Bilbao - Atrás quedó la moda de cargar el carrito de la compra hasta que desborde, ahora lo que se lleva es racionar el gasto en el supermercado. Atendiendo a las nuevas tendencias, cada vez son más las cadenas de alimentación que optan por instalarse en los núcleos urbanos con un formato de tienda mediano, más acorde a la demanda actual. Los datos avalan dicho crecimiento en Bilbao, donde en los últimos cinco años -de 2011 a 2015- los comercios de alimentación y bebidas de entre 120 y 399 m2 han aumentado en un 23,5%. Un aumento que también han percibido, aunque sea en menor escala, locales inferiores a 120 m2 (21,3%) y superiores a 400 m2 (4,5%). La reciente implementación de Mercadona en la calle Alameda Urquijo o la próxima irrupción de una conocida cadena en la Plaza Campuzano enfatizan esta inclinación en 2016.
“Es un proceso que tiene su motivación”, expone Mari Paz Irastorza, directora de Comercio Interior de la Cámara de Comercio de Bilbao. Según explica, los supermercados están acudiendo cada vez más a los centros urbanos porque “después de la crisis los consumidores son más dados a racionar el gasto y a comprar más a menudo, en menores cantidades”. De esa forma, indica, la sensación es de gastar menos. “No hay cestas de compras fuertes, como había antes, en los centros comerciales periféricos”, indica Irastorza, quien considera que los centros urbanos cada vez ocupan más protagonismo a través de una oferta comercial atractiva potenciada por el Consistorio.
Xabier Ochandiano, concejal de Desarrollo Económico, Comercio y Empleo del Ayuntamiento de Bilbao acredita dicha opinión: “El crecimiento registrado en los últimos cinco años en el número de establecimientos de alimentación en la ciudad avala la apuesta del Ayuntamiento de Bilbao por impulsar el comercio de proximidad, que se caracteriza por la calidad diversificación de su oferta y una atención más personalizada y cercana”. De esa forma, Ochandiano afirma que los datos ponen de manifiesto el auge de una nueva tendencia en el consumo, que valora “la confianza, el trato directo y, sobre todo y muy importante, el consumo en el mismo barrio en el que vivimos”.
Según los datos aportados por el Consistorio -conforme al Impuesto de Actividades Económicas, que no incluye como categoría específica el epígrafe Supermercados, pero sí el apartado Alimentación y bebidas-, de 2011 a 2015, los establecimiento de alimentación de menos de 120 m2 han subido de 47 a 57; los comercios de entre 120 y 399 m2 han aumentado de 34 a 42; y los supermercados de más de 400 m2 han crecido de 66 a 69. Si se analizan los datos en base a los barrios, con datos de 2015, Abando es el que más establecimientos de comida y bebida ostenta con 40 en total; le siguen Deusto (25), Begoña (25), Rekalde (20), Ibaiondo (19), Uribarri (15), Basurto-Zorrotza (9) y Otxarkoaga-Txurdinaga (6).
“A la vista de los datos, es evidente que el comercio de proximidad gana fuerza y presencia en todos los distritos, y esta realidad constituye una buena noticia para Bilbao y sus habitantes”, expone Ochandiano, quien considera que el comercio genera actividad económica y empleo, dinamiza la vida en los barrios y favorece la socializacion y las relaciones humanas. “Favorece el consumo más responsable y las personas, sean jóvenes o mayores, tienen la oportunidad de comprar donde viven, sin desplazamientos, y en un entorno mas familiar”, indica el edil bilbaino.
Valor añadido
Entre otras cuestiones, el envejecimiento generalizado de la población ha influido en este fenómeno de implantación en las ciudades. “La gente mayor cada vez coge menos el coche para ir a hacer la compra, la proximidad en la compra es fundamental”, expone Irastorza. Además, “la variedad y los horarios del supermercados, así como la oferta y los servicios han evolucionado”, manifiesta la experta, quien subraya el servicio a domicilio como uno de los avances. Ello ayuda, indica, a que sean servicios cada vez más demandados por el consumidor, junto a las pequeñas tiendas de alimentación, que también tienen su importancia. “Las panaderías, carnicerías, pescaderías... Son un valor añadido para el consumidor”, expone. Además, la directora de Comercio Interior considera que la oferta de alrededor también influye.
Algo que también ocurre en los hipermercados del extrarradio, en los que abunda la oferta de ocio y hostelería. En ese sentido, indica que los hipermercados de periferia, como los aquellos ubicados en Ballonti, Max Center o Artea, consigue dinamizarse porque el consumidor no solo va al hipermercado, sino que aprovecha para ir al cine o a comprar ropa o muebles. Los problemas que presentan son otros: “No siempre es fácil buscar localizaciones en la periferia, porque no hay tantos sitios. Luego les exigen obras importantes en materia de accesibilidad, como aparcamientos. La inversión en un hipermercado de periferia siempre es mayor”, indica Irastorza.
Según los últimos datos de Eustat, en los seis primeros meses de 2016 las ventas de los productos alimenticios en las grandes superficies han reflejado una bajada del 10,3% en el País Vasco, con un descenso del 3,6 en Bizkaia. “¿Si desaparecerán? Es muy difícil aventurar lo que va a pasar en el futuro. Depende de lo que se dinamice la oferta”, considera la responsable de Comercio Interior.
Por contra, en los centros urbanos “hay mucha competencia, porque los empresarios saben que tienen gancho y son muy demandados”, además de que la inversión es menor porque se ubican en establecimientos que han dejado otros formatos. A raíz de ello, considera Irastorza, “Lidl, Mercadona, Carrefour... Todas las grandes cadenas tienen sus formatos pequeños. Ahora también abrirán un supermercado en la Plaza Campuzano, algo que era inimaginable”.