Bilbao - ¿De dónde sacará el Bilbao Basket los 30 puntos que ha perdido? Tras la lesión de larga duración de Jaylon Brown y la venta de Axel Bouteille, el debate en el entorno del conjunto vizcaino se centró en la necesidad de encontrar reemplazo al suministro de anotación que centralizaban el estadounidense y el francés. Visto el perfil de los reemplazos y la composición actual de la plantilla, casi todo el mundo coincidía a la hora de señalar que no iba a ser trabajo de uno o de dos jugadores, sino que iba a ser necesario un paso al frente de todos. Entre los nombres más señalados como creciente fuente de suministro, brillaba con especial intensidad el de Arnoldas Kulboka por su perfil eminentemente ofensivo y por su capacidad de amenaza desde la línea de 6,75. Se hablaba también de que el lituano era candidato a abandonar con mayor asiduidad su posición de ala-pívot, la cual ha ocupado habitualmente este curso, para ayudar en la de tres. Pero ocurre que el baile de puestos solo se ha producido en circunstancias muy puntuales y que el Bilbao Basket ha alcanzado 79 y 99 puntos en las dos últimas jornadas con Kulboka bastante desacertado en su gran especialidad del tiro exterior (8 puntos en Sevilla y 6 ante el Obradoiro, con un 2 de 11 global desde más allá de la línea de 6,75), pero su mera presencia en cancha y su capacidad para tener siempre la muñeca preparada para lanzar son factores fundamentales para el ataque de los hombres de negro. Incluso aunque no esté entonado.

"Kulboka quizás no ha destacado ofensivamente en cuanto a puntos, pero porque ha tenido siempre un jugador encima y nos ha abierto las penetraciones a los demás. Muchas de nuestras entradas a canasta han venido por su lado, con lo cual nos dejaba el campo más abierto. Probablemente, otro día será él el que meta", apuntó Álex Mumbrú a la conclusión del encuentro del domingo. A sus 22 años, y aunque poco a poco va atreviéndose a hacer más cosas en cancha, el lituano es a día de hoy un tirador puro. Y como tal, lo que hace es tirar a la mínima oportunidad que se le presente, esté en racha o tenga un día aciago. Tiene licencia para ello desde el banquillo porque esa amenaza incesante hace que genere constante atención por parte de las retaguardias rivales, que saben que no va a cortarse un pelo. Y de ello se benefician sus compañeros, que encuentran más espacios para desarrollar su juego. Su papel como cuatro abierto es incluso más fundamental para el colectivo sin Bouteille en nómina porque hasta que se compruebe la regularidad que puede lograr Tyler Haws con su tiro exterior el papel de gran amenaza triplista se centrará en su persona. Con él abierto, hay más espacios para que el resto de interiores desarrollen su juego en la pintura, pero también para que Sergio Rodríguez pueda actuar al poste, una de las bazas crecientes del equipo en las últimas citas, o para que Jonathan Rousselle, Rafa Martínez o Quentin Serron busquen el aro a base de penetraciones.

En el partido ante el Betis, las cámaras de Movistar+ captaron a Curro Segura en el último tiempo del partido, con 81-79 en el luminoso, 3,9 segundos por jugarse y con balón para los visitantes, preparando la defensa decisiva centrándose en el lituano. "Es Kulboka el que va a tirar", les dijo a sus jugadores como última instrucción. Eso intentaron los de Mumbrú, pero Erick Green interceptó con el pie el saque de banda bilbaino, hubo que repetirlo y en la siguiente acción resultó imposible poner en sus manos la bola. Sea como fuere, el rival tenía claro que debía prestar especial atención a un jugador que ese día no metió ninguno de los seis triples que lanzó. Además, cada vez engaña más a sus pares para penetrar a canasta y últimamente está echando una mano importante a la hora de rebotear, con siete y ocho capturas en los dos últimos partidos. Pese a que su 34,9% de acierto desde la línea de 6,75 no es extraordinario, Kulboka ya ha demostrado en varios partidos lo que es capaz de hacer cuando entra en racha; también que no se corta ni siquiera cuando no está acertado. Es un tirador y su función es tirar cuando tiene ocasión. El colectivo, al que aporta equilibrio y espacios, lo agradece.

El dato

34,9%

Es su porcentaje de acierto desde la línea de 6,75. Ha tenido duelos muy entonados en el triple, como el 5 de 7 en Santiago, y en 17 de los 23 choques que ha disputado ha tirado cinco o más veces de tres puntos. Su récord, once contra el Valencia Basket en Miribilla.