolitana de cualquier lugar del mundo alucina por su limpieza. Está limpio, radiante, sin ralladuras, sin pinturas es algo que no se ha conseguido en ningún otra ciudad del mundo. Eso se logró porque el suburbano se hizo desde el respeto; el metro se ha convertido en un símbolo de todos los vizcainos.
Podría parecernos imposible, pero ¿qué le faltaría a nuestra villa para mejorar? ¿Y en concreto en los ámbitos de cultura, cine, arte o de recobrar tradiciones?
-No creo que le falte nada. Pienso que todas las cosas evolucionan a mejor. Bilbao tiene que ser una gran ciudad de acogida, de respeto al diferente, una ciudad donde prime la dignidad en las empresas, en las instituciones, en las escuelas. Una ciudad en la que la inversión en la educación en la infancia sea la base para crear una ciudad de cambio más humanista de lo que es, que lo es.
¿Qué le diría a un visitante para convencerle de que venga a Bilbao?
-Que Bilbao, Nueva York, París, Roma y Londres son el asombro de los hombres y de las mujeres.