Bilbao. Hasta el 70% por cese. Ese es uno de los carteles que se ha repetido en los últimos meses en los escaparates de establecimientos históricos de Bilbao. Modas Gay, Delmar, Itxaso, Carlangas, Modas María Luz, Zapaterías Otazua-Zubiri... El goteo de tiendas de toda la vida de Bilbao que han cerrado o están a punto de hacerlo no cesa. Algunas por jubilación y otras por el descenso del consumo, lo cierto es que el sector comercial de la villa está experimentado una auténtica revolución. Las tiendas de toda la vida están cediendo espacio a otros modelos de franquicia que siguen expandiéndose por la ciudad con fuerza. Es el caso de la tienda Itxaso que, tras más de 30 años vistiendo a los bilbainos, cerró el año pasado; ahora, solo el toldo negro con el nombre de la tienda recuerda lo que fue. En el mismo local, otra marca de ropa multifirma ya anuncia su próxima apertura. Es la cara y cruz de la misma moneda. Unos se van y otros llegan. "La crisis ha provocado la reconversión del comercio", reflexiona el secretario general de Cecobi, Julián Ruiz.
El último que ha anunciado el cierre de todos sus locales en Euskadi -dos de ellos en Bilbao- es Carlangas, tienda emblemática de ropa de niño multimarca. Su próximo cierre se debe al descenso del consumo pero, sobre todo, a la reducción del margen de beneficio, que ha hecho que sus tiendas oferten estos días descuentos de entre el 50% y el 80%, hasta agotar existencias. Tras el mostrador de uno de los establecimientos, el de Alameda Mazarredo, sus dos empleadas, tras 23 años de profesión, se enfrentan a un mal trago liquidando con la misma amabilidad de siempre la exclusiva ropa que les queda. "El consumo ha bajado y la gente tiene menos dinero para gastar. Esto no es más que consecuencia de esta pérdida de poder adquisitivo que han sufrido las familias", dice Ruiz.
Sin embargo, y aunque el descenso en el consumo es la principal razón que ha desencadenado el progresivo cierre del comercio local en la villa, no es el único motivo. La liberalización de la temporada de rebajas, la subida del IVA, la falta de relevo generacional y el elevado precio de los alquileres ha obligado a muchos de los negocios familiares a cerrar definitivamente la persiana. "El pequeño comercio aguanta hasta donde puede, pero son muchas las trabas que se encuentran para continuar", afirma Ruiz. En este sentido, no es lo mismo un empresario local que cuenta en propiedad con su local, con otro que debe seguir pagando el alquiler a pesar de no hacer caja. En relación a esta cuestión, el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, en una entrevista concedida a DEIA, reconocía que en Bilbao se están cobrando unos "alquileres exorbitados, exagerados". Una situación que lejos de beneficiar a la creación de empleo, complica el mantenimiento de los pequeños locales de toda la vida a los que la crisis ha azotado de manera mucho más virulenta. "El comercio local tiene menos margen para bajar los precios. No pueden competir con otras franquicias que tienen más posibilidades de sacar producto a precios más asequibles", aseguran.
No cabe duda de que hoy en día el consumidor lo que más mira es el bolsillo y "si en una tienda tienen lo mismo o parecido pero más barato van a ir ahí. Cada uno mira su beneficio", apunta la dependienta de un local sito en Indautxu.
Malabarismos El pequeño comercio aguanta el temporal como puede y mantiene la persiana levantada haciendo auténticos malabarismos para no terminar cerrando. Sin embargo, no todos han podido sortear esta dura situación. En Bilbao, en los últimos meses, tiendas de moda y complementos de toda la vida han cerrado o han anunciado su inminente cierre. Modas María Luz es un clásico en el vestir de mujer y uno de los más antiguos de la capital vizcaina. Tras 63 años asesorando a una clásica, pero a la vez mujer actual, tiene previsto cerrar este mismo mes sus dos tiendas en Bilbao. A ella hay que sumarle la zapatería Otazua-Zubiri que, por cuestiones internas de los responsables de este negocio familiar, también han colgado el cartel de liquidación de todo su calzado de gama alta para bajar la persiana definitivamente. La situación por la que atraviesa el comercio en Bilbao ha obligado al Consistorio bilbaino ha realizar una reflexión que sirva para ayudar a este sector a salir airoso de esta situación. El análisis pasa por un cambio, una adaptación a la actual realidad. "Los tiempos cambian y también la demanda de los consumidores, por eso habrá que pensar nuevas ofertas", comentó el consejero delegado de Ayuntamiento de Bilbao, Andoni Aldekoa, hace unos meses. En este sentido, una de las medidas que se planteaba era la posibilidad de "combinar licencias, hay comercios en los que se pueden comprar ropa y tomar un aperitivo dentro de un mismo local". No cabe duda que la supervivencia del pequeño comercio pasa por reinventarse; supone un gran esfuerzo, pero la recompensa es seguir dotando a la ciudad de identidad que la hace diferente.