El día 9 de agosto es siempre una jornada muy especial en la Casa Misericordia de Bilbao, ya que es la jornada en la que esta emblemática institución de la capital vizcaina honra a San Mamés, su patrón y santo que da nombre a todo el entorno. Ayer no fue una excepción y, como ocurre cada año desde 2007, la Misericordia se vistió de fiesta para celebrar esta onomástica. No faltó de nada. La música, comida y la bebida fueron el complemento perfecto para el acto central del día: la procesión del santo desde la capilla hasta los jardines de la Misericordia. La fiesta dedicada al santo, siempre acompañado por su fiel león, comenzó a las 09.00 horas con el disparo de txupines para anunciar el inicio de la fiesta.
El txupinazo corrió a cargo de la txupinera de Aste Nagusia del año pasado, Nerea Orizaola. "He escuchado el txupin por la radio y he venido a todo correr a la Misericordia. Vine también el año pasado y me encantó el fantástico ambiente que hay, por eso este año he repetido sin dudar", contaba Olivia, vecina de Bilbao que recuerda con especial cariño la época en que vivió en la avenida San Mamés."Esta fiesta nos da un poco más de vida a los que vivimos aquí; es un día especial para nosotros", comentaba Lucía que descansaba en una silla. Después del txupin, sin perder tiempo, los asistentes disfrutaron de un pasapasillos por las diferentes salas de la institución.
Además, la visita estuvo amenizada de principio a fin por el txistulari Mikel Bilbao. "El sonido del txistu nos ha acompañado toda la vida y es bonito escucharlo entre estas paredes", aseguraba Mariano, antiguo alumno del centro. Acto seguido, sobre las 10.15 horas, tuvo lugar la clásica procesión que traslada la imagen del santo desde la capilla hasta los jardines de la Casa. En ese mismo parterre se celebró, una vez acabada la procesión, la misa de campaña conmemorativa que concluyó, como es habitual en esta ceremonia, con el himno a San Mamés. "Está haciendo un día muy bueno, es una suerte que aprovechemos el jardín", se alegraba Marisa. Entrada la mañana, a las 11.30 horas, se realizó un homenaje especial a las Siervas de Jesús como elogio al trabajo que esta congregación y, en concreto, su comunidad de Bilbao, ha venido realizando durante las tres últimas décadas en la asistencia nocturna de los residentes de la Misericordia. Más tarde, llegó uno de los momentos más esperados: un aperitivo compuesto por pintxos de txistorra, talo con chorizo, vino y agua, entre otros. "Está todo muy rico y la bebida fresca con este calor sienta muy bien", sonreía Marisa, con un vaso de zumo en la mano.
Además, el piscolabis estuvo amenizado durante toda la jornada por la Banda Municipal de Música de Bilbao, que interpretó unas piezas escogidas y pensadas especialmente para el disfrute de los allí presentes. "La gente lo está pasando muy bien.
Yo no bailo porque ya se me ha olvidado, pero estoy a gusto", afirmaba entre risas Alberto, uno de los residentes que, sentado con un compañero, miraba cómo bailaban los más animados. Colaboraciones El aperitivo, que tanto éxito tuvo en la jornada de ayer en los jardines de la Misericordia, fue posible gracias a la altruista colaboración de la academia del cerdo Txarriduna.
Además, la academia contó con la ayuda del Mercado de la Ribera, que regaló los alimentos; de Iruña Catering, que aportó gratuitamente todas las bebidas, y del Café La Granja, que trasladó su talotoki a los jardines de la Casa para que los ancianos pudieran disfrutar de talo recién hecho. "Hemos calculado la comida y la bebida para 300 personas y se ha acabado todo en seguida. Esta fiesta funciona muy bien todos los años", confirmaba Marino Montero, director de la academia del cerdo Txarriduna.
El buen ambiente que ha habido en otras ocasiones y el espectacular tiempo que se vivió en la jornada de ayer, hizo que la fiesta comenzara y acabara animadamente e hiciera las delicias de todos los asistentes. "Siempre tenemos suerte: todos los años ha hecho muy buen tiempo", se alegraba Montero. "He bailado y he comido todo lo que he podido, espero que el año que viene pueda repetir y que haga igual de bueno", confiaba María, acompañada de su nieta. Y es que, esta celebración en homenaje a San Mamés, no solo está pensada y dedicada a los ancianos residentes, también está concebida para sus familiares, sus amigos y los antiguos alumnos de la Casa.