La Ribera estará lista para diciembre
Con la reforma del ala de La Merced, adonde se trasladarán diez puestos, culminará la rehabilitación
Bilbao. Ya hay fecha definitiva: el mercado de La Ribera finalizará su reforma integral para principios de diciembre. Las últimas obras para rehabilitar el ala de La Merced empezarán en julio, de forma que para la campaña previa a las próximas navidades, todos los comerciantes de la histórica plaza de abastos estarán instalados en sus puestos definitivos. La zona más próxima a la pasarela peatonal sobre la ría seguirá la misma estética que se siguió en San Antón y, en el exterior, se recuperará, como zona de estancia, el amplio espacio que antes ocupaba la parada de autobús.
A principios de verano darán comienzo las obras para finalizar la rehabilitación integral del ala del mercado más próxima al puente de La Merced, "un camino que iniciamos hace tres años", según recordó ayer el concejal de Obras y Servicios, José Luis Sabas. Tras la reforma de la zona de San Antón, que se inauguró en diciembre de 2010, se ha empezado a actuar en el lado contrario. Hasta ahora, prácticamente se ha vaciado esta parte por dentro, y se han eliminado las dos paredes laterales; únicamente se ha mantenido en pie el vistoso y emblemático ábside lateral, que se conservará como "proa", tal y como lo definió Sabas, del histórico edificio diseñado por Pedro Ispizua.
A partir de julio, se procederá a realizar todos los acabados, tanto interiores como exteriores, del mercado, se instalarán todos los servicios -electricidad, alumbrado, agua, climatizaciones...- y se colocarán los nuevos accesos mecánicos. Así, la imagen externa que ofrecerán las dos paredes será la misma, en tonos grises y granates, y vistosas cristaleras, que tiene el ala de San Antón, y también por dentro el mercado mantendrá las características. En el ábside, que por sus peculiaridades arquitectónicas se mantendrá intacto, se cubrirán los huecos entre las columnas con cristaleras, de forma que desde el exterior se llegue a vislumbrar la actividad de la plaza de abastos. En su parte superior, se colocará una nueva vidriera, similar a la que se instaló en el lado contrario.
En el interior, se habilitarán diez puestos en la primera planta, idénticos a los nuevos de San Antón. Aquí se colocarán, ya de forma definitiva, los comerciantes que durante estas obras y de forma temporal han estado ubicados en la zona central, principalmente pescaderías. El eje principal pasará, una vez hecho el traslado, a acoger los puestos de flores y los de las aldeanas. "Era el compromiso que teníamos con los comerciantes y lo vamos a cumplir", recordó Sabas. De esta forma, para cuando se inicie la campaña de Navidad, los 59 comerciantes de La Ribera estarán instalados de forma definitiva en sus puestos y el mercado lucirá en todo su renovado esplendor.
Espacio libre El espacio restante de la primera planta, así como el sótano y el semisótano, quedarán de momento vacíos, a la espera de que el Ayuntamiento decida el próximo año qué utilidad darle. En su momento, se barajó la posibilidad de abrir un concurso de ideas, aunque por el momento no se ha establecido cómo se estudiará qué hacer con los alrededor de 1.700 metros cuadrados que quedan libres en este ala.
Lo que sí cambiará radicalmente será el espacio exterior de esta zona. Al igual que se hizo junto a la iglesia de San Antón, se ganará una amplia zona de ocio entre el mercado y la pasarela peatonal, una explanada de 1.200 metros cuadrados que ocupará el espacio en el que antes estaban las nasas de Bilbobus. Una zona que puede estar abierta a múltiples usos, desde cubrir una parte para que los vecinos puedan tener un espacio resguardado a reservar una esquina para la terraza de un establecimiento de hostelería, incluso un pantalán en la ría, ya que se están acometiendo obras para reformar el muelle.
Desde esta explanada se habilitarán nuevos accesos al mercado: dos escaleras mecánicas a un lado del ábside que conectarán el exterior con la primera planta, y un ascensor que se ubicará en el torreón más cercano a la calle Ribera.
El concejal de Salud y Consumo, Mariano Gómez, destacó que con estas obras -que supondrán una inversión por parte del Ayuntamiento de 3,9 millones de euros- se pone "la guinda al pastel que supone el mercado de La Ribera para Bilbao, un proyecto emblemático".
Por su parte, el presidente de los comerciantes de La Ribera, Jon Ander Ibarra, admitió que están "deseando" que toda la reforma esté ya finalizada y que las obras de este ala se están desarrollando sin apenas molestias. "Lo que sí hemos notado, después de la reforma, es que viene cada vez más gente joven a comprar", destacó.
Precisamente esta pasada semana, La Ribera ha estrenado cafetería, un elemento que, desde la reforma, se había echado en falta. El bar Klikó -que toma su nombre del champán francés Veuve Cliquot- se sitúa en una de las esquinas de San Antón, en la primera planta, y ofrece, de la mano de Rafa García Rossi -cocinero también en el Perro Chico- una amplia barra de pintxos, bocadillos y desayunos, con la garantía de los productos del propio mercado. Y, desde los amplios ventanales, "una vista privilegiada para ver la gabarra".