BILBAO. José Luis, Marisa y Jon Ander comienzan varios meses antes a preparar su peregrinación nocturna de agosto. Desde hace una década recorren a pie y en la oscuridad de la noche los kilómetros que separan Durango del núcleo bilbaino de Begoña. “Hasta con un esguince he ido a ver a la Amatxu. Mientras que la salud me respete...”, cuenta emocionada Marisa Rodríguez. Makila en mano, chaleco reflectante, buen calzado y una mochila provista de agua y chocolate, los tres amigos ya han quedado también este año para alcanzar juntos la meta sobre las cinco de la mañana.

“No vamos con prisa”, dice Jon Ander. “El objetivo siempre es llegar”, lanzan. Una vez en Begoña lo primero que hacen es visitar a la virgen, escuchar misa y, después, degustar un merecido chocolate con churros. “Eso también es una tradición”, dicen entre risas. Lo cierto es que la jornada de este lunes es la primera gran cita anual de Bizkaia con la Virgen de Begoña.

El santuario permanecerá abierto toda la noche, guardado por cofrades de la Hermandad de Begoña, rezando la novena desde la una de la madrugada del domingo al lunes. Desde hace seis años, los cofrades custodian el templo para que los peregrinos que vayan llegando poco a poco a la cima encuentren las puertas del templo abiertas. Tres personas de la Hermandad de Begoña se encargan del control y garantizan que los romeros puedan acceder a su interior. “Antes llegaban y se encontraban con las puertas de la basílica cerradas a cal y canto”, recuerdan.

De este modo se brinda la oportunidad de que los fieles puedan rezar a la Amatxu en el silencio de la madrugada, antes de la gran afluencia de la primera misa de las cuatro. “A mucha gente, después de tirarse horas caminando, les gusta sentarse en los bancos y contemplar a la Amatxu durante un rato. El clima que se genera es muy agradable”, apuntan desde la cofradía. Más de una treintena de sacerdotes voluntarios oficiarán las quince misas que se celebrarán a partir de las cuatro de la madrugada del lunes en la basílica de Begoña. La última será a las nueve de la noche.

22.000 hostias

Se calcula que este año se repartirán unas 22.000 hostias consagradas en las eucaristías que se desarrollarán a lo largo del lunes, 15 de agosto. A las doce del mediodía tendrá lugar la Misa Mayor, oficiada por el obispo Mario Iceta y a la que acudirá el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, acompañado de la corporación municipal y a la que también ha confirmado su asistencia el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka. Tras la Misa Mayor, en la parte trasera del templo, el primer edil de la villa regalará a los asistentes el tradicional aurresku -el año pasado fue el primero- y cuya técnica pretende ir mejorando cada año.

Con paso firme miles de peregrinos retomarán también este año el camino hacia la colina de Begoña donde aguarda la Amatxu, vestida con su manto blanco. Los primeros peregrinos que realicen el recorrido a pie empezarán a asomarse sobre la una de la madrugada. Sin embargo, durante toda la tarde del domingo y la noche del lunes el ambiente festivo que se crea a los pies de la basílica reunirán a multitud de personas.

“La gente se divierte mucho. Es un día de fiesta y la gente aprovecha”, apuntan desde la Hermandad. Una treintena de puestos se instalarán en el pasillo central que comunica con el templo. Los visitantes podrán adquirir flores, rosquillas y objetos eclesiásticos. La cofradía contará con dos casetas en las que pondrán a la venta su popular Lotería de Navidad y repartirán 20.000 estampas de la virgen entre los peregrinos. “El día que toque el Gordo estará repartida por toda Bizkaia y en otras muchas comunidades. Hay mucha gente de otras comunidades que nos visitan este día”, concluyen.