Bilbao. El euskera sigue abriéndose paso en Bilbao. Una de las claves para que su uso continúe normalizándose es que los ciudadanos puedan utilizarlo en diferentes ámbitos de su vida. En este aspecto, el Ayuntamiento lleva varios pasos de ventaja. La mitad de los trabajadores del Consistorio es capaz de comunicarse en este idioma, a pesar de que la ley únicamente le obliga a que lo haga un 28% de la plantilla. "Como Ayuntamiento tenemos que tener una política lingüística activa para incentivar el ánimo de utilizarla y crear oportunidades para usarla, garantizando y promoviendo su uso", defiende el concejal de Euskera, Juventud y Deporte, Sabin Anuzita.

Desde hace años, el trabajo que realiza el Ayuntamiento bilbaino a favor del euskera es incansable. El objetivo es claro: lograr la normalización del idioma, esto es, fomentar tanto su conocimiento como su utilización. Para ello, la labor se realiza tanto de puertas para adentro, con programas dirigidos a sus propios trabajadores, como de cara a la ciudadanía, diseñando programas y actividades que permitan a los vecinos comunicarse en euskera con normalidad en diferentes ámbitos de su vida.

A día de hoy, el Ayuntamiento de Bilbao puede garantizar que prácticamente la mitad de su plantilla tiene un nivel idiomático bilingüe, es decir, se desenvuelve tanto en euskera como en castellano. "Ello supone que aquel ciudadano que quiera recibir información o realizar algún trámite en euskera lo puede hacer porque nuestra plantilla tiene la capacidad de ofrecer ese servicio de forma bilingüe", destaca Sabin Anuzita.

Acreditados y hablantes La ley, prosigue el concejal, obliga al Consistorio a que el 28% de sus trabajadores tenga acreditado un nivel preceptivo de euskera; en el caso de Bilbao, ese porcentaje se eleva hasta el 40%. Pero además, existe otro 10% de trabajadores que, aun no teniendo un título que acredite su nivel de euskera, es capaz de entender, desenvolverse y hablar en euskera.

Desde el Área de Euskera, a través de Recursos Humanos, se pone a disposición de todos los trabajadores la posibilidad de aprender euskera a cualquiera nivel, "tanto desde cero como de perfeccionamiento o para sacar niveles preceptivos", apunta Anuzita. "Poder garantizar que los vecinos puedan hablar euskera en cualquier ventanilla es una síntoma de que el euskera se toma en serio no solo a nivel municipal, a través de los funcionarios, sino a nivel social. Es uno de los puntos claves: facilitar las relaciones entre las personas", añade. Aunque los puestos de cara al público sí tienen una exigencia de nivel de euskera, el Ayuntamiento quiere que esa posibilidad se extienda también al resto de empleados públicos, por lo que les facilita realizar los cursos necesarios para ello. "El euskera tiene que ser una apuesta clara de convivencia de nuestro pueblo. Como Administración, tenemos que ser promotores y no espectadores del euskera, tenemos que ser agentes activos junto a los agentes sociales teniendo una política firme pero flexible con el euskera", defiende.

Numerosos programas También de cara a la sociedad, el Ayuntamiento desarrolla un gran número de programas cuyo principal objetivo es ofrecer, a los diferentes colectivos que conviven en Bilbao, la oportunidad de comunicarse en euskera en diversas situaciones. Así, algunos programas se dirigen al público infantil y juvenil, otros están centrados en colectivos como los comerciantes y también existen ayudas que ofrecen a los aitas la posibilidad de aprender euskera de forma que se puedan comunicar en este idioma con sus hijos.

El euskera se ha ido abriendo paso en Bilbao. Si hace tres décadas apenas uno de cada cinco bilbainos tenía nociones de este idioma, hoy la mitad de la población puede desenvolverse con soltura en euskera. "La evolución del euskera en Bilbao ha sido muy positiva. No hay más que salir a la calle; cada día se oye más hablar en euskera", destaca Anuzita. El concejal reconoce que este avance se ha producido debido a una labor conjunta. "Gracias al trabajo de los centros escolares, los euskaltegis, de las distintas herramientas que ponen las administraciones para que el euskera se utilice...", enumera.

Pero, sobre todo, destaca el papel que ha jugado la sociedad. "Sobre todo, esta normalización se ha producido gracias a las personas, que son al final quienes deciden en qué idioma se comunican. Una cosa es que yo ponga en marcha distintas herramientas para que se pueda hablar y vivir en euskera pero, el idioma tiene que vivir en la calle, al margen de ese impulso de las administraciones".

En toda esta labor, el Ayuntamiento ha trabajado de la mano de los agentes que tiene que ver con el euskera, desde los euskaltegis a la asociación de bertsolaris de Bizkaia, la fundación Azkue, Topagune o AEK. "Con ellos sumamos más; el euskera lo tenemos que construir entre todos, no depende solo de las políticas de una administración", defiende rotundo.

Uno de los principales valores que destaca el concejal es que en esa normalización uno de los aspectos que se han recuperado ha sido la transmisión del euskera de padres a hijos, que se había perdido hace algunos años. "Jóvenes que tienen ahora en torno a 40 años, incluso no hablando euskera todo el día, utilizan ese idioma con los hijos. Así, el euskera vuelve a pasar de padres a hijos y no a aprenderse en los centros escolares, como pasaba hace unos años. Esa transmisión a través de la familia se ha recuperado", valora Anuzita.