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Termibus se queda en Garellano

El Ayuntamiento de Bilbao plantea dejar las líneas de largo recorrido y trasladar a Abando las de cercanías

BILBAO. La estación de Termibus, hasta ahora provisional, será en un futuro una intermodal definitiva para los transportes de largo recorrido. Por su parte, las líneas de cercanías se trasladarán a una intermodal más pequeña en Abando. El Ayuntamiento de Bilbao ha presentado ya esta propuesta al Ministerio de Fomento que, en principio, lo ha visto con buenos ojos. Según Ibon Areso, concejal de Circulación y Transportes, este proyecto cumple una doble finalidad, porque "Termibus está al límite de su capacidad". Y es que, en los últimos siete años, se ha doblado el número de viajeros, según explica Asier Abaunza, delegado del área.

Termibus comenzó siendo una intermodal temporal en el antiguo campo de fútbol de Garellano. La estación pretendía dar cobertura a los autobuses que operaban en la ciudad mientras se definía el proyecto definitivo para Abando. De esto hace ya más de 20 años, porque la nueva intermodal se empezó a gestar siendo José María Macua diputado general. El lugar es céntrico y contaba con la ventaja de que tenía estación de tren -más tarde se incorporarían metro y tranvía-. Sin embargo, el Gobierno central, propietario de los terrenos de Renfe, no autorizó entonces el proyecto por cuestiones técnicas. Y eso que el área de Transportes de la Diputación de Bizkaia estaba dirigida por el socialista Martín Martínez. Pese a todo, el proyecto no cuajó.

Sin embargo, Bilbao necesitaba una estación de autobuses que tuviera el plus de la intermodalidad porque las diferentes compañías tenían sus estaciones desperdigadas en garajes por otras tantas zonas de la ciudad. Así, los autobuses a Gasteiz salían de la calle Henao, donde estaban las cocheras en unas grandes bajos. Hacia Donostia, los autobuses paraban en Hurtado Amezaga y también en la calle Lutxana; y, para dirigirse hacia Madrid había que coger el autobús en plena calle Autonomía.

El trasiego de autocares y viajeros originaba molestias a los vecinos, además de que saturaba el tráfico. Por eso, había una necesidad imperiosa de buscar una solución que pasaba, inexorablemente, por la construcción de una nueva estación. Los responsables municipales optaron por utilizar el campo de fútbol de Garellano como estación provisional. Había un espacio adecuado para que pudieran maniobrar las compañías. Y, lo que parecía provisional se fue consolidando.

Incluso Garellano tiene cierto carácter de intermodalidad sobreseído porque, con el paso de los años, se han concentrado diversos medios de transporte. En la actualidad, es estación de metro, de tren y también de tranvía. Además, con el tiempo también se ha registrado un aumento de viajeros. Así, en 2001, más de dos millones de viajeros usaron la estación; siete años después, la cifra se había multiplicado de manera importante hasta alcanzar los 5.413.836 usuarios. Y lo mismo ha ocurrido con las expediciones -los viajes de los autocares- que, en 2001, fueron 127.238 y, en 2008, pasaron a 379.122.

Estas cifras han hecho al Ayuntamiento volver a replantearse la situación de la estación que ya se encuentra al límite de su capacidad.

En este contexto, el Ayuntamiento ha pensado que lo más conveniente es tener dos estaciones. La idea sería mantener de forma permanente la de Garellano, pero sólo con las líneas de autobuses que realizan los trayectos de largo recorrido y que no tendría sentido que estuvieran en Abando puesto que sería una competencia a los viajes del TAV. En Abando se construiría una intermodal mucho más modesta en la que operarían las líneas de trayectos de corto recorrido. Además, fomentaría la intermodalidad, puesto que los viajeros de los municipios de Bizkaia o incluso de Cantabria podrían llegar a Abando para hacer uso del Ten de Alta Velocidad sin que ello supusiera una competencia directa entre transportes.