Cuando todavía quedan siete jornadas para que termine la Liga Endesa, el Surne Bilbao Basket se ha ganado por méritos propios el derecho a vivir un final de curso plácido, desahogado, una situación con la que soñarían todos aquellos equipos que arrancaron el ejercicio competitivo con el gran objetivo de ser uno de los mejores 16 equipos de la competición, como le gusta decir a Jaume Ponsarnau. Con sus tres victorias consecutivas, algo que no había conseguido aún en la presente temporada, dentro de un tramo de calendario que no era en absoluto sencillo, los hombres de negro cuentan con un mullido colchón de cinco victorias, más el average, respecto al penúltimo clasificado, que es el Río Breogán, su última víctima deportiva, y han conseguido igualar el balance de triunfos y derrotas que llevaban el pasado curso en la 27ª jornada: 12-15.

Siendo conscientes de que remontar pasado mañana el contundente 73-98 encajado contra el Niners Chemnitz alemán en la ida de las semifinales de la FIBA Europe Cup –el sábado derrotaron por 95-111 al Weissenfels en la Bundesliga– es una misión que se puede catalogar de imposible, el aliciente competitivo del conjunto vizcaino hasta la bajada del telón pasa por no dejarse llevar demasiado en la competición doméstica, donde actualmente ocupa la 11ª posición, a pesar de encontrarse en tierra de nadie. La ajustada derrota sufrida ayer por el Joventut en su visita al Coviran Granada hace que la décima posición se encuentre ahora a solo dos victorias, con el average particular favorable a los hombres de negro, y esa podría ser una meta tan interesante como complicada de conseguir en estas siete jornadas restantes. Otra, que debería ser más factible, sería mejorar el balance final cosechado el pasado curso (14-20), con cuatro contiendas todavía pendientes en el Bilbao Arena, donde los de Ponsarnau han sabido hacerse fuertes en los últimos tiempos: Dreamland Gran Canaria, Monbus Obradoiro, Zunder Palencia y Barça. Los desplazamientos les llevarán a rendir visita a Lenovo Tenerife, Bàsquet Girona y Baxi Manresa.

Buscar retos competitivos e involucrarse como colectivo en conseguirlos una vez que el objetivo principal está ya alcanzado –todavía puede quedar alguna carambola remota fruto de una sucesión de resultados improbables o algún múltiple empate que haga que la permanencia no sea matemática al 100%– será importante para no caer en el tedio y no cerrar la campaña con sensación de frialdad. Además, para una entidad como la de Miribilla para la que jugar competición europea siempre que sea posible es plato de buen gusto el puesto final que se acabe ocupando en la clasificación no es un asunto menor en absoluto. En el pasado ejercicio, el conjunto vizcaino cayó a la 12ª plaza como consecuencia de un triple empate con Breogán y Obradoiro y se tuvo que conformar con debutar en la FIBA Europe Cup, la cuarta competición continental, compartiendo participación con el Casademont Zaragoza (13º). Las dos plazas finales para jugar la Basketball Champions League correspondieron a los de Veljko Mrsic (10º, directos a la fase de grupos) y a los de Moncho Fernández (11º, quedando eliminados en la fase de clasificación) y ocupar la presente temporada una de esas dos posiciones para regresar a una competición continental que ya han disputado en dos ocasiones podría ser un buen aliciente para los hombres de negro.

A por el Gran Canaria

“¡Otra más! ¡Sigamos así!”, expresaba Adam Smith en sus redes sociales tras la trabajada victoria en la cancha del Río Breogán con la dificultad añadida de la ausencia por lesión de Sacha Killeya-Jones, el principal referente anotador de los hombres de negro, al que tampoco se espera el miércoles en tierras alemanas. El conjunto vizcaino se encuentra en esos momentos subido en la ola buena y está en su mano poner todo lo que esté en su mano para darle continuidad. Su próximo encuentro en la competición doméstica acontecerá en una fecha señalada para el deporte vizcaino, pues el próximo sábado recibirá al exigente Dreamland Gran Canaria de Jaka Lakovic, que ayer remontó en casa en el último cuarto para superar por 79-71 al Valencia Basket de Álex Mumbrú.