Aburto estrena aurresku en la romería
El alcalde de Bilbao supera la prueba como dantzari ante centenares de personas tras la ofrenda a la Amatxu
Bilbao - Hasta en tres ocasiones fue ovacionado por el público el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, en su estreno como dantzari. Tras la ofrenda a laAmatxu de Begoña, en la parte trasera del templo se desarrolló el tradicional baile, pero este año iba a ser especial. La expectación era aún más grande. Y es que por primera vez, fue a Aburto a quien le tocó meterse en el papel de dantzari. Lo hizo concentrado y con soltura. Le acompañó un dantzari del Beti Jai Alai. “Esto impone”, se confesó a los periodistas antes de comenzar con los primeros pasos del aurresku. Se quitó las gafas. Y de la mano de su profesor caminó hacia la plaza en la que se estrenó como dantzari.
Minutos antes de las 13.00 horas el parque trasero de la Basílica de Begoña estaba a rebosar. La gente tuvo que seguir el espectáculo de pie, máquina de fotos en mano para inmortalizar el momento. Fueron cientos los bilbainos que se reunieron para presenciar el primer aurresku de Aburto. Fue a principios de año, antes de ocupar la Alcaldía de Bilbao, cuando el máximo edil jeltzale mostró su intención de bailar el aurresku si salía elegido. Su devoción hacia la Amatxu de Begoña no le hizo faltar a su palabra. Lo demostró ayer con creces.
El tiempo obligó a replantear el lugar en el que desarrollar el evento de baile. En un principio, y con un cielo encapotado se pensó en llevar a cabo este espectáculo tradicional en los soportales de la propia basílica. Sin embargo, la lluvia dio tregua y acondicionaron el suelo del parque ubicado en la trasera del templo donde finalmente se pude ver al Beti Jai Alai. “¿Al final Aburto bailará aquí?”, preguntaba un señor que aguardaba sentado en una de las sillas. La imagen del alcalde se asomó. Fue rápido, para cuando la corporación municipal abandonó el templo, los espectadores ya ocupaban los asientos. Los nervios eran cada vez más palpables en el alcalde a medida que se acercaba su gran momento como dantzari. Bien posicionado, con la mirada al frente y a ritmo del txistu y del tamboril el alcalde de Bilbao levantó las piernas como un auténtico dantzari. El público no tardó en reaccionar, los aplausos llegaron a solapar el sonido que marcaba el baile del alcalde. “Me ha sorprendido lo bien que lo ha hecho”, dijo Mari Carmen Parrado, una de las tantas personas que ayer quisieron estar presenten en el primer aurresku de Aburto. Una vez finalizado, los asistentes recompensaron una vez más al alcalde con un fuerte aplauso. Aburto, por su parte, se mostró agradecido y contento con el resultado: “Me he visto un poco más nervioso de lo que esperaba, pero estoy satisfecho por haberlo hecho, por haberlo intentado y sobre todo por lo que significa. Ha sido un orgullo”, añadía minutos después de finalizar el baile. Tras el aurresku del alcalde Aburto, el grupo de danza Beti Jai Alai ataviados con trajes de época, deleitó a los allí presentes con diferentes bailes animados por los sonidos de diferentes instrumento como el txistu, el tamborín y la alboka.
Tradición José María Gorordo fue quien comenzó con esta costumbre hace más de 25 años. Tras él, otros alcaldes como Iñaki Azkuna, Ibon Areso siguieron con la tradición. Ahora, Aburto ha tomado el relevo. Cada uno de ellos con su particular estilo. Tal y como explicaba el dantzari profesional y maestro de los alcaldes, Ramón Bañuelos hace unos meses a DEIA, cada uno de los alcaldes que han pasado por sus manos tenían una característica diferentes. Iñaki Azkuna destacó por su por su sentido del ritmo y por su gran oído; Ibon Areso fue dantzari cuando en su etapa joven lo que hizo que la tarea fuera más fácil. Por último, el dantzari profesional destacó de Aburto su flexibilidad en los gestos. “Yo quería seguir con la tradición de mis antecesores porque me parece una herencia maravillosa. No hay que dilapidarla, sino gestionarla adecuadamente”, admitió Aburto. Asimismo, el alcalde aprovechó la ocasión para agradecer una vez a Bañuelos, quien ha sido su maestro de aurresku en los pasados meses por su gran labor y dedicación. Durante varias semanas, Bañuelos y Aburto se han reunido en el despacho para ensayar y perfeccionar los pasos: “Ramón es un artista porque hacer bailar a alguien que casi no bailó ni el día de su boda tiene mucho mérito. Ha sido una gozada compartir con él esos ratos”, señaló el alcalde.