Miribilla ya no asusta
El Bilbao Basket llega a un partido clave en la Eurocup con unos números llamativos: en sus últimas tres presencias en el torneo ha ganado más partidos como visitante que como local
bilbao - El Bilbao Basket disputará mañana su cuarto partido consecutivo como local en dos semanas, algo que no suele ser habitual. En este trayecto se ha encontrado con un obstáculo: Miribilla ya no es lo que era, ya no intimida, y los resultados se han resentido. En las últimas tres temporadas se ha ido apagando ese temido efecto que hizo del pabellón bilbaino una cancha respetada por quienes la visitaban. Entre las dos competiciones de este curso los hombres de negro suman una victoria y seis derrotas en casa donde mañana afrontan un partido fundamental para su recorrido en la Eurocup ya que no ganar al Lietuvos Rytas supondría alejarse casi definitivamente de cualquier opción de acceder a la segunda fase.
Ese primer triunfo en Miribilla no puede esperar más, pero algo ocurre para que el equipo haya perdido su fiabilidad y solidez como local. Desde luego, el ambiente que se vivió el domingo ante el Valencia Basket nada tiene que ver con el que acompaña al equipo en la Eurocup donde esta campaña apenas se han superado los 4.000 espectadores por noche. Quizás es que la competición ya no interesa, que se piensa que el Bilbao Basket es superior a los rivales que le visitan y por ello debe ganar sin necesidad del apoyo de la grada, pero la acumulación de derrotas acaba pesando en el ánimo de unos y otros y hace inevitable preguntarse si merece la pena tomar parte en el torneo en las circunstancias actuales porque ni se ganan partidos ni, aparentemente, se hace caja.
En la casi fatídica campaña 2013-14, el Bilbao Basket cerró la Eurocup con un balance de ocho victorias y dos derrotas en casa. En la siguiente, la Liga Endesa fue la única ocupación y el equipo firmó catorce victorias y tres derrotas ante su público. A partir de ahí, la cosa ha ido a peor hasta el punto de que en la competición continental los hombres de negro han ganado más partidos como visitantes que como locales. En las tres últimas temporadas, ha disputado 29 choques hasta ahora. 15 han sido en Miribilla, con solo seis victorias, y 14 fuera de casa, con nueve triunfos. Son cifras bastante significativas que revelan este problema general de mentalización y que contradicen esa idea extendida de que ganar fuera de casa es más complicado. Para el Bilbao Basket en su versión europea es justo lo contrario y lo que alimenta las esperanzas de cara a las dos salidas consecutivas a Limoges y Belgrado a la vuelta del parón de selecciones.
Así, los partidos europeos están transcurriendo en el Bilbao Arena sin que el equipo enganche unos minutos de intensidad y ritmo para animar el cotarro y marcar diferencias. En esta Eurocup de marcado carácter ofensivo el Bilbao Basket no ha conseguido, hasta ahora, imponer su defensa. Los de Carles Duran, loables en sus intenciones de proponer un baloncesto atractivo, viven en la contradicción ya que son el conjunto que más puntos anota en el torneo, con casi 90 puntos de media, pero también el segundo que más recibe, con cerca de 95. Así, las victorias se ponen caras. En ambas facetas han elevado en casi diez puntos sus promedios del curso pasado. Miribilla se ha convertido en OK Corral y en el imprevisible intercambio de disparos que llegan desde todas las esquinas el Bilbao Basket está desprotegido.
la defensa no manda Parece, en todo caso, que los hombres de negro se han dejado llevar por la corriente imperante en el torneo, pero eso no significa que vayan a llegar a la orilla buena. Cuatro de los diez equipos que más puntos meten están en su grupo. Por ser más concretos, 22 de los 24 participantes anotan más de 75 puntos y 20 reciben más de esa cantidad, lo que significa que la defensa no marca tendencia en la segunda competición europea, donde abundan los equipos ligeros, móviles y de gatillo fácil. El Bilbao Basket concede a sus rivales europeos un 55% de acierto en tiros de dos puntos y un 40% en triples, unos porcentajes que debe reducir desde ya mismo para defender sus opciones de llegar al Top 16.
El partido ante el Valencia Basket marcó el camino a seguir en lo que queda de temporada y si no es posible mantener ese tono durante todos los minutos, hay que hacerlo al menos en los decisivos, cuando ya no hay margen para que el rival reaccione. Esto ha faltado en partidos anteriores porque también el público y el club, en lo que le toque, deben poner algo más para sacar de sus jugadores ese plus de agresividad. Cambiar esta tendencia, frenar esta frustración que se contagia y recuperar ese mitificado ‘Efecto Miribilla’ que sumaba puntos y victorias, es cosa de todos.