Síguenos en redes sociales:

El proyecto de galería digital Family Pickers llega a Bilbao

El proyecto de galería digital Family Pickers llega a Bilbao, donde entrevistan al artista Kepa Garraza en su estudio

El proyecto de galería digital Family Pickers llega a Bilbao

VIAJAR en autocaravana por Europa es un sueño a medida de cualquier idealista. Si a ello se le añade el componente artístico que caracteriza el proyecto de Family Pickers la utopía bohemia está asegurada. Tras varios años esbozando un futuro ideal para sus vidas, la francesa Marianne Joint y el brasileño Eduardo Narcisio decidieron materializarlo. El pasado 1 de enero emprendieron su ruta desde Toulouse en una casa rodante que habitan junto a los pequeños Bruno y Lua. Desde entonces, la singular familia marchante de arte y antigüedades se detiene en las principales ciudades a su paso, en busca de artistas locales a los que promover en su página web.

Tras un fructífero encuentro con el polifacético Judas Arrieta en Hondarribia, la familia recala en Bilbao, donde les espera el pintor Kepa Garraza (Berango, 1979). Un intercambio de correos electrónicos en el que le explican su iniciativa basta para que el creador vizcaino abra las puertas de su estudio a los cuatro miembros de Family Pickers. A partir de ahí la espontaneidad de la entrevista cobra protagonismo. Bruno, voluntarioso y apuntando maneras, participa en el montaje del atrezo colocando una banqueta en el encuadre mientras sus padres terminan de disponer las cámaras.

Como una obra en la que un soldado estadounidense simboliza la victoria de su país frente a Kim Il-sung de fondo, Garraza contextualiza su pintura antes de que disparen el botón rojo que indica el inicio de la grabación: “Estoy trabajando en una serie que escenifica una supuesta guerra entre Corea del Norte y Estados Unidos”. Cuando todo esta dispuesto, Marianne toma la iniciativa: “Hola, somos Family Pickers y estamos en Bilbao”, explica dirigiéndose a los usuarios de su web que después podrán disfrutar de la entrevista también en inglés, francés y portugués.

El diálogo comienza a fluir mientras los bebés, que están atravesando la más tierna fase de exploración, van de un lado a otro y Eduardo maneja una de las cámaras. “Un día te encuentras con que eres un profesional. La parte romántica desaparece y se convierte en un trabajo como otro”, relata Garraza sobre la actividad a la que se dedica. Una intención similar posee la familia marchante, quienes aspiran a establecer como trabajo permanente la labor que están llevando a cabo.

Las preguntas de rigor se suceden. “¿Dónde buscas la inspiración, Kepa?”. “La observación de la realidad es lo que más me motiva”, indica el artista, afirmación que contrasta con el proceder de los niños, quienes examinan con detenimiento cualquier elemento que encuentren llamativo en el estudio. “Mis grandes inspiraciones son la actualidad y la obsesión por la historia, aunque procuro no ser panfletario. No me gusta dar mensajes directos, no hay mejor forma que adelantarse a la historia que observar la historia. Mi obra funciona como una señal de alerta”, añade el pintor.

La sintonía existente entre la familia cosmopolita y el artista vizcaino se agudiza cuando entran en materias más reflexivas. “El arte nunca podrá cambiar la realidad, aunque puede servir para crear conciencia, porque hace pensar a la gente, precisamente lo que no quieren los políticos”, discurre Garraza. El factor educativo de Family Pickers también sale a relucir. “El arte debería ser una materia obligatoria”, estima el pintor que el año anterior estuvo becado en BilbaoArte.

Cuando la parte más teórica de la conversación se distiende, Marianne pregunta: “¿Que piensas del proyecto que está llevando a cabo nuestra familia? Queremos difundir los valores del arte a un gran público a través de nuestra web”. Kepa Garraza sonríe y dirige su mirada hacia donde Bruno limpia el suelo con naturalidad, mientras su hermana revuelve entre los tubos de óleo. “Me parece que sois muy valientes, viajar con dos niños es un inconveniente y que además tengáis tiempo para esto es un desafío. Un estudio es un espacio antinatural para los niños, está lleno de productos tóxicos o afilados. Los estoy mirando todo el rato porque estoy aterrado”, indica entre risas.

A largo plazo Él, ingeniero civil; ella, analista financiera. En principio su atracción por el arte no era más que una afición. “Es un proyecto que teníamos que llevar a cabo ahora que los niños no van al colegio”, indica el matrimonio que se conoció en Barcelona, desde donde emigraron a Catar en 2010. Tras cuatro años ahí, hastiados del lujo descabellado que promulga el país árabe en su proceso de modernización, se decidieron a iniciar la aventura que planeaban desde que se conocieron. A pesar de contar con un presupuesto para viajar por un año, su intención es continuar más allá. “Lo ideal sería encontrar un patrocinador que pudiera financiarnos”, explica Eduardo.

“La ventaja que tenemos es que con Internet podemos trabajar desde donde sea”, indican, ya que parte del proyecto consiste en la comercialización de las obras de aquellos artistas a los que entrevistan y comparten su filosofía a través de su página web (http://www.familypickers.org/es/), que funciona como galería digital. De hecho, tras la entrevista, ofrecen un contrato de colaboración a Kepa Garraza para proponerle una venta internacional. Aunque el artista queda pendiente de aceptar, lo que es seguro es que la familia marchante pretende seguir fiel a su lema: “Si lo puedes soñar, lo puedes hacer”.