Los sueños de Chrystel Alquier

SI hay un sueño en la cabeza, se puede realizar”, afirma Chrystel Alquier (Comps Lagrandville, 1980). No hay reto que se le resista. Desde muy pequeña, esta francesa ha decidido cumplir todos sus objetivos y luchar siempre por no quedarse en el camino. Que por no intentarlo no sea. Cumplió el gran objetivo de gran parte de los deportistas al competir con la selección de Francia de baloncesto en los Juegos Paralímpicos de Londres. Pero la cosa no se quedó ahí. Ella quería seguir superándose y aparcó esta disciplina para centrarse en el atletismo, donde se quedó cerca de la mínima para la reciente cita de Río de Janeiro. El último sueño de Alquier ha sido volver al deporte de la canasta y tratar de competir en lo más alto, fajarse con los mejores jugadores de Europa. Dicho y hecho. La gala fichó al principio de esta temporada por el Bidaideak Bilbao BSR y espera alzar un título con el conjunto bilbaino.

Alquier debutó el pasado sábado con el conjunto bilbaino. Lo hizo en la victoria de su equipo ante el Abencosa Basketmi Ferrol y lo que para muchos sería un encuentro cualquiera, para ella fue la confirmación de otro sueño más hecho realidad. Lo había conseguido, ya era parte de un conjunto pensado para competir en Europa. “Quiero agradecer al club por haberme dado esta oportunidad. Cuando vine no pensaba que sería posible jugar con un equipo así, con tres platas olímpicas y un oro, y al final se ha hecho realidad”, cuenta. Aunque la idea de Alquier no era ir a Bilbao con la intención de ser una más. En su mente siempre está la idea de progresar sin parar y decidió venir a Bizkaia para encontrar algo que en su localidad natal no podía tener: “En Francia los equipos no suelen contar con las chicas y aquí puedo jugar a un nivel más alto de lo que lo puedo hacer en Francia”.

Este año el Bilbao BSR tiene la oportunidad de pelear por tres títulos y la gala solo piensa en hacerse con ellos. Alquier es una jugadora ambiciosa y ni el todopoderoso Ilunion, gran dominador de la especialidad a nivel europeo, le aterra: “En el deporte todo es posible. Además va a venir Joshua Turek, que es un gran jugador y nos puede ayudar. Si nos esforzamos lo podemos conseguir”. Las aspiraciones de la nueva incorporación bilbaina están por las nubes. Los bilbainos llevan años rozando la gloria, pero este curso la motivación es mayor ya que todo apunta a que serán los organizadores de la primera fase de la Euroleague 2. Ganar en casa sería un gran logro para el conjunto vizcaino, sin embargo, Alquier tiene marcado otro título. “Me gustaría ganar las tres competiciones, pero me hace especial ilusión ser el mejor equipo del Estado y ganar la liga”, declara.

la canasta por el atletismo En la vida de Alquier, el baloncesto no es el único deporte. Decepcionada por el décimo puesto en los Juegos Paralímpicos de Londres, decidió dar un giro drástico a su carrera y cambiar la canasta por el atletismo. Se embarcó en una aventura y demostró tener la capacidad para adaptarse a una gran cantidad de distancias, compitiendo en pista en los 200, 400, 800 y 1.500 metros y en carretera en 10 kilómetros, medio maratón y maratón. Desde pruebas explosivas a la máxima resistencia. Una polivalencia que tiene un pequeño truco para ella: “No hago todas las distancias porque no soy lo suficiente rápida. Por lo demás, puedo competir en carreras tan diferentes porque nosotros tenemos más facilidades para recuperar que las personas sin ninguna discapacidad”.

La actividad física es la manera con la que Alquier se encuentra bien. Estarse quieta no entra dentro de su mente. Siempre con un proyecto en la cabeza y un reto que intentar batir. “Necesito el deporte para canalizar la energía que tengo. Me da un equilibrio en la vida y si no lo practico no me siento bien”, afirma la jugadora del Bilbao BSR. Aunque, ella no es de las que se conforma con participar. Si comienza una competición es para ganarla: “Soy una persona muy ambiciosa y cada vez que empiezo con un proyecto es para ganar, por eso quiero conseguir un título con este equipo”.

Una de las mayores victorias de la deportista gala ocurrió a muchos kilómetros de su hogar. La oportunidad de ascender el Kilimanjaro apareció en su vida y no se achantó ante el desafío de subir los casi seis mil metros que marcan el punto más alto de África. “Una amiga mía iba a hacer la expedición, pero tuvo una lesión y me ofreció la plaza. Soy una persona aventurera y por eso decidió hacerme este regalo”, recuerda Alquier. Así, tras cuatro días ascendiendo, el grupo llegó a la cima y la francesa se convirtió en la segunda persona en subir a la montaña africana en silla de ruedas, siendo en su día la más rápida en hacerlo: “Estará en mi corazón para toda mi vida. Es algo indescriptible y me hizo sentirme muy orgullosa, era la segunda en hacerlo en todo el mundo. Fue un sueño hecho realidad porque nunca imaginé poder hacer algo así”. Esa ascensión es otro ejemplo de la continua capacidad de superación de Alquier. Sin intención de detenerse quiere seguir cosechando logros, sueños cumplidos, y el próximo de ellos pasa por Bilbao: ayudar a su equipo en la conquista europea y estatal.