EL futuro está escrito en un muro, como se escribieron otras tantas ilusiones, sin ir más lejos, en aquel Mayo del 68 francés. Es un porvenir rotundo sobre el que ayer puso sus ojos el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto. Soñar es la palabra que puede leerse, a toda página de piedra, en Olabeaga, Parecía guiado por las palabras del escritor irlandés George Bernard Shaw cuando dijo aquello de que si has construido castillos en el aire, tu trabajo no se pierde; ahora coloca las bases debajo de ellos. Visto que Aburto escogió el Teatro Arriaga como escenario para su encuentro con DEIA en el 40º aniversario del periódico -habló de sus cicatrices del pasado (incendios, inundaciones...), la creatividad latente del presente y ese futuro de puertas abiertas al mundo que le brinda Calixto Bieito...-, la estampa se redondea: el teatro de los sueños. Perdón, perdón. El copyright pertenece al fútbol inglés, al viejo campo de Old Trafford. Corrijámoslo. Es el otro teatro de los sueños. El cónsul británico Derek Doyle, ayer presente, bendijo la expresión.

Fue curioso: una mañana llamada para desatar la lengua comenzó en silencio. Aburto pidió un minuto de ese sustancia sobrecogedora nada más concluir la presentación de su figura, a cargo de Itziar Gorospe y Olga Sáez, dos voces municipales de DEIA. Lo hicieron con tablas de actrices principales y minutos después de que lo hicieran Tamara Yagüe, en nombre de Tecuni, y Santiago Ansareo, en nombre de Asaser, las dos manos que encontró DEIA para empujar el encuentro.

Fue un discurso humanista, palabras que apelaban al corazón. Las escucharon bien de cerca en el foyer del Teatro Arriaga el director general de Editorial Iparraguirre, Javier Andrés; el director de DEIA, Iñaki González; Ana Otadui, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar; la presidenta del BBB, Itxaso Atutxa; Ibone Bengoetxea, Iñaki Alzaga, Ibon Areso, a quien le cantaron aleluyas por su trabajo de ayer y hoy; el consejero Jon Darpón, Iñaki Anasagasti, Aitor Bilbao, Xabier Ochandiano, Nekane Alonso, Iñigo Pombo, Itziar Urtasun, Asier Abaunza, Tomás del Hierro, Marta Ajuria, Ricardo Barkala, Alfonso Gil, Luis Eguiluz, Gotzone Sagardui, Miguel Ángel Lujua, consejero delegado de IMQ; Xabier Basañez, Javier Benito, director territorial de Telefónica; Fran Azpiazu, Asier Atutxa, Pedro Barreiro, Aitor Elizegi, Jon Aldeiturriaga, Tomás Uribe-Etxebarria, Carmelo Lezana, Juan Carlos Landeta, José Ramón Taranco, Marije Etxaniz, Luis Uriona y su hija Itziar, José Luis Rueda, Antón Taramona, Xabier Olabarrieta, Nerea Martín, José Miguel Gondra, Juanjo Loroño, Josune Ariztondo, Pedro Velarde, Miguel Tarela, José Yagüe, Iratxe Aurrekoetxea, Juan Manuel Prieto, Azucena Ansareo, Vanesa Ansareo, Itziar Ansareo e Ibon Barrios entre otros.

Hubo más, mucha más gente. Más, más y más, pedía Aburto en su ambición noble y le oían Ángel Nieva, Sabin Anuzita, Jon Ortuzar, Óscar Peñín, Alfonso Martínez Cearra, Mikel Huizi, Aitor Argote, Jesús Chirapozu, Jon Ander Pérez, Mikel Arieta-Araunabeña, Manuel Tejada, Luis Gabiola, Josu Fernández, Ignacio Aresti, Alex Bidetxea, Kike Hermosilla, Carlos Basterretxea, Josu Molinos, Iñigo Aspiunza, Fernando Pedrosa y una legión de soñadores bien despiertos.