El otro hogar de Margaret
Roundtree, que está muy integrada en Euskadi, ya conoce lo que es jugar un derbi como el que medirá mañana al Lointek Gernika con el IDK Gipuzkoa
MARGARET Roundtree (Durham, Estados Unidos, 1988) llegó como un fichaje más a Bizkaia en 2012. Fue la apuesta americana del Ibaizabal, el fichaje de campanillas para apuntalar un proyecto ambicioso. Para la propia estadounidense era otro paso más en su todavía corta carrera. Un nuevo lugar que desconocía y que no esperaba terminar por conocerlo tan bien. Roundtree y Euskadi conectaron desde el primer día y la jugadora encontró un “segundo hogar” al otro lado del Atlántico. Ibaizabal, Gernika y Araski fueron sus equipos, solo un pequeño paréntesis en Lugo le alejaron de las tierras vascas. Llegó como una extranjera más de las muchas que llegan y se van, pero no tardó en convertirse en uno de los referentes de sus equipos. Protagonista en dos de los hitos más importantes de la historia reciente del baloncesto vizcaino, los ascensos de Ibaizabal y del Gernika, la ala-pívot de Carolina del Norte quiere seguir haciendo historia y aspira a superar otro listón más con el conjunto gernikarra.
Llegó a Bizkaia en su segunda temporada fuera de su casa. Rountree estaba recelosa, ya que el pasado no había sido benévolo con ella y su primera experiencia en el extranjero le causó algunas dudas de cara a la vida como jugadora de baloncesto profesional. “Sinceramente, no esperaba quedarme tanto tiempo por aquí. Al final, gran parte de mi carrera se ha desarrollado en Euskadi. Venía de jugar en Finlandia y no estuve muy cómoda, eché mucho de menos a mi familia, pero aquí fue diferente y me sentí siempre muy cómoda”, cuenta. Estuvo cinco temporadas en Ibaizabal y en medio jugó la última fase de la temporada del ascenso del Gernika. A continuación, pasó una temporada y media en el Araski y este curso regresó a la localidad gernikarra para dar otro paso más en su carrera y volver a un club que ha ido creciendo en la categoría, al igual que ella.
Roundtree conoce a la perfección Bizkaia, entiende a los habitantes de la zona y lo que piensan y se desenvuelve a la perfección con el castellano. Está plenamente integrada. “Estoy muy bien. Sé cómo es la gente de Euskadi y conozco la zona. No esperaba quedarme tanto tiempo y me siento como en casa. Estar así hace que no tenga esa necesidad de volver tan a menudo a Estados Unidos”, reconoce. Una de las principales razones de que la norteamericana se sienta tan cómoda en tierras vascas es la cercanía de su gente. “Siempre me han hecho sentir bienvenida. Además, Gernika y Galdakao son dos pueblos pequeños y toda la gente se conoce entre sí. Eso me gusta y para mí es bonito que la gente me salude por la calle”, añade. Sin embargo, a pesar de estar tan integrada en la comunidad vasca, hay algo que se le resiste, un pequeño obstáculo que no ha podido superar: “Lo he intentado, pero para mí el euskera es imposible. Sé algunas palabras sueltas, pero no consigo entender más”.
La carrera de Roundtree no es la típica de una jugadora extranjera que llega a la Liga DIA. No acostumbra a vivir de un lado a otro y cambiar de equipo cada año. La estabilidad es muy importante para la estadounidense. “Cuando encuentro un sitio donde estoy cómoda, me gusta quedarme por lo menos un par de años”, apostilla. Aunque al mismo tiempo comprende el día a día del baloncesto profesional, ese futuro incierto con el que deben convivir todas las jugadoras y que les hace desconocer su destino. “Depende de muchas cosas. El estado físico, el equipo? Se hace duro a veces y piensas en ello, sobre todo, en esta fase final de la temporada. Pero al mismo tiempo es algo a lo que nos tenemos que acostumbrar”, cuenta.
El siguiente reto de Roundtree y el Lointek Gernika será el play-off, una fase de la temporada “que llevamos esperando mucho tiempo”. Aunque antes de ello tendrán que enfrentarse mañana al IDK Gipuzkoa. Otro derbi vasco, algo desconocido para muchos pero que la estadounidense ya entiende a la perfección.