Bilbao - Nuestra calidad de vida depende en gran parte del aire que respiramos. De hecho, la contaminación reduce la esperanza de vida de las personas, contribuye a la aparición de enfermedades cardiovasculares y pulmonares, provoca infartos de miocardio y cáncer. Lo dice la Agencia Europea de Medio Ambiente. Bilbao tiene una buena calidad ambiental, pero es mejorable, y eso es lo que pretenden conseguir el Gobierno vasco y el Ayuntamiento de Bilbao con el convenio firmado ayer. Gracias a esta colaboración institucional se podrán planificar cambios en el ordenamiento del tráfico si la recopilación de datos lo aconseja. Todo con el objetivo de reducir las emisiones a la atmósfera de dióxido de nitrógeno (NO2), contaminante originado principalmente por el tráfico rodado.

El origen de dicha colaboración se encuentra en la ligera superación registrada, a lo largo del año 2016, del límite anual de contaminación atmosférica de NO2 en la estación de medición de la calidad del aire del Gobierno vasco situada en el barrio de Indautxu. Fue solo un punto por encima de lo establecido y no resultó alarmante, según dijo ayer el consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda, Iñaki Arriola, pero ha llevado al departamento vasco y al Área de Movilidad del Ayuntamiento de Bilbao a colaborar y adoptar medidas correctoras.

Así, el consejero de Medio Ambiente, Iñaki Arriola, y el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, trabajarán conjuntamente para que esto no vuelva a ocurrir. Ambas instituciones son conscientes de que el incremento de la densidad de tráfico en las ciudades debido al mayor parque de vehículos, así como el alejamiento de la industria de los centros urbanos, ha convertido al transporte en el mayor foco de contaminación atmosférica. Aunque los automóviles cada vez cumplen regulaciones medioambientales más exigentes, el crecimiento continuado de su número y su uso permanente generan un impacto que es necesario atajar. Hay ciudades como Tallín en las que se ha adoptado la medida de que el transporte sea gratuito para evitar el aumento de coches.

También en Madrid, se ha puesto sobre la mesa esta medida que en Bilbao, en principio al menos, no se contempla. Sin embargo, sí se ha detallado un protocolo de actuaciones que desembocarán en la definición en el barrio de Indautxu de distintos escenarios ambientales que permitan al Ayuntamiento de Bilbao prever los efectos que tendrían eventuales cambios en la ordenación del tráfico y evaluarlos conforme al Plan de Movilidad a punto de aprobarse.

La primera fase del trabajo ya se está llevando a cabo. Consiste en la recopilación de datos relativos a la cartografía de la ciudad, es decir: anchura de calles, altura de edificios; se recogerán datos de población, meteorología, tránsito de vehículos (intensidades, medias diarias y horarios, composición del tráfico, velocidades, tiempos de espera en los semáforos...) y parque circulante de vehículos.

Con esta información se realizará el cálculo de los factores de emisión por tramos del tráfico circulante del barrio, que recogerá a su vez un cálculo de factores de emisión por cada tipo de vehículo, la estimación del parque de coches y las intensidades medias diarias en las vías objeto de estudio así como el cálculo de la densidad de emisión de cada calle.

De manera paralela a la recogida de esta información se van a llevar a cabo campañas específicas de medición de la calidad del aire en distintos puntos de Bilbao que van a permitir definir la situación de base de la calidad del aire del entorno. Estas mediciones servirán para ajustar el modelo en sus cálculos y poder contrastar los resultados que se obtengan de las mediciones posteriores.

Unidad móvil Para ello, las medidas las va a llevar a cabo una unidad móvil adscrita a la Red de Control de Calidad del Aire de Euskadi, dependiente del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco. Esta unidad ya está realizando controles en Indautxu desde finales abril y se trasladará también a Bilbao La Vieja y Sarriko. Con este trabajo se pretende definir tres escenarios viables de mejora de la calidad del aire en el entorno, para que el Área de Movilidad pueda tomar decisiones y plantear modificaciones en la ordenación del tráfico a partir de una base técnica precisa.

Arriola señaló ayer que “aunque la calidad del aire que respira Bilbao es bueno, queremos que sea mejor”. En este sentido señaló que “Euskadi está realizando un esfuerzo importante para reducir sus emisiones en todos los sectores. De hecho, han disminuido un 26% respecto al año 2005, mejorando la media d de la Unión Europea y la del Estado”. Pero, también reconoció que el tráfico no se está comportando de la misma manera y “este convenio nos permitirá tomar decisiones con una base científica”. Para Aburto, “se trata de un nuevo paso para que este Bilbao considerado la Mejor Ciudad Europea de 2018 siga siendo un buen lugar para vivir, trabajar y disfrutar, avanzando en el desarrollo urbano”.