Bilbao. El alcalde de Bilbao denunció ayer que un concejal del Ayuntamiento ha sufrido presiones por parte de algunos miembros de Kukutza en su propio domicilio como consecuencia del polémico derribo del gaztetxe de Rekalde. Azkuna lo desveló cuando le preguntaron si alguien de Kukutza se había puesto en contacto con el Ayuntamiento, a lo que el alcalde contestó tajante: "Sí, algunos fueron ayer a casa de un concejal a tocarle la puerta". La gravedad de los incidentes registrados ayer ha obligado al Consistorio a convocar hoy mismo la junta de portavoces para valorar los mismos.

Según ha podido saber este periódico, varias personas, que se identificaron como miembros de Kukutza, se personaron el jueves por la mañana en el domicilio particular de un concejal cuando él se encontraba trabajando". Esta situación ha creado una gran preocupación en el equipo de gobierno del Consistorio, por lo que se han extremado las medidas de protección.

Una vez conocido el auto por el que la juez daba vía libre a la demolición del gaztetxe, y sin conocer la batalla campal en la que los violentos sumieron a Bilbao, el alcalde volvió a tender la mano a Kukutza para buscar una solución al problema. "La oferta del Ayuntamiento de apoyarles sigue en pie", dijo. "Si alquilan un local legal", continuó diciendo, "nosotros estamos dispuestos a poner algo de pasta, aunque no tenemos mucha en estos momentos". Pero insistió en que "con algo de pasta les vamos a apoyar".

El problema, a juicio del alcalde, "es que son un movimiento okupa". "Kukutza se llama Kukutza III porque antes hubo Kukutza II y Kuku-tza I, antes ocuparon otros inmuebles, y eso quiere decir que son un movimiento okupa. El problema es de okupas no de cultura".

Apoyo "En la cultura", prosiguió el alcalde con su exposición, "podemos estar o no de acuerdo, pero no la vamos a machacar". De ahí que repitiera una vez más que "estamos dispuestos a apoyarles y a dialogar con ellos, pero lo que no estamos dispuestos es a ir contra la legalidad vigente, y la legalidad vigente apoya a la propiedad privada".

Azkuna destacó que el auto de la jueza por el que se levantaba la suspensión del derribo "había sido favorable a los intereses de la propiedad privada, que naturalmente ha apoyado el informe del ayuntamiento, pero no son mis intereses, son los intereses de la propiedad privada". Porque, según el máximo representante de la capital vizcaina, "aquí estamos hablando de un problema de ocupación ilegal del suelo y el ayuntamiento tiene que defender la propiedad privada".

Azkuna, por último, se preguntó "¿qué hacían dos alemanes de unos movimientos okupas quemando un contenedor en Rekalde hasta que la Policía les echó mano?". Por eso, resaltó que "no estamos dispuestos a que un movimiento ocupe primero esto y después lo otro, es decir, propiedades ajenas".

Errekaldeberriz La Asociación de Vecinos de Rekalde, Errekaldeberriz, afirmó "sentir vergüenza" de las instituciones y animó a responder al derribo del gaztetxe de Kukutza con actitud "constructiva, positiva y creativa". Además, subrayaron que detrás de Kukutza "no hay ningún partido político" sino un barrio que "lucha por sus derechos".

En un comunicado, recogido por Europa Press, lamentaron que la jornada de ayer "se recordará como el día de la vergüenza", ya que "decenas de miles de personas de todo el mundo, de Euskal Herria, de Bilbao y de Rekalde" han constatado que "el Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación de Bizkaia y el Gobierno vasco no han defendido los intereses de la ciudadanía" y han optado "por arrodillarse ante las ansias especulativas de un puñado de millonarios".

Asimismo, destacaron que, "frente a la destrucción de las excavadoras, las tanquetas, y los encapuchados armados hasta los dientes", los vecinos de Rekalde "deben estar a la altura" para que "todo el mundo vea que la única violencia es la suya, la de un Gobierno vasco que manda a la policía para acabar con nuestro derecho a la cultura". Los hechos demuestran que no fue así.