Bilbao. La concesión del premio de la fundación Dintel las ha llenado de orgullo y se las nota; en su expresión, sonrientes como niñas, y en sus palabras, que rezuman orgullo. Para Nuria Cudolá e Isabel Urrutia, responsables de Organización y Sistemas, y Calidad y Seguridad del Paciente, que el proyecto de hospital digital haya recibido un prestigioso premio estatal las llena de satisfacción. Gracias a él, han logrado eliminar el papel prácticamente en todo el centro; todo un avance que mejora la seguridad del paciente y la rapidez en su asistencia. Su desembarco en Zorrotzaurre permitió instaurar de forma definitiva esta forma de trabajo, junto a otras mejoras. "La calidad asistencial es nuestra máxima aspiración", destacan.

¿Qué es un premio de la Fundación Dintel?

Nuria Cudolá: Nos ha concedido el premio la fundación Dintel, en su congreso de Sanidad 2012; hemos sido uno de los seis hospitales premiados, por nuestro proyecto de hospital digital.

¿De qué se trata?

N.C.: Un hospital sin papeles, en el que el papel prácticamente desaparece y lo sustituimos todo por herramientas informáticas, integradas entre sí. Toda la información del paciente está siempre disponible para todo el personal.

¡No más folios!

N.C.: Así es. Por ejemplo, la historia clínica es, tradicionalmente, una historia en papel, donde cada profesional va dejando sus anotaciones, las órdenes médicas... Aquí se ha sustituido por una versión digital, una historia clínica electrónica. Tampoco usamos el papel para pedir pruebas complementarias; una de las ventajas es que, al no ser manuscrito, se evitan errores y muchas llamadas del especialista preguntando qué prueba se pide exactamente.

Isabel Urrutia: También se hacen así las prescripciones medicamentosas. La seguridad del paciente aumenta muchísimo porque se evitan las recetas que a veces son prácticamente ilegibles.

Esa letra de los médicos...

I.U.: Cada uno escribe a su manera... Los puntos y las comas, por ejemplo, también son muy importantes a la hora de escribir la dosis, y se pueden confundir, con consecuencia fatales para el paciente. La prescripción electrónica incide muchísimo en la seguridad clínica y permite garantizar una asistencia segura en lo referente a la medicación. Es un campo muy importante que estamos trabajando.

A efectos prácticos, ¿cómo funciona ese hospital digital?

N.C.: Básicamente se trabaja con ordenadores personales. En cada planta tenemos una sala de médicos con cuatro ordenadores, una sala de informes con otro, en el control de enfermería hay dos... En el bloque de hospitalización tenemos carros de pase de visita, carros inalámbricos desde los cuales el personal tiene las mismas herramientas que si estuviera sentado delante de un ordenador. En los carros donde las enfermeras llevan los medicamentos también hay portátiles, de forma que el profesional puede indicar la administración a pie de cama.

I.U.: Es otra de las prácticas de seguridad clínica. Uno de los hábitos que antes había, no solo en este hospital sino en todos, era preparar la medicación en los controles de enfermería. Y a veces, por prisas, puedes mezclar la medicación de un paciente con la del otro. Este sistema te garantiza que estás preparando exactamente la medicación de ese paciente.

Mucho más, entonces, que un beneficio para el medio ambiente.

N.C.: Está más enfocado a la seguridad del paciente y a la eficiencia de los profesionales. Si tengo la historia en un montón de folios, cuando voy a mirar un dato tengo que empezar a buscar; en una historia digitalizada y estructurada es mucho más sencillo y rápido.

¿Cuándo se empezó a implantar?

N.C.: Comenzamos el proyecto a finales de 2010 y a finales de 2011 se implantó la parte administrativa de la clínica San Sebastián y los informes de alta de Urgencias. Al trasladarnos a Zorrotzaurre ampliamos mucho nuestra dotación tecnológica, multiplicándolos casi por cuatro. En junio implantamos las peticiones clínicas y la prescripción de medicamentos en medicina interna, que es nuestro servicio piloto. Posteriormente se han ido incorporando todas las consultas.

