Los seis semáforos 'chivatos' de Bilbao multan a casi 3.400 conductores en 2012
Los detectores de paso en fase roja posibilitan un descenso del 32% de los accidentes en tres años
Bilbao. Los seis semáforos con detectores de paso incorporado que instaló el Ayuntamiento de Bilbao en 2009 permitieron multar a 3.383 conductores a lo largo del pasado año por rebasar estos cruces con el disco en fase roja, lo que supone una media de 9,2 multas al día por este motivo durante 2012. Desde la instalación de este sistema en seis intersecciones clave de la villa -por su alto índice de siniestralidad- se ha registrado un descenso del 32% en los accidentes, pasando así de los 66 siniestros contabilizados entre 2006 y 2009 a las 45 colisiones producidas al saltarse uno de estos semáforos en los tres años posteriores a la puesta en funcionamiento de estos chivatos. Del mismo modo, la instalación de estos detectores ha permitido reducir hasta en un 16,7% el número de personas heridas como consecuencia de una colisión en estos puntos.
En octubre de 2009, el Área de Circulación y Transportes del Ayuntamiento de Bilbao instaló detectores de paso de semáforos en rojo en seis cruces estratégicos de la villa: la confluencia entre Gran Vía y la calle Iparraguirre; el cruce entre la Alameda de Mazarredo y la Gran Vía; la intersección entre la Alameda de Mazarredo y la calle Colón de Larreategui; la zona de encuentro entre la calle Autonomía y General Concha, así como, la unión entre Autonomía con la calle Ferrocarril, y, finalmente, el cruce entre la Alameda de Urquijo con la Avenida de Sabino Arana. Estas seis intersecciones fueron seleccionadas por ser las que tenían una mayor concentración de accidentes por rebasar los semáforos en rojo y por ser también unas de las arterias con más tráfico de la capital vizcaina.
De las multas interpuestas por el Ayuntamiento de Bilbao durante el pasado año, 4.669 estuvieron motivadas por rebasar un semáforo en rojo. De todas ellas, 3.383 infracciones fueron detectadas por los semáforos con detectores de paso en rojo, es decir un 72% del total de las multas impuestas por esta infracción.
Algo más de tres años después de la instalación de las cámaras, el sistema ha cumplido con su objetivo. No en vano, antes de su utilización se registraron 66 accidentes en los seis cruces críticos, mientras que tras su colocación fueron 45 los siniestros contabilizados. Del mismo modo, se consiguió reducir el número de siniestros con víctimas personales pasando de los 36 accidentes con heridos contabilizados a lo largo de los tres años anteriores a la instalación del sistema, a los 30 siniestros con heridos de los tres años posteriores.
Casuística "Estamos satisfechos con el resultado de esta iniciativa, ya que hemos conseguido reducir un 32% el número de accidentes en estos cruces, así como la cifra de siniestros con heridos en estos puntos, que ha descendido un 16,7%. Estamos consiguiendo el objetivo que perseguíamos", explicó Asier Abaunza, concejal del Área de Circulación y Transportes. Según el edil, por el momento no se han detectado en Bilbao otros cruces que presenten esta misma casuística y en los que haya posibilidad de que se instalen los detectores de paso en rojo. "Hay puntos en los que, ocasionalmente, alguien se ha saltado un semáforo y ha generado un accidente, pero no de forma continuada como para justificar que se instale uno de estos aparatos", señaló Abaunza.
En 2007, el Ayuntamiento inició el Plan de Movilidad Segura con el objetivo de reducir a la mitad el número de accidentes que había en la ciudad. Dentro de ese plan se inició una serie de actuaciones en los puntos negros, desde el punto de vista de seguridad vial, detectados en Bilbao. "En función de la causa del accidente se implantaba una medida diferente. En los que la causa era el exceso de velocidad, se adoptaron medidas que suponían una ralentización del tráfico, como el estrechamiento de la calzada, semaforización o la instalación de pasos de peatones elevados. En el caso concreto de estos seis cruces, la causa principal de los accidentes era que los conductores no respetaban los semáforos, se los saltaban y eso generaba atropellos y colisiones", indicó Abaunza. El único elemento del que disponía el Ayuntamiento para reducir esas cifras eran los detectores de paso en rojo. Es lo único que garantiza que se respete la obligatoriedad de frenar cuando la luz está en rojo", matiza Abaunza. No en vano, cada uno de estos sistemas constan de tres cámaras fotográficas -señalizadas previamente para avisar a los conductores de que se aproximan a una intersección con detectores- que registran la matrícula del vehículo infractor antes, durante y después de rebasar la línea con el disco en rojo mediante un vídeo y una secuencia de quince imágenes fijas. Todas las imágenes son revisadas por la policía y se descartan aquellas que no precisan sanción, por ejemplo quienes se quedan sobre la línea de detención por un atasco. "Estos semáforos no saltan cuando el semáforo está en ámbar, únicamente cuando está en rojo, pero hay conductores que en vez de frenar aceleran cuando ven el disco en ámbar", plantea el concejal. El hecho de saltarse uno de estos semáforos acarrea sanciones tanto económicas como de puntos en el permiso de conducción. Exactamente, una minuta de 200 euros, que se queda en 140 si se opta por abonar la multa antes de quince días, y la consiguiente pérdida de cuatro puntos. "El objetivo no es sancionador. Lo que queremos es que nadie se salte un semáforo o que se generen situaciones de riesgo", finalizó.
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