Armando el belén
La feria navideña de Bilbao en El Arenal fue una buena excusa para hacer compras tradicionales y disfrutar del día festivo
JORNADA de asueto, día con temperatura agradable y ocasión perfecta para adelantar algunas compras navideñas. Una buena fórmula que ayer combinaron miles de bilbainos y turistas para disfrutar, sobre todo por la mañana, de un paseo por El Arenal, centro neurálgico de esparcimiento local por antonomasia.
Así lo pensaron Javi, Sheila, Daniela y Aitor, dos parejas que tuvieron como objetivo de la quedada de amigos la X Feria Belenista de Bilbao ubicada al lado de la iglesia de San Nicolás, precisamente el santo en que se inspira la tradición de Santa Claus o Papá Noel.
Daniela Salguero que lleva a su hijo Adrián en la silla bien abrigado cree que este tipo de ferias son adecuadas porque “poner estos puestos sirven para potenciar la ciudad y dinamizarla”. Razón no le falta porque el apelotonamiento ante alguna de las casetas es evidente.
Otra cosa es el coste de los variados productos a la venta, la mayoría de ellos al margen de figuritas y motivos del belén, perfectos para cumplir con la obligación del regalo navideño. Su amiga Sheila Roca considera que “comparados con los que hay en las tiendas, igual son un poco caros, pero también hay que tener en cuenta que son productos especiales, que vienen de otras zonas y son artesanales”, justifica mientras le mira su pareja, Javi Calvo. Él considera que “es una buen manera de pasar la mañana, en vez de salir a tomar varios potes, pues tomas menos y ves cosas diferentes en la feria”. Para el padre de Adrián, el escenario es agradable “pero lo cierto es que estamos saturados de tiendas y comercios en estas fechas”, reflexiona. Mientras las dos familias pasean entre las casetas que estarán abiertas hasta el domingo se ve llegar por el puente de El Arenal una manifestación en favor de la república vasca que acaba justo ante la iglesia de San Nicolás. Las proclamas políticas lanzadas desde el escenario maridan sin problemas con la música navideña ambiental y las exclamaciones infantiles ante las figuras símbolo de regalos en ciernes.
Bien lo sabe Bea Peña, la responsable del puesto de la Asociación Belenista Santos Justo y Pastor. “Los peques son los que más se entusiasman, sobre todo cuando ven a Olen-tzero, aunque también hay que decir que es la figura por la que más preguntan los turistas”, explica detrás de una variopinta muestra de motivos belenistas de diferentes tamaños y procedencias geográficas. A Bea le toca despachar todo el puente, que “es cuando más clientes tenemos”, confiesa a la vez que les anima “no solo a mirar, también a comprar porque son una figuras y ambientaciones de calidad”.
Dejamos a la joven atendiendo a una familia prendada de unos orondos Reyes Magos para comprobar que con la hora del vermú la asistencia se multiplica. Curiosos y compradores se mezclan con los manifestantes ya desperdigados tras concluir el acto, alguno de los cuales no quiere perder la ocasión, curiosamente, de posar delante del particular photocall habilitado por la feria, con la Virgen, San José y el niño Jesús como protagonistas. Una cosa no quita la otra.