bilbao - 29 de octubre, en Donostia. Esos fueron el último día y el último emplazamiento en los que el Bilbao Basket consiguió ganar un encuentro lejos del Bilbao Arena. Seis meses exactos. Desde entonces, nueve derrotas en otros tantos encuentros, una vía de agua enorme. Pero casi más grave todavía resulta el hecho de que los hombres de negro no compiten un partido a domicilio desde el también lejanísimo 7 de enero, en la pista del Gran Canaria. Desde entonces, el más absoluto de los vacíos y una retahíla de sonrojantes derrotas. -30 ante el Real Madrid, -32 contra el Barcelona, -20 en la visita al Valencia Basket, -20 en la cancha del Tecnyconta Zaragoza, -12 con el Estudiantes como rival y el más absoluto de los desastres: -28 contra el entonces colista Divina Seguros Joventut. Con estos antecedentes, la visita de hoy a la cancha del potente Unicaja no invita precisamente al optimismo salvo giro radical en el comportamiento y puesta en escena de los de Veljko Mrsic.
En puestos de descenso a cinco jornadas del final del curso, los hombres de negro no están ya para desperdiciar balas. No poseen ninguna red de seguridad ni posibilidad de seleccionar esfuerzos. Cada choque, aunque parezca inaccesible sobre el papel, tiene que ser una oportunidad para renacer y con ese espíritu deberán comparecer hoy en el Martín Carpena, cancha en la que a los malagueños solo se les han escapado este curso tres choques de Liga Endesa: ante Real Madrid, Fuenlabrada y Baskonia. Y como primera premisa para tratar de dar la campanada, el Bilbao Basket deberá ser al menos competitivo, sostenible en su rendimiento, un grupo humano serio que, como poco, pueda ir recuperando sensaciones para su final de ejercicio de infarto.
Con Giorgi Shermadini, el mejor de los andaluces en el triunfo bilbaino de la primera vuelta, fuera de juego y la duda de Jeff Brooks tras su desvanecimiento durante el duelo ante el Valencia Basket de la pasada jornada, los de Joan Plaza se encuentran inmersos en una complicada carrera por tratar de alcanzar el cuarto puesto y tampoco pueden descuidarse demasiado en la lucha por acabar en puestos de play-off, pues el noveno clasificado, el Fuenlabrada, está a solo dos triunfos. Igualar el juego físico de los anfitriones será imperativo para tener opciones de triunfo.