Las celebridades 'sietecalleras' del XIX
El Museo Vasco inaugura una exposición de retratos al óleo de personajes que formaron parte de la vida cotidiana del Bilbao de hace dos siglos
Bilbao
LA Sañuda, José Luis Pitarque, Jaime Selvy, Pachote, Julián el tuerto, Pepita kiosco del Arenal, Cabesita de ajo, El guarda Alonso, Chata la borracha, Serafín Menchaca, el maestro Pitolerdo... Estos nombres pueden no decir nada en la actualidad, pero a finales del siglo XIX y principios del XX fueron algunos de los personajes pintorescos y entrañables que animaron las calles de Bilbao con el espíritu sietecallero. Desde ayer y hasta el próximo 24 de febrero, el Museo Vasco expondrá la Galería de las Celebridades Bizkainas: Tipos Populares. Se trata de una selección de retratos al óleo de hombres y mujeres que tuvieron una presencia pública en la vida cotidiana de la ciudad; una forma "peculiar y divertida" de mostrar la vida de Bilbao y de los personajes curiosos que lo poblaban en el cambio de siglo.
La diputada de Cultura, Josune Ariztondo, presentó ayer la colección en el Museo Vasco. "Una colección que, en torno a 1950, surgió como un proyecto personal de los hermanos José Antonio y Luis Lerchundi y Sirotich", explicó la diputada. Las vidas de La Sañuda, mujer alta y corpulenta que desempeñaba el cargo de capataz de la descarga de los barcos de bacalao; de José Luis Pitarque, maestro del arte de vivir sin trabajar; de Félix Unamuno, hermano del escritor y quien corregía las recetas que llegaban a su botica porque consideraba incompetentes a los médicos; de Pachote, hombre corpulento y popular por ser el abanderado de la Sociedad Coral de Bilbao en los desfiles, o de Jaime Selvy, ingeniero de origen inglés que vino contratado por Astilleros del Nervión y que se convirtió en un bilbaino de pro, se muestran en esta colección integrada por 239 obras que se expondrán por fases. En esta primera exposición, se muestran diferentes aspectos de la vida cotidiana de la villa y de sus habitantes a través de los retratos de 45 personajes.
A pesar de los esfuerzos realizados por parte del museo, no se ha conseguido recopilar datos biográficos de cinco de los personajes, "por lo que el museo quedaría muy agradecido por cualquier información adicional sobre ellos", matizó la diputada. Asimismo, el museo Vasco no ha logrado descubrir el paradero de otras cinco obras que completarían la colección. "Son los retratos de Lorito, Jodra, El Santo de Begoña, Ochandiano Chimbo y Santiaguito. Se agradecería si alguien reconoce estas obras y conoce su paradero", solicitó Ariztondo.
Entre los tipos populares que se exhiben en la muestra se encuentra la figura de Pérez El explicador, al que se relaciona con el mundo del cine de principios del siglo XX. "Las películas eran mudas y no había subtítulos. Los explicadores recreaban las historias de la pantalla, incluso hacían los sonidos. Y este hombre debía tener una fama excepcional. Tanto que se decía que una misma cinta parecían dos películas diferentes contadas por él", narra Marian Álvarez, coordinadora del Museo Vasco. Luciano, propietario del restaurante del mismo nombre, es otro de los personajes ilustres de esta exposición. "Era conocido en el mundo entero. Cualquier personalidad que visitaba Bilbao en la primera mitad del siglo pasaba por este restaurante", asegura Marian.
Más familiar es la figura de Salustiano de Orive, inventor del Licor del Polo. Nacido en Logroño y afincado en Bilbao, regentó la farmacia Uribe en la calle Askao. "Fue un hombre peculiar de carácter, pero fantástico como empresario y publicista. Publicaba en los periódicos anuncios graciosos y, aunque no está verificado, se cuenta que en unas fiestas de Bilbao colgó a un hombre de color por los dientes desde un puente para publicitar la eficacia de su dentífrico", relata Marian. Pero, el personaje más conocido en la actualidad es Txomin Barullo, agente de cambio y Bolsa, se encargaba en el Ayuntamiento de la villa de organizar "absolutamente" todas las fiestas. "Ya fueran las fiestas de Bilbao, los toros, los banquetes y hasta las procesiones", explica la coordinadora. Txomin tenía fama de andar siempre corriendo de un lado para el otro, gritando mientras organizaba los eventos, de ahí lo de Barullo, por lo que no es de extrañar que acabara quedándose totalmente afónico. Un personaje tremendamente popular en la villa que acabó dando nombre a una de las comparsas más populares de Aste Nagusia.
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