Bilbao - Lejos queda aquella campaña estatal que bajo el lema Póntelo, pónselo sacó al preservativo de la clandestinidad con el objetivo de que a principios de los 90, cuando los contagios por sida se multiplicaron, los jóvenes se concienciaran de la importancia de su uso. Un cuarto de siglo después, uno de cada tres jóvenes bilbainos de entre 15 y 20 años que mantiene relaciones sexuales afirma que nunca o casi nunca utiliza el preservativo, a pesar de conocer los riesgos que ello conlleva. Se trata de una de las principales conclusiones de una encuesta realizada a 475 bilbainos de esa franja de edad. El estudio, llevado a cabo por la asociación T4 de lucha contra el sida durante la Aste Nagusia de 2017, indica, además, que hay un aumento de jóvenes que manifiestan no haber tenido sexo y que se ha incrementado el número de jóvenes que practican sexo anal.

Concretamente, un 27% de las mujeres y un 30,2% de los hombres afirma que no usa preservativos nunca o casi nunca. Es una cifra bastante superior a la de 2016, cuando se registraron un 20,5% de las mujeres y un 17,2% de los hombres. “Si no lo revertimos nos vamos a encontrar con un panorama preocupante en unos años”, aseveró ayer Amaia Vitoria, coordinadora de prevención y sexualidad positiva de T4, durante la presentación de los datos. Aunque el grado de conocimiento respecto a las situaciones en las que hay que usar un preservativo ha aumentado, y es mayor entre las mujeres, “no se acompaña con la práctica”. De hecho, la sensación de riesgo es desigual en relación a las prácticas sexuales: un 28,2% cree que es necesario solo en la penetración vaginal, mientras que un 38,7% afirma que es imprescindible en cualquier situación (lo que incluiría el sexo oral y anal). Además, es destacable que son los más jóvenes, aquellos de entre 15 y 17 años, los que admiten no haber usado nunca jamás un preservativo, hasta un 14%, mientras que esta cifra se reduce al 5,4% en el caso de los que tienen entre 18 y 20 años.

Podría parecer que el temor a las enfermedades venéreas o a los embarazos no deseados -en el caso de los que no emplean otros métodos anticonceptivos u optan por formas poco ortodoxas como la marcha atrás o el vetusto método Ogino- se ha esfumado, pero los datos reflejan que los motivos para no usar preservativo son otros. A diferencia de en 2016, cuando un 21,6% alegó el consumo de alcohol o drogas como argumento, el año pasado solo un 7,9% adujo este pretexto. De hecho, el no disponer de preservativo (un 56,4%) está a la cabeza, seguido la falta de costumbre (21,6%). Estos argumentos contrastan con la facilidad existente a día de hoy para conseguir un preservativo, disponible incluso en supermercados, si bien el principal lugar de adquisición es la farmacia. Como muestra de que las antiguas reservas siguen sin superarse del todo, el número mujeres que recurren a la pareja para obtener un preservativo (un 20,4%) es bastante superior al de los hombres (un 5,6%).

En palabras de Vitoria, “la prevención clásica no funciona, hay que descubrir el porqué”. En ese sentido, aseveró que se deben descubrir las claves en las que se mueven los “nuevos jóvenes”, ya que no se pueden aplicar las mismas medidas que con los jóvenes de antaño. “Si no adaptamos la gestión del conocimiento, las prácticas no van a ir de la mano”, argumentó la coordinadora de T4, quien aseguró que los datos son “una llamada a las administraciones públicas para que inviertan en conocimiento”.

En esa línea, Álvaro Ortiz de Zarate, coordinador general de la asociación T4, expuso que “para activar diferentes formas de prevención hay que incluir los contextos en los que se mueven los jóvenes”, compartiendo espacios de ocio o de fiesta.

Prácticas sexuales La asociación de lucha contra el sida, que el año pasado cumplió 25 años, realiza este estudio sobre las prácticas sexuales de los jóvenes desde 2010. El año pasado el cuestionario fue contestado por 475 personas, 292 mujeres (el 59,4%) y 193 hombres (el 40,6%) en el marco de Aste Nagusia. Entre los encuestados, un 70,9% tenía entre 15 y 17 años mientras que un 29,1% estaba en la franja de 18 a 20 años. En palabras de Vitoria, “los datos son significativos” ya que “aportan ciertas pistas de lo que está ocurriendo entre la juventud bilbaina”. El objetivo del estudio es conocer el uso del preservativo y las razones que condicionan su uso. Sin embargo, también sirve para arrojar luz sobre otras cuestiones.

“Un 52,6% de los jóvenes manifiesta no haber tenido nunca relaciones, lo que supone un aumento con respecto al año anterior, que fue del 42,2%”, indicó Amaia Vitoria, quien posteriormente desgranó el dato por edades. De esa forma, señaló que entre los jóvenes de 15 a 17 años, un 67,7% manifiesta no haber practicado sexo nunca, mientras que esa cifra se reduce a un 15,9% entre los que tienen de 18 a 20 años. Se trata de una cuestión que apenas varía entre hombres y mujeres.

Por otro lado, un 83,3% de los encuestados afirma que ha mantenido relaciones sexuales con personas de distinto sexo, mientras que un 11,7% con personas del mismo sexo y un 5% con personas de ambos sexos. “Queremos destacar que el número de mujeres que mantiene relaciones exclusivamente con mujeres o con mujeres y hombres ha aumentado con respecto a 2016, cuando era un 8,8%, mientras que el año pasado fueron un 16,3% de las mujeres”, dijo Vitoria.

En cuanto al tipo de relaciones sexuales, señaló que la tendencia sigue siendo que la práctica mayoritaria sea la de penetración vaginal y el sexo oral. Sin embargo, añadió que el sexo anal sigue en aumento: ya son un 13,4% de las mujeres y un 31,8% de los hombres los que las incluyen. En ese sentido, matizó que en el caso de los hombres, no solo practican sexo anal con otros hombres, sino que también con mujeres. Respecto a este punto, Vitoria indicó que han comenzado a repartir preservativos y lubricantes. “Es importante que se conciencien sobre la importancia de usar las dos cosas para reducir riesgos en el tracto anal, que no está lubricado de forma natural, y así evitar que se produzcan heridas y focos de infección”, matizó.