Que un proyecto abandonado en un cajón, a la espera del momento propicio para ser desarrollado, encuentre estímulo en la desgracia es más habitual de lo que parece. Es lo que ha ocurrido con la iniciativa ideada por el fotógrafo Dani de Pablos, que hace tres años se propuso retratar a los vecinos Otxarkoaga para dar una imagen fiel de la diversidad de los residentes de este barrio bilbaino. El éxito de otra iniciativa reciente, el vídeo Soy de Otxarkoaga y estoy orgulloso, con el que se pretendía desestigmatizar la imagen del barrio, ha sido el empujón definitivo. De esa forma, el fotógrafo inmortalizará a más de 200 vecinos que han mostrado interés en colaborar el próximo día 22 de abril.
La avalancha de solicitudes recibidas por De Pablos en las redes sociales evidencia la buena acogida de la iniciativa. “Hace unos años creé una página en Facebook, Otxarkoaga, mi barrio, su gente, en la que se formó una comunidad de 500 personas. El objetivo era realizar una sesión de fotos con la gente del barrio. Pero la fecha se fue alargando... Hasta ahora”, explica el fotógrafo, sorprendido por toda la gente que se ha sumado. “Pensaba que podían acudir 50 personas, pero parece que habrá más de 200”, afirma De Pablos, quien reconoce que probablemente tenga que citar a algunos vecinos para otra jornada, ya que no quiere que nadie se quede sin su retrato.
¿Por qué ahora? De Pablos reconoce que el principal motivo es tratar de limpiar la imagen del barrio, que en los últimos meses se ha visto deteriorada por el trágico incidente -un matrimonio de octogenarios fue asesinado con la implicación de varios menores de edad- que conmocionó a los vecinos. A raíz de este suceso, se grabó el vídeo Soy de Otxarkoaga y estoy orgulloso, en el que más de 150 vecinos de la zona reivindicaban su lugar de residencia en contra de algunos titulares que buscaban denigrar al barrio obrero. En poco tiempo, el vídeo consiguió miles y miles de visitas, además de resonancia en los medios. “Por eso se me ocurrió que podíamos retomar la idea de realizar la sesión de fotos”, revela el fotógrafo, que además es amigo de Dani Ruiz, uno de los promotores del popular vídeo.
El único requisito para ser retratado es ser de Otxarkoaga, por lo que espera poder fotografiar a personas de todas las edades, géneros o razas. “No hay ningún denominador común entre la gente del barrio, hay de todo. Aunque es verdad que antes nos conocíamos todos. Ahora hay mucha más gente y han venido de todas partes”, señala De Pablos, a quien le han asegurado que habrá hijos que acompañen a sus padres. “Hay gente de más de 50 años que está en Facebook y se ha apuntado”, asevera el fotógrafo, que es consciente de que hay un segmento de la población que es ajena a las redes sociales. Por eso, en los días previos a la sesión, colgará carteles en algunos espacios estratégicos del barrio, como panaderías o bares, para que la iniciativa llegue a la gente de más edad.
La sesión se llevará a cabo en dependencias del colegio Ramón y Cajal, donde la asociación Tendel le ha cedido una de las aulas. “Voy a llevar un fondo de estudio blanco y mis flashes”, afirma el fotógrafo, que actualmente trabaja como autónomo y no es la primera vez que emprende una iniciativa de estas características. “Hace unos años me dediqué a fotografiar barbudos, es donde comenzó el gusanillo por el retrato”, relata. En esta ocasión, para llevar a cabo el proyecto, contará con la ayuda de David Ruiz.
Dani de Pablos es consciente de que el retrato no es un género fácil. “Quiero que las fotos sean en blanco y negro, que los retratados aparezcan con un semblante entre serio y triste”, expone como exigencia. Aunque ofrecerá una contraprestación a cambio: “También les haré una foto en la que estén sonrientes, o como ellos quieran: algunos querrán salir gritando, otros quizás haciendo una peineta”, bromea. En cualquier caso, el retratista indica que hará primeros planos y planos americanos, medio largo. “Después elegiré la que más me guste”, señala De Pablos.
“Gente normal y corriente” Lo que más atrae al fotógrafo del proyecto es que los vecinos que acudirán a la sesión no son modelos profesionales, “es gente normal y corriente”. Por eso, les ha pedido que no acudan “vestidos de domingo”, sino que vayan lo más “natural” posible. “Quiero retratarlos como son. Cada persona es diferente, así es como las veré y las retrataré”, afirma tras reconocer que “habrá gente que no se haya puesto nunca delante de una cámara o que le dé vergüenza”. Por eso, lo que más le interesa y motiva es tratar de sacar partido a los voluntarios y que, a pesar de ello, sean fácilmente reconocibles.
Uno de los retos más complicados para De Pablos será fotografiar a sus familiares y amigos, que se han sumado al proyecto sin pensarlo. De hecho, expone que intentará que incluso la abuela tenga su retrato. “Apenas tengo fotos de mis padres o de mi hermano, solo de bodas o celebraciones”, reconoce este fotógrafo que residió en Otxarkoaga, un barrio con el que mantiene el vínculo, hasta poco antes de casarse. ¿Y cómo se las arreglará para fotografiar a gente con la que tiene tanta confianza? “Intentaré no enfadarme con ellos y que ellos no se enfaden conmigo”, comenta, entre risas.
La finalidad de todo este proyecto personal no es otro que retratar a los vecinos tal y como son para posteriormente poder realizar una exposición en el centro cívico de Otxarkoaga. “Sé que es muy difícil, pero queremos intentar hacer un libro también”, expone como ambición. Y ya puestos a soñar, tampoco descarta que la exposición sea itinerante y pueda recorrer toda la ciudad, de un barrio con tanto carácter como Otxarkoaga al resto de Bilbao.