El efecto contagio en la rehabilitación
Además de las impulsadas por la ITE, las intervenciones en los edificios también parten de los propietarios
BILBAO. Cada vez que un turista eleva la cámara para inmortalizar una de las fachadas de Bilbao, un autóctono se sorprende de haber ignorado su valor arquitectónico durante años. “Bilbao ha pasado de ser una ciudad gris, que la gente no apreciaba, a lo que es ahora. Cuando se van arreglando las fachadas, hay un efecto contagio. Ahora están todas muy bonitas y la que desentona es la que no está arreglada”, considera el arquitecto José Ramón Foraster.
Cuando la intervención se limita a la mejora de la fachada, se queda en lo superficial, es algo puramente estético. Sin embargo, las puestas a punto pueden ir mucho más allá. “La diferencia es terrible cuando haces una rehabilitación integral. Cualquier actuación sale rentable a lo largo de los años porque en diez o quince años ya está amortizada. Se nota el ahorro en el gasto”, expone Carlos Murga, el jefe de estudios de Construcciones Olabarri. Como ejemplo cita la posibilidad de igualar la temperatura del hogar, “así no hay una diferencia de dos grados entre las habitaciones”, concreta. “Esas cosas son las que están contagiando que se hagan rehabilitaciones integrales, aparte de las obligatorias que se realizan tras las revisiones”, concluye Murga.
Foraster alude también al mismo fenómeno. “Con la Inspección Técnica de Edificios (ITE), lo que sería el equivalente de la ITV de los coches, se ha obligado a los inmuebles de más de 50 años a realizar ciertas actuaciones. Ello ha provocado que se hagan exámenes de cómo están las viviendas y son los propios técnicos los que advierten: Cuidado, esto hay que arreglarlo. Todo el mundo entiende que si no le cambias el aceite al coche puede estropearse. Aunque con la casa nos cuesta más”, considera el arquitecto.
No hay duda de que la ITE ha funcionado para poner en valor el mantenimiento de los edificios, con el objetivo de que los propietarios los cuiden a lo largo del tiempo para hacerlos perdurar. Sin embargo, cada vez hay más comunidades de vecinos que se adelantan a los requerimientos de la ITE e incluso suman mejoras adicionales en las intervenciones de sus viviendas, optando por rehabilitaciones integrales.