fELIPE dos Anjos inició en verano un camino que requiere paciencia. El pívot brasileño firmó dos temporadas con el Bilbao Basket con la idea de seguir su progresión en un contexto más exigente que la LEB Oro, en la que hacía números con relativa facilidad, aunque siempre quedaban dudas sobre las posibilidades reales de un jugador de 2,18 metros que, cuando militaba en la cantera del Real Madrid, llegó a ser MVP del prestigioso torneo junior de L’Hospitalet y eso siempre eleva las expectativas hacia un jugador joven.

Las circunstancias que ha vivido el Bilbao Basket este curso, sobre todo la larga lesión de Ondrej Balvin, ofrecieron a Dos Anjos un protagonismo mayor del esperado y más oportunidades de crecer que aquellos escasos cuatro partidos y apenas dieciséis minutos que tuvo en su anterior etapa en la Liga Endesa con el San Pablo Burgos. Ahora ya tiene diecinueve encuentros más en su mochila, además de seis en la Champions League. Algunos de sus partidos con más presencia coincidieron con victorias de los hombres de negro y se creyó atisbar en él un rendimiento creciente y esperanzador, que quizás disparó de nuevo las expectativas. Pero el cinco paulista aún no está preparado para cargar con la responsabilidad, el regreso de Balvin le ha devuelto a su rol del inicio de temporada y, probablemente, no variará en el tramo final. De momento, promedia nueve minutos, con 2,7 puntos y 2,9 rebotes.

A Felipe Dos Anjos solo se le pide seguir trabajando en mejorar su juego y sus condiciones físicas y no tener prisa. De siempre, y más en estos tiempos tan complicados para quienes ocupan su posición, los jugadores grandes, salvo contadas excepciones, han tenido un proceso de maduración más lento y en muchos casos ni siquiera se ha completado. El pívot del Bilbao Basket, que aún no ha cumplido 23 años, tiene ejemplos en los que fijarse para no desistir en su empeño y tratar de “aprovechar cada oportunidad, ya sean cinco, diez, veinte o los minutos que sean”, como dijo a principio de temporada.

otros pívots que ganan valor

En las últimas ventanas FIBA, la selección española tuvo como cincos a Rubén Guerrero, Víctor Arteaga y Fran Guerra, jugadores que también fueron internacionales en las categorías formativas y han empezado a hacerse notar en la Liga Endesa hasta llegar a un lugar en el que casi nadie les veía hace unos pocos años. Guerrero completó su formación en Estados Unidos y al regreso a Málaga su condición de canterano le abrió las puertas del primer equipo del Unicaja ya con 23 años. Su rol en el equipo crece y decrece y esta campaña se resume en 16 minutos de juego, con 4,6 puntos y 4 rebotes de media.

Los otros dos casos son aún más similares a lo que se puede esperar de Dos Anjos. Guerra se ha convertido en jugador cotizado en la que ha sido su verdadera temporada de explosión con 28 años y tras pasar, como el brasileño, por varios equipos de la LEB Oro, en la que fue dominante. Su debut en la ACB se produjo muy pronto, pero no pudo confirmarlo de inmediato, y es ahora cuando el canario puede sentirse consolidado con unos números que tampoco impactan: 7,5 puntos y 2,1 rebotes en 13 minutos.

Algo parecido puede decirse de Arteaga, rival el domingo del Bilbao Basket. El pívot conquense tiene también 28 años y promedia 8,2 puntos y 5,2 rebotes en 19 minutos. Su papel es importante en el Estudiantes, pero antes también tuvo que pasar por cesiones en la LEB Oro y calentó mucho banquillo en la ACB. Ellos saben que el oficio de pívot es complejo y, por eso, a Felipe dos Anjos no cabe pedirle ahora mismo nada más que ambición y ganas de mejorar. La meta puede estar cerca o lejos.