BILBAO. Fue la primera ciudad en acoger la reunión de profesionales de vinos de champán y, ayer, Bilbao volvió a ser anfitriona de este encuentro en el que casi 50 marcas estuvieron representadas. La directora de la oficina que organiza este evento anual, Nuria Gené, desgrana los secretos para disfrutar de un buen champán sin tener que pagar un precio demasiado elevado.

¿Utilizamos mal la palabra champán?

No especialmente, aunque a nosotros nos gusta más la terminología vinos de champán.

Pero la oficina que usted dirige se ocupa prioritariamente de la defensa de la palabra champán.

Tratamos de identificar cualquier posible mala utilización de dicho nombre. Además, organizamos la divulgación de la diversidad de champán a través de catas.

¿Le molesta que, a veces, se confunda cava y champán?

No, hay muy buenas relaciones y mucho respeto. De hecho, el cava no puede hacernos daño en el mercado del Estado. Su producción es de 100 millones de botellas frente a los cuatro millones que expedimos de champán. Nuestra guerra es más con los vinos espumosos. Aunque el champán es mágico y es diferente. Si se quiere celebrar algo importante, en ese acto hay champán.

¿Y cómo llevan la guerra con los espumosos?

Nos preocupa, pero no tanto a nivel de producción como de producto. Porque en realidad no se puede producir más champán pero es importante el producto en sí. En EE.UU., por ejemplo, se protege mucho la marca.

Habrá oído hablar entonces del agua de Bilbao.

Sí, algo he oído. Lo cierto es que no a todo el mundo le gusta la espuma; pero, a los que les gusta, a veces pueden optar por un espumoso si no se llega a un champán.

España se encuentra en la novena posición en el ranking de expediciones con casi cuatro millones de botellas. ¿Cómo es el consumo en el País Vasco?

El 33% de la producción se centra en Catalunya y Baleares porque son comunidades donde hay una cultura importante. Después se encuentra Madrid y su área de influencia. Un 10% corresponde al consumo en el País Vasco y, finalmente, un 5% de la producción se queda en Galicia y Santander.

O sea que el 15% se queda en el norte del Estado. Por este motivo, después de 11 años, hemos vuelto a Bilbao para celebrar en esta ciudad la reunión del comité de champán y su bureau.

¿Ha cambiado Bilbao sus hábitos en estos últimos once años?

Sí, porque hay un punto importante, que es clave en este sector, y es la internacionalización. Marbella, Ibiza y Mallorca son las ciudades en las que más se consume champán y esto se debe a que tienen una población internacional y, por tanto, hábitos de consumo de nuestro vino. Por eso, el hecho de que se internacionalice Bilbao ha influido. La gente de otros países consume más champán. Hay hoteles en los que tienen ya sus propias cartas; esto, hace diez años, no tenía nada que ver.

Aquí todavía se asocia el consumo de champán a la copa de la noche o al postre, pero en otros países se suele consumir incluso como aperitivo.

Es un tema cultural. En verano, la gente toma una copa de vino o champán. Ahora hay una nueva generación de sumilleres que están educando bien al cliente, en el sentido de que hay buenos champanes por 25 euros, aunque no sean de una marca determinada, porque al final el consumidor de champán es marquista.

Incluso hasta, según dónde se pida, puede parecer un poco esnob tomar champán.

Sí, es cierto que en ocasiones se puede acercar al esnobismo, pero hay de todos los precios.

¿Qué criterios de selección deben prevalecer en los profesionales?

Tienen que tener muy claro que existen diferentes tipos de champán. Después tienen que tener en cuenta la añada, el ensamble...

¿Se ha pensado en popularizar su consumo, por ejemplo, con copas más baratas aunque no sean de tanta calidad?

Lo intentamos, pero nosotros no incidimos en la comercialización. Todos tienen que crecer. Ahora se está apostando por países emergentes como India, China o Rusia, por ejemplo.

¿Qué debe tener un buen champán?

Se debe beber a la temperatura ideal: ni muy frío ni caliente, entre los 8 y 10 grados. La mejor manera de enfriarlo es en una cubitera ancha con hielos. Y debe tomarse en una copa adecuada, ni la muy alta ni la clásica muy ancha que dicen que se inspiró en el pecho de madame Pompadour.

¿Y en qué es beneficiosa esta bebida para la salud?

Tiene los mismos beneficios que el vino, puesto que es un vino. Además se pasa de bebidas de 30 grados de graduación a solo 12, lo que ya es beneficioso. Pero también es un tónico además de un placer.