El Bilbao Basket quiere navegar contra la corriente en esta Liga Endesa y, de momento, se ha visto arrastrado a la orilla de los puestos peligrosos, que no había sentido tan cerca en las tres últimas temporadas. Los datos apuntan que esta es la temporada más anotadora de los últimos 36 años y que los equipos logran un promedio de más de 84 puntos por partido. Los hombres de negro estaban por encima de esa media hasta la sexta jornada cuando su balance tras vencer en Granada era de tres triunfos y tres derrotas. Entonces, nadie podía adivinar lo que ha venido después, un descenso muy acusado de las prestaciones ofensivas que ha hecho caer la producción nueve puntos hasta los 75 en ese tramo de partidos y situarse en promedio total en los poco más de 80 actuales.

La consecuencia han sido cinco derrotas consecutivas que han levantado las alarmas y, con ello, la necesidad de buscar remedios, más aún tras la lesión de Kristian Kullamae, antes de que sea demasiado tarde en una campaña de máxima igualdad. En ninguno de los últimos cinco encuentros, el Bilbao Basket ha superado el 30% de acierto en los triples, lanzando una media de 25. Es evidente, por tanto, que tiene que aumentar su eficacia en ese aspecto del juego, bien con los jugadores que hay en la plantilla o añadiendo alguna pieza distinta, como ocurrió el año pasado con Keith Hornsby.

Los números hasta ahora no están confirmando la sensación que había en verano de haber mejorado en ese aspecto y el juego del equipo lo está acusando claramente. Porque, además, esta serie de cinco partidos coincide con el mejor Hlinason de su carrera en la ACB ya que ha promediado 14 puntos y más de ocho rebotes, que son cifras a la altura de los mejores pivots de la competición. El islandés se ha situado como el tercer máximo reboteador de la liga y el primero en rebotes, pero sus compañeros no están logrando sacar buenos tiros a partir de esas situaciones.

Resulta también llamativo que el máximo anotador del Bilbao Basket sea Mohammad-Ali Abdur-Rahkman, con 10,1 puntos de media, lo que le sitúa en el puesto 50. En ese Top 50, todos los equipos, salvo el Murcia, tienen al menos dos jugadores, aunque en el caso de los pimentoneros, su máximo anotador, Dylan Ennis, supera los 16 puntos por partido. Esto no deja de ser otra rareza que indica que al conjunto vizcaíno le faltan referentes anotadores. Está bien que la responsabilidad se reparta, pero se corre el riesgo también de que se diluya y en los momentos delicados hace falta alguien que asuma los lanzamientos, para bien o para mal.

El citado Abdur-Rahkman no supera los diez lanzamientos por partido, por ejemplo, Jerrick Harding, máximo anotador con 22,4 puntos, realiza casi quince tiros en el Andorra. Esta figura es la que necesita el Bilbao Basket en estos momentos y que ya tuvo en pasadas campañas con Andrew Goudelock o Adam Smith en su primer año. En el curso pasado, Hornsby asumió un papel fundamental una vez que se adaptó a la Liga y en la racha de cuatro victorias que aseguró la permanencia promedió 17 puntos por partido, con siete triples lanzados. Ahora hace falta alguien similar, algún jugador que fije la atención de las defensas que últimamente están flotando a los tiradores del Bilbao Basket.

Un vistazo al calendario hasta el final de la primera vuelta recuerda que los seis rivales están por encima de los 85 puntos de media. Los tres próximos, en concreto, vienen de anotar por encima de los 96 en la última jornada. Los tres (Manresa, Coruña y Andorra) aparecen, o aparecían, como rivales directos del Bilbao Basket, que tiene que sumar en este tramo para no meterse en más problemas, aunque los puestos de peligro seguirán estando cerca durante muchas semanas, salvo que los hombres de negro enlacen una larga racha de victorias. Solo han transcurrido once jornadas y la situación no es crítica ni irremediable, pero hay que recuperar el pulso en ataque cuanto antes. Solo desde el ritmo y la determinación se podrá recuperar la confianza y la puntería.

Lesión de Kullamae

Baja indefinida. La lesión que sufrió Kullamae antes de viajar a Lleida es más seria de lo esperado: “Rotura de la unión miofascial posterior y profunda del extensor largo de los dedos en su inserción peroneal del tobillo izquierdo con abundante derrame”. El tiempo de baja es indefinido, pero no será corto. Este contratiempo llega en un momento en el que también está de baja Rabaseda y coincide con una fase del calendario muy apretada con seis partidos hasta el 12 de enero. Lo normal es que el club acuda al mercado para encontrar un relevo adecuado, incluso pensando a largo plazo.