“Los padres opinan que el primer móvil se debe dar a los 13, pero la mayoría se lo da a los 11 años”
El abaratamiento de los móviles, la tranquilidad que proporcionan las tarifas planas y la presión de los hijos ha hecho que proliferen entre los preadolescentes
Bilbao - Más que preocuparse de la edad a la que se van a llevar los niños un móvil a los pulgares, el director de la Unidad de Negocio de Euskadi de Euskaltel, Koldo Unanue, insta a educarles en su buen uso. “Hay que darles pautas, decirles que tienen que seguir jugando con los amigos, mirarles a la cara cuando hablen, apagar el móvil cuando cenen en familia o estén estudiando...”, enumera.
Cada vez más niños tienen teléfono móvil. Muchos lo reciben como regalo de comunión...
-En la comunión es el regalo estrella, en torno a los 9 o 10 años. Hicimos una encuesta a nuestros clientes y se dio la paradoja de que los padres consideran que la edad mínima para tener un móvil es 13 años, pero la mayoría le han dado el primer móvil a su hijo a los 11. La tendencia es ir a la baja, o sea, que esta edad se vaya acortando.
¿Han contribuido a ello los paquetes familiares, que hacen que resulten más baratos?
-Se han dado la suma de varios factores. Uno es la bajada de precios. La telefonía móvil es un servicio que originalmente era caro y ha ido abaratándose. Por otra parte, con la entrada de las tarifas planas -las hay de 7, 8 o 9 euros- los padres tienen la certeza de cuánto van a pagar cada mes. Antes a los críos se les daba el prepago, un saldo máximo, por ejemplo, de 5 euros, y si se lo gastaban, ya no podían navegar. Cada vez hacen menos llamadas, lo que necesitan son datos. Los padres han trasladado a los datos el mismo discurso. Tienes una tarifa con 1 o 2 gigas. Cuando te lo gastes, te quedas sin datos hasta el próximo mes.
Los propios menores también presionan para no ser los únicos que no tienen ‘smartphone’...
-La presión de los hijos hacia los padres de que más gente en la ikastola o en clase tiene móvil es otro de los factores que ha incrementado su uso entre los menores. El cuarto sería que a los padres nos da cierta tranquilidad saber en cualquier momento dónde están.
Muchas personas mayores, antaño reacias, ahora hasta envían WhatsApps. ¿Le han quitado el miedo a los ‘smartphones’?
-El uso masivo de WhatsApps y el hecho de que sean gratuitos, frente a los SMS, es clave. WhatsApp y los grupos familiares han hecho que haya interés y que el uso tecnológico tampoco sea muy complicado. Es cierto que se ha incorporado una generación de personas mayores para usos básicos y donde WhatsApp es la estrella.
La cifra de abonados a la televisión de pago también ha aumentado casi un 30% en dos años. ¿A qué se puede atribuir?
-El factor que más ha contribuido a disparar la televisión de pago es que venga incorporada ya en los paquetes de telecomunicaciones. Antiguamente se contrataba individualmente y se pagaba por ella. Hoy ya existen packs de telefonía fija, telefonía móvil, Internet y televisión de pago, donde todo tiene un precio cerrado, la gente lo incorpora y no tiene una percepción de que tiene que pagar explícitamente por la televisión.
¿Qué otros factores han influido para que cada vez más familias cuenten con televisión de pago?
-Otro factor es el desencanto que ha generado la TDT. Ofrecía un montón de canales, pero con el tiempo se ha visto que el contenido era muy antiguo, con una tasa de repetición enorme, muchísima publicidad... En un momento dado parecía que la televisión de pago iba a entrar en crisis. De hecho, se frenó su crecimiento, pero de nuevo la gente que quiere tener cierta calidad en el contenido prefiere apelar a la televisión de pago.
¿Su precio resulta más económico que hace unos años?
-Los precios han bajado. Antiguamente un paquete básico costaba 20 o 25 euros. Hoy ya viene incluido en los paquetes de telecomunicaciones y cualquier premium extra sobre ese paquete básico ronda los 7, 8 o 10 euros. La paquetización, el desencanto de la TDT y el abaratamiento de los paquetes premium ha favorecido la tele de pago. También la calidad de imagen. En la TDT hay pocos canales en alta definición y en la televisión de pago todo es alta definición e incluso ya estamos hablando del 4K, que es todavía más potente en calidad de imagen y sonido.
La fibra óptica se abre paso a toda velocidad. ¿Quiénes la contratan: empresas, particulares??
-Euskadi ha sido pionera en la fibra óptica. Euskaltel fue de los primeros en desplegarla desde finales de los 90, principios de los años 2000. Hizo llegar la fibra óptica a muchísimas poblaciones y la contrataban tanto clientes residenciales como empresas. El ADSL ha sido la tecnología que el resto de operadores han estado manteniendo hasta hace tres o cuatro años. Muchos de estos operadores también están pasándose a la fibra, con lo cual se sigue extendiendo. En los polígonos industriales, cuando llegas con la fibra, inmediatamente te contratan todos. A las empresas les compensa pagar ese sobreprecio por la calidad del servicio. En el caso de los residenciales, no todos están dispuestos a pagarlo, por lo que el ADSL permanece.
¿Desaparecerá en un futuro?
-El ADSL va a desaparecer. En cualquier momento ya los precios se habrán equiparado, las pequeñas poblaciones donde no se llega con fibra también se van a ir reduciendo drásticamente y todo el mundo va a tener fibra en el mundo empresarial y residencial.
¿Conectar a esas zonas fuera de cobertura es inviable por su elevado coste, la orografía...?
-Desde la iniciativa privada es inviable acceder a estas poblaciones. No es rentable por la orografía, la cantidad de tendidos que hay que hacer y los poquísimos clientes que habría, una vez llegas. Para subsanar este déficit, el Ministerio de Fomento y el Gobierno vasco conceden ayudas a fondo perdido, por lo que progresivamente se va reduciendo esta brecha digital.