BILBAO. Los jóvenes que disfrutan de sus ratos de ocio en lonjas de Bilbao van a tener la ayuda y el asesoramiento del Ayuntamiento para un correcto uso de las mismas, según dio a conocer ayer el concejal de Euskera, Juventud y Deportes, Sabin Anuzita. El edil presentó una guía de recomendaciones en materia de administración, seguridad, habitabilidad y convivencia que los jóvenes deben seguir. Como contrapartida, el Consistorio está dispuesto a colaborar en el caso de que no tengan extintor de incendios o botiquín, por ejemplo. En la villa están censadas 230 lonjas juveniles, de las que un 80% cuenta con contrato de alquiler y solo un 46% posee seguro.

Los jóvenes han colaborado positivamente a la hora de abrir las "puertas de su casa" para que las personas de la fundación Gizagune, que han ido puerta a puerta, pudieran realizar el censo. Ana, una de estas personas que "se ha pateado Bilbao" buscando locales, hace una valoración muy positiva: "La mayor parte de las lonjas visitadas presentaba un aspecto bueno y no tenían problemas con los vecinos". Jon y Aritz, dos jóvenes que comparten lonja junto a otros compañeros, aplaudieron la iniciativa del Ayuntamiento porque "contribuye a desmitificar el estereotipo de un mal uso de las lonjas".

Dicen que para muestra un montón. Así es que el concejal de Euskera, Juventud y Deportes presentó la nueva guía de uso para las lonjas juveniles en un local en Deusto que comparte una treintena de jóvenes, algunos de los cuales estaban presentes. La lonja es muy amplia, cuidada, con murales en las paredes y varias zonas de estar. "Hay quien viene a estudiar, otros a ver la tele, tenemos un rincón para pintar, para jugar o simplemente para estar con los amigos", señalaron ayer los jóvenes que tienen alquilado este local. En una de las paredes también está colgado un calendario con los turnos de limpieza, lo que da fe de la responsabilidad que asumen cuando alquilan un local. En su caso no tienen problemas con los vecinos, puesto que no están en un edificio residencial y para más comodidad hasta disponen de agua caliente; todo un lujo.

Cuando el Ayuntamiento se interesó por conocer su lonja, en el rastreo que ha estado haciendo durante seis meses para conocer la situación de estos locales de jóvenes en la capital, hubo opiniones para todos los gustos, pero finalmente optaron por abrir sus puertas al Consistorio. "Ser joven no es ser irresponsable", y así lo demuestra la organización que tienen los jóvenes en estos locales, apreció Yolanda, de la fundación Gizagune.

La guía Con todo, el Ayuntamiento ha querido recoger en una guía las recomendaciones que se deben cumplir. Anuzita se esforzó ayer en explicar que el Ayuntamiento no pretende ser coercitivo, ni se ha querido hacer una ordenanza. El concejal se siente en deuda con los jóvenes de Bilbao, "porque nos han abierto su casa" y por eso cree que debe colaborar con ellos para que las lonjas funcionen de forma segura. Al final, este es el fin último de este trabajo de campo, evitar que haya problemas vecinales y, fundamentalmente, que pueda ocurrir algún accidente.

El informe de la situación de las lonjas de jóvenes apunta que se localizan en la periferia, siendo usadas por grupos mixtos de entre 10 y 15 personas con una franja de edad de 18 a 25 años. En general, hacen uso de las lonjas desde hace dos años entre semana hasta las 22.00 horas y los fines de semana hasta las 2.00 horas. Tienen contrato y seguro, y pagan una media de entre 251 y 350 euros al mes. La mayoría está ubicada en los bajos de las viviendas y suelen lindar con garajes, trasteros y espacios vacíos. Cuentan con agua, luz y servicios. No suelen tener extintor ni cocina, aunque sí nevera y microondas. Están mal ventiladas, a pesar de contar con ventanas y extractores. Los espacios son confortables, aunque el mobiliario está un tanto deteriorado y tienen una buena higiene haciendo uso de los turnos de limpieza y siendo personas no ruidosas.

La guía de usos recoge una serie de recomendaciones administrativas como la necesidad de tener un contrato en vigor, la existencia de una póliza de responsabilidad civil y disponer de agua potable procedente de la red general, entre otros. También se les recomienda instalar luz eléctrica, que deberá ser realizada por un profesional autorizado y cumplir el reglamento electrotécnico para baja tensión. La guía también recoge una serie de recomendaciones para la convivencia, como respetar las limitaciones de ruido o cuidar las condiciones higiénicas.