Solo llevan unos pocos días de pretemporada, pero ¿cuáles son sus sensaciones?
—Yo tengo muchas ganas, el equipo también las tiene. Para mí es una temporada con más experiencia, conozco más la Liga Endesa y los jugadores, tengo mucha motivación y estoy deseando empezar.
El equipo tiene muchos cambios. ¿Cómo lo está viendo?
—Nos hemos quedado solo cinco jugadores que vamos a intentar ayudar a los nuevos a entender todo, a explicar cómo van las cosas con el club y con la ciudad. La experiencia es muy buena en este caso y creo que todo va a funcionar.
El comienzo de temporada es muy complicado, con esa previa europea, además, que obliga a estar pronto a punto.
—Es cierto, pero tenemos mucha confianza en el entrenador, en el preparador físico, y estoy seguro de que llegaremos muy bien al inicio de la temporada. Los jugadores vamos a poner de nuestra parte. Claro que va a ser difícil, nada lo es en la cancha y en la vida, pero vamos a intentar hacerlo lo mejor posible.
Durante el verano, amplió su contrato con el Bilbao Basket. ¿Qué significa?
—Significa que estoy muy a gusto aquí, muy contento con el club, con los compañeros, con el entrenador y con todo el staff. También con Rafa (Pueyo), que me ayuda mucho, y con los aficionados, que son increíbles y siempre están ahí. Quiero seguir creciendo aquí y ayudar al equipo a crecer.
Después de su gran temporada, se temió que pudiera salir del equipo, al fin y al cabo es un jugador apetecible en el complicado mercado de la ACB.
—Lo que yo quería era estar aquí, seguir mejorando como jugador y cerrar el contrato fue una cosa muy sencilla, sin problemas por las dos partes porque sabíamos lo que queríamos y estamos contentos los dos. No he pensado en otra cosa.
¿Qué aprendió en su primera temporada con un papel importante en la Liga Endesa?
—Buenos, lo primero aprendí que cada partido es muy difícil, que tienes que estar muy preparado siempre y trabajar muy duro durante la semana. No puedes relajarte y pensar que así vas a llegar bien al partido. Todos los días hay que mejorar y estar muy concentrado en el scouting que preparan los entrenadores. Además, pude aprender al lado de Alex Renfroe, que tiene mucha experiencia y me enseñó mucho.
Debutó muy joven en el Real Madrid y el año pasado le llegó el momento de hacerse un hueco en la liga. Ahora tiene que seguir dando pasos adelante.
—Sí, está claro, no puedo quedarme con lo que he hecho. Esa es mi intención, dar pasos adelante y seguir mejorando. Para eso trabajo cada día.
Esos pasos adelante se esperan también de otros jugadores como Kullamae o De Ridder, que el año pasado tuvieron tramos de mucho brillo, como usted, que fue MVP de una jornada. ¿Está dispuesto a asumir esa mayor responsabilidad, también en cuanto a liderazgo?
—Sí, sí. Quiero esa responsabilidad, mostrar el camino a los demás. Es mi segundo año, tengo más confianza, experiencia y conocimiento, y es algo lógico que se puede esperar.
También debe mostrar más regularidad.
—Sí, tener consistencia, se dice. Me gustaría tener un rol más importante, más protagonismo, pero tengo que trabajar para ellos y demostrar al entrenador que estoy preparado para eso.
¿En qué cree que debe mejorar a nivel individual?
—Puede ser en la lectura del juego, pero mi tiro también puede mejorar y he trabajado muy fuerte este verano en ese aspecto.
Este verano ha estado de nuevo en las ligas de verano de la NBA con los Sacramento Kings. ¿Qué saca de esas experiencias?
—Sobre todo, conocer otra forma de jugar. Ha sido una muy buena experiencia, muy divertida y, al final, te da mucha confianza que las franquicias de la NBA te estén mirando. Quizás no estén interesadas, pero al menos están pendientes y eso ya supone algo importante. Además, te encuentras con un contexto distinto, donde prima más el uno contra uno, y eso también te ayuda a mejorar como jugador. Aquí se juega más bloqueo y continuación, hay más sistemas y es muy diferente.
Y ahora le toca llevar el timón del Bilbao Basket junto a un noruego, Harald Frey. No deja de ser curioso.
—Sí, eso significa que si eres bueno y puedes jugar al baloncesto, no importa tu procedencia. Creo que hacemos una buena pareja. Además, no hay pique, jajaja, entre escandinavos nos llevamos bien.