Ibon Areso, un arquitecto casado con Bilbao
El nuevo alcalde se ha codeado con los arquitectos más prestigiosos Es uno de los artífices de la transformación de la ciudad
BILBAO - El día que Frank Gehry celebró su 85 cumpleaños en el museo Guggenheim, a la entrada del concierto de Daniel Barenboim, el arquitecto de Los Ángeles vio a Ibon Areso entre los 350 invitados y se fusionó en un efusivo abrazo con el teniente alcalde al que conoció hace ya casi 20 años sin reparar en ese momento en nadie más. Es una anécdota que refleja hasta qué punto el concejal de Urbanismo se ha codeado con los grandes arquitectos internacionales.
Alcaldes tan diferentes como Josu Ortuondo, José María Gorordo y el ahora fallecido Iñaki Azkuna coincidieron en que fuera Ibon Areso el alma de los proyectos estratégicos de la ciudad. El eterno teniente de alcalde será ahora alcalde de Bilbao para culminar una legislatura que trabaja para llevar a buen puerto una ciudad que lucha porque la crisis no rebaje su estatus ni el de sus vecinos.
Al igual que Iñaki Azkuna, del que fue su brazo derecho las cuatro legislaturas, la trayectoria de este hombre de constitución delicada pero formación grandiosa está íntimamente ligada a la ciudad. Quizás por ello, el sentir de los que le conocen es que la tristeza general por la muerte de Azkuna es también alegría general porque Areso sea el nuevo alcalde.
Hijo del arquitecto Benito de Areso que murió cuando Ibon Areso era aún un niño, algo debió de transmitirle para que con los años Areso decidiera también estudiar la misma carrera, convirtiéndose en una de las figuras claves de la transformación de Bilbao.
Arquitecto de profesión y urbanista por devoción. Siempre le ha gustado la ópera y el teatro a donde hasta hace poco años acudía siempre con su madre. Porque Areso se casó con Bilbao y a la ciudad ha dedicado su vida.
Ha participado en la redacción de numerosos documentos de planeamiento urbanístico para Bilbao, miembro de Bilbao Ría 2000 y de la Comisión Gestora para el Desarrollo Urbanístico de Zorrotzaurre y presidente del Consorcio de Aguas en la actualidad. Hasta ahora ha compaginado los cargos de primer teniente de alcalde y concejal de Urbanismo. Uno de sus últimos proyectos en este área ha sido el diseño de la regeneración de Punta Zorro-tza, que presentó en público recientemente.
De Areso se dice que tiene un perfil más técnico que político, sin embargo, es probablemente el hombre de Bilbao que más relaciones internacionales ha establecido en los últimos años y no solo con profesionales de la arquitectura de renombre mundial sino con alcaldes, presidentes, embajadores y otros líderes políticos en su calidad de embajador de la villa.
La estirpe de este hombre de modales sencillos y sentido del humor inglés está seguramente relacionado con sus ancestros. Porque los orígenes familiares de Ibon Areso están en Lazkao, población gipuzcoana entre Beasain y Ataun, y este municipio representa en parte lo que es Ibon Areso. Porque enraiza con la cuna de Barandiaran y el lugar que representa los orígenes y la antropología de Euskadi, y con Beasain, ciudad en la que se ubica CAF, una de las empresas más modernas e internacionales de Euskadi.
sus orígenes Ese origen en Lazkao ya simboliza ese perfil que caracteriza a Ibon Areso. Hombre de grandes raíces culturales y tradición, y a su vez abierto al mundo y conocedor de los arquitectos más prestigiosos en lo que es la arquitectura moderna. De ahí que también haya puesto empeño en recuperar los nombre de las calles en euskera.
De su humor dan fe algunas anécdotas que resaltan las personas que le conocen y han tenido la oportunidad de trabajar con él. Cuando en cierta ocasión le bromearon sobre lo extraño de que Daniel Libeskind, arquitecto que reconstruye la Zona0 de Nueva York, no tuviera ningún encargo en Bilbao, la respuesta del concejal no pudo ser más bilbaina. "Daniel Libeskind entrena en Nueva York y, si pasa la prueba y lo hace bien, le traeremos a Bilbao".
Otro de las anécdotas que dan fe de los conocimientos de este hombre se remonta a 1994. En el museo de Bellas Artes de Bilbao, en una exposición de las maquetas, con cierto escepticismo y falta de credibilidad porque todavía eran maquetas y no se acaban de ver los proyectos en desarrollo, Ibon Areso presentó una exposición que tuvo mucho éxito y se hizo un congreso en el que se reunió a los arquitectos que estaban proyectando alguna de las infraestructuras de Bilbao. En aquel encuentro se saludaron y se dieron la mano Norman Foster y Santiago Calatrava. Al común de los mortales les pareció una cosa normal, pero Areso puso el foco en aquel saludo porque él sabía que estos dos arquitectos en aquella época tenían una controversia por la cúpula del Reichstag de Berlín. Estaban muy enfrentados y fue Bilbao, donde entonces Calatrava estaba proyectando el aeropuerto y Norman Foster el metro, el lugar en el que se dieron la mano.
Gracias a Ibon Areso, esa misma exposición luego fue a Londres y consiguió, a través de sus relaciones en el mundo de la arquitectura, que la muestra con las pretensiones futuras de Bilbao se pudiera ver en la capital británica.
Sencillo Pero si algo caracteriza a Ibon Areso y todos le reconocen es su sencillez y su falta de afán de protagonismo. Por su condición de teniente de alcalde ha tenido que sustituir a los regidores en más de una ocasión. Más aún en esta última etapa, por eso ha solido comentar más de una vez. "Yo entro por la puerta y cuando veo las caras de la gente que me está recibiendo, que están esperando al alcalde de Bilbao, cuando me ven entrar, veo la cara de decepción de quien espera unas angulas y recibe un surimi". Pero en realidad Areso, lo dicen quienes le conocen, "era una angula, solo él se ha visto como un surimi porque todo el mundo a su alrededor le ha apreciado como una angula". Se merecía ser alcalde.
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