BILBAO - PNV y PSE firmaron ayer un pacto social impulsado por el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, y que los grupos de la oposición no respaldan. Se desarrolla en 46 medidas concretas que persiguen mejorar la situación de las personas más desfavorecidas, pero la oposición lo considera vacío y sin presupuesto.
Así, y pese a tratarse de un tema tan sensible como es la atención a los colectivos más vulnerables, la foto de la unanimidad que puso en valor el Pacto por la Seguridad, y con ella al Ayuntamiento de Bilbao, no pudo realizarse.
Precisamente, fue tras la firma de aquel pacto a principios de marzo cuando el equipo de gobierno inició el trabajo de este plan social. Seguramente, el clima de entendimiento de aquel momento hizo factible que los grupos políticos aportaran para su inclusión en el primer borrador del documento 79 aportaciones. El gobierno municipal contó con las opiniones de los partidos, pero estos consideran que no ha sido suficiente. Como consecuencia, solo PNV y PSE suscribieron un acuerdo que en la literalidad de sus palabras pretende impulsar medidas sociales que atiendan a la ciudadanía más vulnerable pero cuya cocina política ha eclipsado el buen el fondo de sus principios.
EL PACTO La primera medida del pacto aborda uno de los aspectos fundamentales de la atención a las personas más vulnerables al comprometerse a incrementar el número de profesionales en los servicios sociales de base y servicios centrales. Se trata de una de las necesidades más demandadas en estos momentos. Le siguen otras propuestas igualmente prioritarias, como el impulso y apuesta por el servicio municipal de apoyo a personas cuidadoras. También aumentará el número de plazas de viviendas comunitarias para atender al 100% de las personas mayores y será reforzado el marco de atención a los mayores convalecientes.
En infancia y familia será revisado el procedimiento de intervención con menores y familias en riesgo o situación desprotección y habrá un nuevo plan de infancia y adolescencia.
A las personas en riesgo de exclusión y pobreza se les garantizará el acceso a las ayudas de emergencia social con un adecuado control de las mismas. Además, se ampliará el personal de intervención socioeducativa en la calle con personas sin hogar y servicios de acogida nocturna. A estas medidas se suman otras para atender a las mujeres víctimas de la violencia machista así como estrategias que mejoren el sentir de Bilbao como ciudad intercultural.
En total, 46 medidas que han sumado 31 aportaciones de Udalberri, 21 de EH Bildu -precisaron que habían sido enmendadas por el gobierno-, 18 de Goazen y nueve del PP. Un documento que incluye propuestas de todos los partidos, aunque finalmente se desmarcaran de firmarlo. “¿Alguien entiende que la oposición no lo haya aprobado por no sacarse una foto conjunta?”, se preguntó el alcalde. “¿No quieren trabajar por las personas más vulnerables?”.
Tras expresar su decepción por la postura adoptada en conjunto por la oposición, Aburto se refirió a los ciudadanos a los que trasladó su compromiso. “Que nadie se preocupe. Lo haremos nosotros, desde el gobierno municipal”.
Aburto dijo sentirse feliz. “Nos queda un largo camino que recorrer y me hubiese gustado hacerlo junto a otros partidos como lo fue posible en el acuerdo por la seguridad ciudadana”. Sin embargo, añadió, “les anuncio que vamos a ir de la mano de todos aquellos que quieran impulsar políticas sociales activas y duraderas en Bilbao, que nos harán ser conocidos y reconocidos por nuestras actuaciones más aún de lo que ya somos”.
Alfonso Gil, portavoz del PSE y teniente de alcalde, socio en el gobierno municipal, asumió que “tenemos mucho trabajo por delante”, pero se mostró satisfecho por que “aunque lo estamos haciendo bien, ante nuevas realidades queremos poner en marcha nuevos proyectos”.
Y en este nuevo pacto, como dijo la portavoz del PNV, Nekane Alonso, “apostamos por llegar a acuerdos y asumimos el compromiso de seguir trabajando”. Aunque también opinó que la oposición “nunca ha querido firmarlo”.