El Surne Bilbao Basket tiene un tesoro en Thijs De Ridder. Una magnífica acción defensiva del joven ala-pívot belga hizo posible que el conjunto vizcaino abriera con una sufridísima victoria (75-73) la segunda fase de la FIBA Europe Cup ante un Gottingen que tuvo en sus manos el balón del éxito. Los de Jaume Ponsarnau, casi siempre por delante en el marcador, no tuvieron el acierto ofensivo necesario para evitar un desenlace agónico. Su toma de decisiones no fue la mejor ante un rival con rachas peligrosas en ataque y se vio obligado a vivir otro final a cara o cruz.

Con 74-73 tras fallar Adam Smith un lanzamiento de seis metros, los alemanes decidieron poner el balón del todo o nada en manos del joven Fedor Zugic. Tras un cambio defensivo, se quedó con su marca De Ridder y el belga, en el momento de mayor taquicardia, lo hizo todo con precisión de cirujano. Usó su piernas para medir distancias con el montenegrino y no caer en sus amagos y cuando este enfiló hacia el aro utilizó su cuerpo y sus brazos para que el balón no besara la red. Además, capturó el rebote, fue objeto de falta a nueve décimas de la última bocina (la revisión de los árbitros llevó nervios a la grada al no saber a ciencia cierta si ponían el foco en la acción defensiva o en la de rechace), metió el primer tiro libre y lanzó a fallar el segundo para evitar cualquier andanada final de los visitantes.

Así, el conjunto de Jaume Ponsarnau sacó adelante uno de los dos compromisos ante el rival más fuerte del grupo. Sacha Killeya-Jones, con 22 puntos en 24 minutos, y el propio De Ridder, con 18 en 23, lideraron a los anfitriones con Xavi Rabaseda de nuevo haciéndose notar en labores de intendencia en esta competición. El escaso 41,3% en tiros de dos puntos frustró los intentos de fabricar un guion más tranquilo, pero el buen trabajo defensivo se dejó notar en varias fases de la contienda, dejando al Gottingen en veinte puntos menos de los que promedió en la primera fase.

Rachas

Pese a que fueron los alemanes los que inauguraron el luminoso, el Surne Bilbao Basket no tardó en llevar el choque a su terreno. Con un notable trabajo defensivo que limitó a los visitantes a una sucesión de triples sin acierto, Killeya-Jones y el inspirado Rabaseda movieron los guarismos ofensivos para que Olivier Foucart tuviera que parar el encuentro con un 9-2 en cinco minutos disputados. La reacción de los suyos llegó cuando empezaron a entrar los lanzamientos desde la línea de 6,75 de Ensminger y Gibson (11-9), sus piezas más dañinas, y el choque entró en una fase de igualdad, con ambos contrincantes enlazando aciertos y errores para cerrar el acto inaugural con un 20-19.

El intercambio de golpes se mantuvo en todo lo alto, con un 19-14 en los primeros cinco minutos del segundo cuarto. Con Silins y Zugic asumiendo galones y lanzamientos de larga distancia, el Gottingen se sentía cómodo en ataque, pero en defensa era otro cantar. El conjunto local asumió gustoso la invitación a jugar al galope y encontró con sencillez los puntos de Kullamae, De Ridder y Killeya-Jones. El intento de demarraje de los de Ponsarnau llegó hasta el 41-33 pero no fue más allá. Los puntos de Burns revitalizaron a los visitantes, aprovechando un bache anotador de su rival no solo para no perderle la cara al encuentro sino para darle incluso la vuelta al marcador y alcanzar el ecuador de la contienda con un 44-45 favorable a sus intereses.

Sin demarraje

En la reanudación, dos tempraneros triples de Smith y Killeya-Jones devolvieron el control de la situación a los ‘hombres de negro’. Con mayor dureza defensiva y acierto en los tiros libres, la oportunidad de abrir hueco en el marcador volvió a presentarse una vez más. Foucart detuvo el encuentro con el 58-51 a tres minutos de acabar el tercer cuarto y en ese momento al Surne Bilbao Basket le faltó control en ataque para sacar mayor rédito de su buen trabajo atrás. Un par de pérdidas en situaciones de contraataque y algunos ataques mal ejecutados permitieron al Gottingen no perder pie en el luminoso y alcanzar los diez minutos finales con un 60-55 que dejaba aún todo en el aire.

Y entre Silins, Zugic y Hume solo necesitaron cuatro minutos para volver a ponerse por delante en el marcador (64-66). Con ataques que generaban poco y alguna defensa blanda de Tsalmpouris, el Gottingen tenía el partido donde quería. Un triple de Kullamae sacó a los anfitriones del sopor y parecía que la bandeja de De Ridder podía aportar el golpe de riñón definitivo para el demarraje, pero tampoco. Renfroe falló dos lanzamientos seguidos y el final agónico estaba servido porque al ‘dos más uno’ de Killeya-Jones los alemanes respondieron con dos tiros libres de Zugic y una canasta de Anticevich para igualar a 72 puntos a dos minutos del final.

Anotó el pívot de New Jersey en la siguiente acción, pero la buena defensa bilbaina no encontró espaldarazo en el otro aro pues Rabaseda falló desde la línea de 6,75. Con 74-72 y 53 segundos en el reloj, Killeya-Jones hizo una falta evitable a Zugic, que erró un tiro libre. Smith tampoco materializó el siguiente ataque y los alemanes tuvieron la bola de la victoria. Se la dieron a Zugic para que penetrara ante De Ridder y el belga, firme y bien plantado, le cerró la puerta para que la victoria se quedara en Miribilla.