ARANTZA Uranga era una joven odontóloga con un brillante futuro por delante cuando, hace 18 años, sufrió un accidente de tráfico que le “cambió la vida”, afirma con una entereza digna de admiración. Afectada de Daño Cerebral Adquirido, perdió la movilidad y gran parte de una facultad del intelecto tan básica como la comprensión lectora. “Me encantaba leer, pero me costaba mucho hacerlo tras el accidente”, confiesa hoy en día, que ha recuperado gran parte de esa capacidad y de la movilidad. Y lo ha conseguido gracias a su tesón y a iniciativas como las que lleva desarrollando desde hace años Lectura Fácil Euskadi-Irakurketa Erraza, una entidad compuesta por un grupo de profesionales que se dedica a “acercar la lectura en todas sus vertientes a personas con dificultades lectoras”. Así lo explica Blanca Mata, una de sus creadoras y también artífice del primer Plan de Lectura Fácil que el Ayuntamiento de Bilbao puso en marcha el año pasado con el objetivo de “hacer más accesible al ciudadano la información municipal, administrativa”. Desde entonces ya son más de medio centenar de documentos “de especial impacto o relevancia para la ciudadanía disponibles en formato de lectura fácil”. De esa “traducción” a un lenguaje simple y llano se benefician personas como Arantza o Amaia Gorostizaga, una joven con discapacidad intelectual que está preparando unas oposiciones a la Diputación Foral de Bizkaia, cuyo temario ha sido adaptado por Lectura Fácil Euskadi.

Tanto Arantza como Amaia han sentido desde que eran niñas una gran pasión por la lectura. Sin embargo, circunstancias sobrevenidas o de nacimiento han impedido que puedan disfrutar plenamente de su hobby. A pesar de ello, las dos han intentado suplir sus carencias mediante los diferentes clubes de lectura que hay en nuestro territorio. Amaia, por ejemplo, se apuntó en cuanto tuvo conocimiento de que existía en el club de lectura fácil de la Fundación Síndrome de Down del País Vasco, de la que es usuaria. “Participé en las primeras sesiones que hicimos en La Alhóndiga”, recuerda orgullosa. Después ha seguido cultivando su afición en los talleres de lectura que imparte Blanca Mata en las bibliotecas y en centros del Ayuntamiento de la capital vizcaina. Entre libro y libro de cuentos o narrativa, Amaia saca tiempo para preparar unas oposiciones a subalterna de auxiliar de oficina que ha lanzado la Diputación vizcaina. “El temario está adaptado a mi compresión”, comenta Amaia, “y eso me está sirviendo de mucho”, ya que es consciente de que “si no estuvieran hechos los textos en lectura fácil me costaría más entender”.

Clubes de Lectura A Arantza le pasó algo parecido, aunque reconoce que su exigencia es mayor porque “yo tengo el listón muy alto”. Eso hace que le pueda causar una pequeña frustración al ser la progresión muy lenta. “Arantza tiene la referencia de lo que ella podía hacer”, señala Blanca, la especialista en lectura fácil. Aun así, no ceja en su empeño desde que se inició en los clubes de lectura en Aita Menni, el grupo sanitario especializado, entre otras especialidades, en enfermedades neurodegenerativas. Allí fue adquiriendo a lo largo de los años la suficiente movilidad como para poder vivir en un piso compartido de Fekoor, la federación de personas con discapacidad física u orgánica de Bizkaia. Al igual que Amaia, se apuntó en los talleres municipales de lectura en cuanto tuvo conocimiento de que existían. Blanca Mata explica en este sentido que “antes de poner en marcha este plan, el Ayuntamiento de Bilbao ya introdujo la lectura fácil en la red de bibliotecas municipales”. Se crearon clubes de lectura para “colectivos que tienen dificultades”. Blanca se refiere a “personas inmigrantes, con discapacidad intelectual, con trastornos de aprendizaje, autistas y personas mayores”. Desde la entidad que forma parte Blanca, “nosotros calculamos que un 30% de la población tiene dificultades lectoras”. En base a esa premisa comenzaron a trabajar en el campo de la literatura, con libros. “Pero nos dimos cuenta”, dice la experta “de que la lectura es una herramienta de accesibilidad en la información, de hacer la información administrativa más accesible al ciudadano; me refiero a aplicar la lectura fácil a un folleto, a una carta o a una normativa”. Blanca insiste en que el plan de lectura fácil trata de “hacer accesible los documentos a ese 30% con dificultades que hemos hablado, pero hay que decir que yo, que tengo una carrera universitaria, cuando me llega una carta de la administración, de la judicatura o de Hacienda, no la entiendo”. Con eso quiere decir que “la lectura fácil se basa en un lenguaje claro para hacer accesible la información a todas las personas”.

Documentos El Plan de Lectura Fácil del Ayuntamiento de Bilbao arrancó en 2017 y tiene una duración de tres años. Hasta el momento ya se han adaptado 57 documentos, entre ellos todas las cartas relacionadas con violencia de género, ayuda a domicilio o las de autorizaciones urbanísticas para la apertura de negocio o actividad. También se han “traducido” otros documentos como el programa de fiestas de Aste Nagusia o los folletos informativos sobre las colonias municipales. Toda la documentación municipal que cumple con los requisitos de lectura fácil incorpora un sello que lo acredita, tanto si está escrito en euskera como en castellano. Este Plan de Lectura Fácil fue elegido recientemente por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) como modelo de buenas prácticas ante las diferentes administraciones locales. Y tanto es así que el Consistorio bilbaino recibió el premio Práctica excelente 2017 “por hacer la información municipal en formato sencillo y comprensible para todas las personas”. La concejala de Atención Ciudadana, Participación y Distritos, Gotzone Zaldunbide, dijo tras conocer la concesión del galardón que “se trata de un premio importante que reconoce el compromiso y el esfuerzo de este Ayuntamiento por impulsar la accesibilidad cognitiva”. “Nuestro objetivo”, recalcó, “es que la información municipal sea clara, directa, responsable, accesible y legible para todas las personas”.

Amaia y Arantza, que hojean uno de los documentos adaptados, como es la Carta de Servicios del Ayuntamiento, animan a los vecinos que “demanden la lectura fácil”. Aran-tza cree que “la gente no conoce este servicio”, por eso para ella “es muy importante que se dé a conocer, que se sepa que hay documentos que saca el Ayuntamiento que están hechos en lectura fácil”. Pero no sólo los documentos administrativos. A Arantza le gustaría que los folletos de la ópera, por ejemplo, de la que es muy aficionada, también se elaboren mediante la técnica de lectura fácil. “Yo, antes del accidente, leía el libreto”, recuerda Arantza, “pero ahora me cuesta mucho leerlo y, por tanto, entender el argumento”. Blanca Mata interviene para decir que en Cataluña, en el Liceo, “ya lo hacen para hacer la cultura más accesible”. Arantza, como es una luchadora, seguirá poco a poco dando pasos en la recuperación de su comprensión lectora. Dice que el año que viene se va a animar a preparar oposiciones, como ahora hace Amaia.