“Ha sido el año más intenso de mi vida”
La intensidad de su vida ha cambiado mucho, según dice, pero el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, tiene la misma ilusión, fuerza y compromiso
Bilbao - Se cumple un año de gobierno municipal. ¿Qué nota pondría usted a la gestión que han realizado en estos doce meses?
-Es muy difícil autoevaluarse. Además sería un poco presuntuoso. Yo creo que la evaluación la tienen que hacer otros. Pero sí diría que ha sido el año más intenso de mi vida. En intensidad pondría un 10. Probablemente ser alcalde de Bilbao es para un bilbaino lo máximo, no se me ocurre pensar en otra cosa. Pero la intensidad de mi vida ha cambiado mucho.
La política municipal es muy de cuerpo a cuerpo. Las alabanzas se agradecen, pero... ¿qué tal encaja las críticas?
-Decir cuerpo a cuerpo parece que implica una connotación un tanto peyorativa. Me gusta más hablar de cercanía y quiero que sea así. Acepto gustoso la crítica, sobre todo si viene de gente que tiene algún problema y quizás le podamos solucionar algo. La mayoría de la gente nos para; como hoy un joven que se me ha acercado para darme la enhorabuena y sacarse una foto conmigo. No se imagina lo que vale la sonrisa de una persona que me agradece que le hallamos puesto un banco.
Luis Eguíluz ha dicho públicamente que no tiene química con usted. ¿Es recíproco?
-Intento tener química con todas las personas. Mi modelo es el del diálogo y el trabajo en equipo. Lo hago con mi gente y con el resto de concejales. Luis Eguíluz ha estado en este despacho muchas veces y seguirá estando. Yo estoy aquí para trabajar con Luis, Samir, Carmen, Alfonso, Mikel... con todos, y es lo que voy a seguir haciendo. Lo que hagan otros no es problema mío. Desde luego no voy a intentar sacar una rentabilidad política de conflictos artificiales. Mi objetivo es conseguir que Bilbao sea una ciudad cada vez más atractiva.
La corporación municipal está muy fragmentada esta legislatura. ¿Le parece positivo para Bilbao?
-Yo creo que en estos momentos en el Ayuntamiento hay una fragmentación un tanto excesiva porque hay dos grupos que pertenecen de alguna manera al mismo entorno, pero esa cuestión no me toca resolver. Yo me siento cómodo en el Ayuntamiento y creo que soy respetuoso con lo que cada uno de los partidos representa. Espero que ellos también sean conscientes de cuál es la legitimidad que tienen. Trabajamos muchos y sería bueno trasladar a la gente unanimidades.
¿Ha logrado empastar trabajo y familia?
-Habría que preguntárselo a Arantxa, Asier, Jon... a mi ama. Y seguramente dirían que no, porque ¿dónde tengo que dejar de estar? Bilbao es una ciudad con mucha vida y yo intento acompañar a la gente en la medida de lo posible donde se requiere mi presencia. Pero intento cenar con mi mujer y Asier, ya que Jon está en Donostia, y, también comer el fin de semana. Son esos momentos donde coges fuerzas y también recibo críticas y sugerencias de ellos. Es un entorno sin el que yo no podría ser alcalde.
Al menos ha conseguido sacar tiempo para el gimnasio.
-He sido una persona que ha hecho mucho deporte en mi vida y ahora no tengo tiempo. Voy lunes y miércoles de siete a ocho de la mañana y luego sábado o domingo, para estar físicamente lo mejor posible para tener fuerzas, porque tengo ilusión. Hace un año quise ser alcalde de Bilbao y hoy soy el alcalde. Tengo la misma ilusión, fuerza y compromiso que entonces pero quiero ser exigente conmigo.