Cuando menos es más
el bilbao basket optimizó al máximo sus limitados recursos y ejecutó a la perfección un plan defensivo que condenó a la anarquía al gran canaria
SI alguien hubiera afirmado que el Bilbao Basket iba a ser capaz de ganar en su visita al Herbalife Gran Canaria sin Álex Mumbrú, Axel Hervelle y Germán Gabriel, no habría sido tomado en serio. Pero resulta que eso ocurrió ayer. Los hombres de negro demostraron que las consignas de su entrenador están perfectamente interiorizadas y se plantaron en el Gran Canaria Arena sin complejos y sin excusas, sin dar por bueno lo que cualquiera habría entendido como lógico. Antes que los individuos está el equipo y el Bilbao Basket ofreció ayer una de esas victorias de las que sus seguidores pueden sentirse orgullosos, que viene a demostrar que todo lo que ha ocurrido hasta ahora no ha sido una casualidad.
La visita a la diez veces maldita isla canaria era la prueba del algodón y Sito Alonso y sus jugadores salieron aún más reforzados. El planteamiento buscaba sacar de donde, aparentemente, había muchos menos que otros días. Había que explotar recursos hasta ahora inexplorados, como la coincidencia de Latavious Williams y Marko Todorovic en cancha. El técnico consiguió alejar a Walter Tavares de las inmediaciones del aro, donde sus 2,20 metros iban a ser imparables, y generó muchos espacios para que se movieran sus dos pívots, sin necesidad de que ninguno de ellos amenazara desde detrás de la línea de 6,75 metros.
Pues bien, los quince primeros minutos del partido fueron de lo mejor que se le recuerdan al Bilbao Basket en mucho tiempo. Había que pellizcarse para sentir como real el 16-39 que marcaba el tanteador al cabo de ese tiempo. El acierto en ataque sentó las bases de la victoria y a partir de ahí, el partido debía ganarse desde la defensa. Ni siquiera el 14-0 con el que el equipo de Aíto García Reneses despidió la primera parte hizo temblar a los hombres de negro, que tenían muy claro lo que debían hacer.
Durante toda la segunda parte, el Bilbao Basket limitó el ataque canario a situaciones de uno contra uno o como mucho de dos contra dos. Los locales no podían llevar el balón de lado a lado ni activar a sus pívots. Williams y Todorovic conectaron como si llevaran toda la vida jugando juntos y el Herbalife Gran Canaria fue incapaz de dar la vuelta a la situación, para desesperación de su público en algunos momentos en que reinó la anarquía en su juego.
Pero el mérito fue todo del Bilbao Basket que, Raúl López al margen, manejó el partido con ocho jugadores por debajo de los 26 años, la mitad de ellos novatos en la Liga Endesa, que no se arrugaron cuando los amarillos más apretaron. Solo por el soplo de aire fresco que están suponiendo merecen la pena los primeros partidos de la temporada. El talento, menos aún si es joven, no puede estar bajo sospecha en estos tiempos. Si encima los resultados acompañan, incluso en ciudades hasta ahora imposibles, miel sobre las hojuelas que dicen que el Bilbao Basket ha igualado su mejor comienzo liguero, el 6-2 de hace tres temporadas, ha conseguido ya tantos triunfos lejos de Bilbao como en toda la temporada pasada y ya ha tumbado a domicilio a todos los rivales de la ACB. Ni siquiera se le resiste Las Palmas de Gran Canaria.
marko todorovic, mvp Uno de esos jóvenes de los que Sito Alonso está sacando petróleo es Marko Todorovic, que por segunda ocasión en la temporada ha sido el mejor jugador de la jornada. Con 17 puntos, 11 rebotes, 4 asistencias, 2 tapones y 5 faltas recibidas en su cuenta de acciones positivas y 35 minutos en cancha, el pívot montenegrino llegó a los 28 puntos de valoración lo que le permite compartir la elección con su excompañero en el Barcelona Ante Tomic. Todorovic ya fue el mejor de la segunda jornada, tras la victoria en Andorra, y ayer dio una nueva lección de su variedad de fundamentos en el juego cerca de la zona.