Bilbao. Dos gatos egipcios custodiaban una urna con una camisa en su interior. Una escena de museo es lo que quisieron representar Jon Elorrieta y Saioa Aresti para el escaparate de Smith & Smith de Bilbao. Tanto los jóvenes artistas como los responsables de la tienda bilbaina quedaron muy satisfechos con la obra. Esta era una de las colaboraciones que alumnos de Bellas Artes de la UPV llevaron a cabo con comerciantes de la capital vizcaina bajo el proyecto ArteShop, impulsado por los Comerciantes Innovadores de Bilbao, CiB, en colaboración con Lan Ekintza. "Fue muy bien y estamos muy contentos" concluyeron los creadores de la obra titulada Custodio.

No es algo nuevo que los artistas noveles reclamen espacios para exponer su arte. Tampoco lo es que los comerciantes necesiten innovar cada día más para vender sus productos. Una original colaboración entre estudiantes de Bellas Artes y veinticuatro tiendas de Bilbao cubrieron estas necesidades. De esta manera, se proporcionó a los jóvenes creadores un escaparate para dar a conocer su trabajo y les posibilitó mostrar su creatividad en el quehacer diario de la villa. A los comerciantes, a su vez, se les proporcionó una nueva perspectiva para ofrecer sus productos.

Cuando a los alumnos se les preguntó por la iniciativa todos estuvieron de acuerdo en que el arte debía de salir a la calle. "La iniciativa me pareció muy buena. El arte no debe estar solo en los museos o en lugares elitistas, sino que se tiene que mover por otros sitios gratuitos. Y si esto ayuda a promover mejor el pequeño comercio en Bilbao", aseguró Jessica Salas, participante en el proyecto. "Me ha gustado mucho que la universidad se implicase con este tipo de actividades que promueven las obras de los alumnos", comentó Verónica Alonso. Además, esta alumna de último curso especializada en pintura mostró su satisfacción con las obras presentadas y la colaboración con CiB.

Pero no solo los alumnos salieron ganando con esta experiencia. En opinión de Ana Fernández, gerente de Arte Kopi, esta "iniciativa debería convirtiese en una costumbre". Aseguró que "era una manera muy dinámica, con una visión artística, de vender los diferentes productos o servicios". Por su parte, el centro de belleza Nasei hizo una reflexión sobre su escaparate abogando por una manera distinta de exponer, "muy bohemia". Aunque, como en toda primera vez, también hubo fallos. Algunos comercios se quejaron de la mala fecha en la que fue programada la actividad, "ha coincidido con las rebajas", destacan.

Premios para todos Lan Ekintza entregó ayer los premios de la campaña. La organización propuso un juego en el que aquellos que reuniesen las ocho letras de ArteShop participaban en un sorteo de varios bonos de compra canjeables en los comercios participantes. Los premios fueron: 500 euros para el primero, 250 euros para el segundo y 50 euros para los nueve restantes. Además los creadores de los escaparates recibieron una bolsa de ayuda de 200 euros.