Bilbao. La casa torre de Urizar renacerá hoy en un particular viaje por el tiempo que le devolverá sus recuerdos añejos de nobles, mercaderes y bufones. El tejido asociativo del barrio de Irala se ha volcado para devolver la vida al vetusto edificio con su primer acto público de las últimas décadas a través de una feria medieval. El mercado contará, desde esta tarde y hasta el domingo, con 80 puestos que incluyen gastronomía de la época y recuperan los oficios olvidados por la sociedad moderna.

La torre saborea su origen histórico para adaptarse a unos tiempos extraños con vecinos arquitectónicos imbuidos en acero y cristal en una era desconocida de realidad virtual. La sobria construcción bailará con el mestizaje cultural de la época protagonizado por un espectáculo mozárabe andalusí con el sensual baile del vientre al que le da la réplica la música celta.

Esta pieza, última superviviente en el nuevo Bilbao del diseño, recupera su tono vital tras la rehabilitación efectuada por el Ayuntamiento el pasado año. El tratamiento le recompuso su figura con un aire juvenil con la reforma de la fachada y la cubierta tras una inversión de 850.000 euros.

La feria medieval marca el inicio de la nueva vida de la casa torre como protagonista de la vida social del barrio. De hecho, las asociaciones lanzan la iniciativa para reivindicar la importancia histórica del edificio. "Es una puesta de largo porque queremos que se descubra su valor y se conciencie la ciudad", destacó ayer Ana Blanco, miembro de la asociación vecinal.

El mercado supone una llamada de advertencia sobre la última cruzada que se dispone a afrontar el barrio en defensa de su patrimonio histórico. De hecho, la celebración, organizada "a contrarreloj", pretende ser una demostración del poder de convocatoria del monumento. Así, mañana está programada a las 19.30 horas una kalejira reivindicativa al ritmo de un grupo de percusión.

La iniciativa se ha cerrado a marchas forzadas en pleno debate sobre el uso de la instalación de titularidad municipal. La idea surgió hace 15 días cuando el Ayuntamiento retiró el proyecto de reutilizar el inmueble para locales de ensayo tras el rechazo frontal del tejido asociativo de Irala. Los colectivos sociales proponen como alternativa un servicio social y cultural de carácter polivalente que comprenda un establecimiento de hostelería en la planta baja.

Las asociaciones destacan el valor emblemático de la casa torre hasta el punto de situarla como uno de los puntos centrales de sus propuestas para rehabilitar al barrio. "Es importante que se conozca el plan que tiene ya 2 años, y para eso lo lanzamos a la calle", destacó la vecina María Jesús Lanciano.

El barrio reivindica su casa torre en clave festiva desde las 17.00 horas con un llamamiento popular a ritmo de txalaparta. La feria recupera el sabor medievo en Bilbao, un género que apenas ha cuajado en la villa. De hecho, las asociaciones apuestan fuerte en su bautismo de fuego con un tamaño propio de localidades con más de 5.000 habitantes y anuncian su continuidad para los próximos años.

El acto arropa a la casa torre con la ocupación de 500 metros lineales del parque Eskurtze en las inmediaciones palaciegas. Para los visitantes la programación será una oportunidad de revivir un pasado épico con una propuesta que rescata oficios en vías de extinción como la alfarería, la cestería o la talla en piedra y madera.

La feria incluye entre las demostraciones una escultura del escudo de Bilbao en piedra que se donará a la asociación. El ambiente llegará a través de 18 actores que darán vida a mitos como los ogros y los duendes. La recreación no olvida la faceta más siniestra con una exhibición de aparatos de tortura.