Sin tiempo para lamentos

Bilbao. Tras sufrir el viernes en Murcia un sonoro frenazo en su proceso de recuperación, en la clara línea ascendente marcada en las últimas jornadas, el Bilbao Basket afronta hoy en Manresa el último partido de 2013, un nuevo examen en su intento de engancharse a los puestos nobles de la clasificación y de poner tierra de por medio respecto a la zona de peligro. No hay tiempo para lamentos ni para lamerse las heridas. Toca resetear para comparecer en el Nou Congost, una cancha que históricamente no se le ha dado excesivamente bien al conjunto vizcaino, con los cuerpos y las mentes en perfecto estado de revista, aunque todavía escuece el triple de Scott Wood a cuatro segundos del final que hizo saltar por los aires el 75-77 favorable con el que se llegó a los 22 segundos finales. El debate sobre la convenciencia de hacer falta o no en la mencionada acción fue ayer recurrente, como también el hecho de que los hombres de negro dejaran escapar un colchón de once puntos en un nefasto arranque de último cuarto. Y llueve sobre mojado en este aspecto.

Evitar esos dientes de sierra en su rendimiento será fundamental para opositar a la victoria en la matinal de hoy. Cuando el Bilbao Basket pone los cinco sentidos en la cancha, se emplea a fondo en defensa y logra equilibrar su ataque, acostumbra a estar en disposición de derrotar a cualquiera, pero cuando se disipa, cae en el exceso de relajación o simplemente no actúa al 100% pasa a ser vulnerable. Los de Rafa Pueyo acostumbran a ofrecer las dos versiones en los partidos y eso les convierte en imprevisibles, capaces de dilapidar fantásticas ventajas o de revolverse cuando parecen noqueados.

Ofrecer una versión sostenible, limitar las pérdidas de balón y controlar el rebote serán premisas innegociables para tratar de ganar a La Bruixa d'Or, que llega de sufrir una sonora derrota en cancha del Cajasol y que trata siempre de exprimir la efervescencia de su cancha. Recupera Borja Comenge a Álex Hernández y Rasmus Larsen dentro de una filosofía de juego en la que se prima el ataque por encima de la defensa, el descaro a la hora de percutir contra el aro rival por encima de la dureza en labores de retaguardia. Cuenta el cuadro catalán como mejores armas con notables tiradores como Salva Arco o Marcus Eriksson, Darryl Monroe, un cuatro que está sorprendiendo con su notable rendimiento, y el veterano Josh Asselin. El base Dominic Waters, muy irregular hasta el momento, es su termómetro.