Cuando se comercia en domingo...
Los trabajadores de locales que tienen apertura dominical opinan sobre abrir los festivos en Bilbao
BILBAO. Los comercios de Bilbao podrán abrir siete domingos al año y algunos de ellos lo van a hacer en las fechas que marca el calendario presentado por el Ayuntamiento. Pero no serán los únicos que lo hagan, tradicionalmente hay otros establecimientos que pese a ser el séptimo día de la semana, jornada de descanso dentro de la mayoría de establecimientos de la villa, permanecen al pie del cañón dando servicio a los bilbainos en las jornadas de mayor ocio en la villa.
Este es el caso de bares, panaderías, pastelerías, algún ultramarinos, locales que sea el día que sea están ahí sirviendo a los ciudadanos. Por ello, los regentes y trabajadores de estos locales pueden dar una visión más global de lo que supone abrir en domingo, de los efectos que tendría en la sociedad y en la villa el hecho de que los comercios abran siete festivos al año.
El trasiego de gente por el Casco Viejo es considerable, la gente pasea y disfruta de la mañana dominical, hay quien mira escaparates de tiendas que están cerradas, entre todo el mar de persianas bajadas destaca el escaparate de una tienda de golosinas. En su interior, tras el mostrador está Begoña Cuesta, quien sabe bien lo que es trabajar en domingo. "Es una costumbre que este tipo de tiendas estén abiertas en domingo, pero estoy en contra de que abran ellos un día como hoy", explica Begoña.
Su postura se basa en que ella, cada fin de semana observa el comportamiento comprador de la gente. "La gente utiliza el domingo, sobre todo, para descansar, no para comprar y el que compra, lo hace a la mañana, a la tarde no hay nadie", señala esta dependienta. En este aspecto, Begoña destaca que "no sería rentable para las empresas abrir en domingo, hay que pagar a personal, luz... Para atender a una demanda muy baja". Y es que según Begoña, "la gente cada vez acude más a los centros comerciales y la mayoría de las compras se hacen el sábado".
Ante la posibilidad de que esas compras que en la actualidad se realizan en sábado se viesen escalonadas entre ambos días de fin de semana, esta dependienta lo tiene claro. "La gente está acostumbrada a comprar en sábado y esa costumbre es difícil de cambiar, más con la crisis". Asimismo, esta mujer pone el ejemplo de la experiencia de otras ciudades: "Estuve en Zaragoza un domingo, las tiendas estaban abiertas y no había nadie, estaban desiertas".
Dar vida a Bilbao Siguiendo el callejeo por el Casco Viejo, la charcutería Char-Lot representa uno de los escasos halos de vida comercial existentes el domingo en la zona. Al otro lado del mostrador se encuentra en plena jornada de trabajo Alberto Martínez, quien al ser cuestionado por la apertura en domingos lo tiene meridianamente claro. "Yo soy de los que piensa que debería ser opcional abrir cualquier domingo", señala. Libertad de apertura y consensuar con los empleados las condiciones de trabajo en esos días. "Este conflicto se ve muy diferente siendo asalariado o autónomo", explica Alberto, quien ha estado en ambos lados de la barrera. En su opinión, "esta medida nos beneficiaría a todos los comercios y a la ciudad en sí, porque los domingos a Bilbao le falta vida".
Un claro ejemplo de ello es la principal artería de la villa, la Gran Vía. En ella, los comercios que de lunes a sábado permanecen abiertos, los domingos bajan su persiana dejando un paisaje desértico en la zona. El oasis llega al observar el escaparate de pastelerías Arrese. Allí hay actividad, dos dependientas se afanan en endulzar la jornada de aquellos que, con hambre de dulce, se acercan hasta la pastelería para comprar pasteles, tartas... Mari Mar Carvajal es una de las dos trabajadoras que está tras el mostrador. "Somos el único comercio de la Gran Vía que abre los domingos", explica de forma muy gráfica. Por ello, Mari Mar cree que las cosas deberían cambiar. "Es necesario abrir más comercios en domingo para potenciar el turismo. Así, Bilbao ganaría mucho atractivo", comenta mientras envuelve unos pasteles a uno de los clientes que guardan cola en plena hora punta dominical.
Asimismo, el beneficio que Mari Mar ve a la medida de abrir siete domingos al año, no beneficiaría solo al sector turístico. "A los que abrimos todos los domingos, también nos vendría bien", zanja Mari Mar.
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