Se acabó el almacenar papeles, pero imagino que habrá gente que quiera seguir teniendo su historia clínica en papel.

N.C.: Sí que los hay y se les entrega los documentos que solicitan. Hay gente que sigue queriendo tener su radiografía guardada... Eso sí, el informe al alta se le entrega en papel a todo el mundo.

¿Se habían presentado muchos hospitales al premio?

N.C.: Entre 15 y 20 de todo el Estado. Y de ahí, han premiado a seis. Es un premio orientado a los proyectos tecnológicos. No se dan muchos premios y este tiene su prestigio.

¿Han avanzado mucho las nuevas tecnologías en el ámbito sanitario?

N.C.: Sí. Era un sector en el que no estaban muy implantadas. Se ha avanzado tanto en eficacia como en seguridad para los pacientes.

I.U.: Había muchos avances en el ámbito de tratamiento, pero no tanto en el de la gestión.

Este premio no es solo para hacer bonito, sino que redunda en la atención al paciente.

I.U.: Sí, y quizá eso sea lo más difícil: que el paciente perciba ese valor añadido que le estamos dando. Parece que las nuevas tecnologías siempre van a mejorar procesos de gestión interna, pero realmente ese resultado se refleja en el paciente: aumenta su seguridad clínica, el diagnóstico es más rápido...

Un premio que llega cuando cumple sus primeros cinco meses en Zorro-tzaurre.

I.U.: Sí; sido cinco meses muy buenos y esto es un broche de oro. Aquí estamos consolidando unos trabajos que comenzamos hace más de un año. Tanto en digitalización como desde el punto de vista de calidad, las clínicas del IMQ han apostado por un modelo de acreditación americano, la Joint Comisión. Es un modelo de acreditación, muy reconocido a nivel internacional: hay unos 570 hospitales que tiene esta acreditación en todo el mundo, en el Estado solo son 8.

¿Qué tiene de especial?

I.U.: Es un modelo muy exigente, que prima mucho la calidad asistencial y la seguridad clínica. Llevamos ya dos años de trabajo, que se han materializado hace cinco meses.

¿En qué?

I.U.: Por ejemplo, los partos. Durante más de un año hemos trabajado en procedimientos de atención al parto natural, para reducir los inducidos y las cesáreas. Uno de los temas que también estamos cuidando mucho es la educación y la formación al paciente y hemos hecho una serie de guías informativas para la mujer que va a dar a luz, con cuestiones concretas que a todas las primerizas les preocupan: qué tengo que llevar en la maleta, cuándo tengo que ir a la clínica... Y también la formamos para cuando vuelva a casa.

¿Qué ha supuesto para el igualatorio estas nuevas instalaciones?

I.U.: Se ha consolidado un proyecto que se venía gestando desde hace años. Se apostaba por la clínica Zorrotzaurre por lo que queremos llegar a ser: no solo la clínica privada más grande sino también una clínica referente en el País Vasco. Ha sido un cambio importante, sobre todo en las instalaciones.

La verdad es que son impresionantes.

I.U.: En el diseño de la clínica se ha primado la funcionalidad: por ejemplo, que en urgencias tenga alrededor servicios de apoyo como rayos. Desde el punto de vista del paciente, llama la atención el confort y la luz que tienen las habitaciones; es uno de los aspectos que prima mucho en el ámbito privado. No solo que me atiendan rápido y bien, sino ese lado hotel: una habitación individual, con luz natural, con aire acondicionado... Se ha apostado muchísimo por la tecnología de vanguardia, en rayos, quirófanos inteligentes...

¿Quirófanos inteligentes?

I.U.: En el Da Vinci, por ejemplo, hay un robot que te opera, que se utiliza sobre todo en urología.