MALABARES, equilibrio, acrobacias..., no hay ningún niño que no se quede prendado con la magia del circo. En el Área de Euskera, Juventud y Deporte del Ayuntamiento de Bilbao lo saben y por eso durante las vacaciones de Semana Santa han ofrecido a 316 niños, de entre 5 y 11 años, de la capital vizcaina la posibilidad de adentrarse en la vida circense a través de los programas de ocio Guneberri y Kideberri. "Queremos ayudar a compatibilizar la vida laboral y familiar y con este tipo de actividades los txikis se lo pasan muy bien", explicó Sabin Anuzita, concejal de Euskera, Juventud y Deporte, quien destacó que este año "ha aumentado el número de plazas".

Estos programas de ocio están impulsados a través de los centros municipales del distrito de Irala, Otxarkoaga, Castaños, Deusto, Zorrotza, Casco Viejo y Begoña. Precisamente, ayer les tocó el turno a estos últimos que realizaron un taller para aprender a hacer equilibrios, malabares y acrobacias. De la mano de Karola Zirko Espazioa, una asociación que busca difundir el circo y el teatro de calle, un pabellón industrial de la península de Zorro-tzaurre sirve de local de ensayo para que centenares de jóvenes de la villa divididos en 27 grupos, conozcan de primera mano lo que supone convertirse en protagonistas del circo por unas horas. En concreto, el objetivo este año es que los menores aprendan a organizar su propia compañía de circo, montando una carpa, maquillándose, haciendo números de clown, malabares o trucos de magia que culminarán con una gran gala de despedida. "Qué mejor actividad que el circo, con la ilusión que genera, para que vayan luego con más dinamismo a casa", explicó Anuzita, quien disfrutó junto a los más pequeños de la villa haciendo malabares.

Pero, sin duda, una de las actividades que ayer causó más sensación fueron las telas aéreas. "Tienen la sensación de estar colgados", explicó Mikel, uno de los miembros de la asociación Karola Zirko Espazioa que imparte los talleres. El rulo, una madera sobre un tubo que sirve para aprender a mantener el equilibrio, también fue protagonista a pesar de su dificultad. "Es una actividad propia del circo clásico y es muy representativa", apuntó Mikel, quien destacó el papel de acercamiento del "mundo del circo a los jóvenes a la vez que se divierten".

Por otra parte, la sala polivalente de Bilborock clausuró ayer los talleres de Ciencia Loca para niños de 8 y 11 años que se han llevado a cabo estos días y donde los txikis han realizado divertidos experimentos y descubierto misterios fascinantes de la ciencia a través de dos talleres. En el de Bichos han recibido lecciones sobre los insectos y en el de pH Phactor han conocido la diferencia entre las sustancias ácidas y las bases.