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El bastión de Portsmouth

Darryl Monroe brilla en la ACB tras una carrera de perfil bajo en Europa

El bastión de PortsmouthACBMEDIA

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CHAVAL, créeme que lo siento por ti. Esa maldita lesión en el pie casi me mata. Tómate un año entero para recuperarte". Darryl Monroe (30-I-1986, Portsmouth) era un jugador de último año en George Mason University cuando escuchó, en vivo y en directo, este consejo de boca del gran Shaquille O'Neal. Acababa de romperse un hueso del pie derecho y su técnico, Jim Larranaga, esperaba animar al jugador, totalmente desmoralizado, para que agilizara su recuperación pues consideraba que su presencia interior era fundamental para que los Patriots optaran a repetir el hito que habían conquistado un año antes, en 2006: acceder a la Final Four. Para ello, el entrenador urdió un plan. Aprovechando que George Mason jugaba un torneo en Orlando el fin de semana de Acción de Gracias de 2007 y que los Miami Heat estaban también en la ciudad para medirse a los Magic, organizó un encuentro entre Monroe y O'Neal, aunque el tiro le salió por la culata. Shaq aconsejó al joven que se lo tomara con calma y así lo hizo. Se pasó la temporada en blanco y no regresó a las canchas hasta la temporada 2008/09. No le fueron mal las cosas en el plano individual -fue elegido en el segundo mejor quinteto de la Conferencia Colonial Athletic merced a sus 10,5 puntos y 7,7 rebotes de promedio-, pero el hecho de que su universidad perdiera el efímero brillo de años anteriores y su baja estatura para el puesto de ala-pívot -según diversas fuentes no alcanza los dos metros de altura- le alejaron del radar de la NBA, dando paso a una trayectoria de perfil bajo en el baloncesto europeo hasta que La Bruixa d'Or decidió confiar en él el pasado verano. Por el momento, la apuesta ha rendido notables dividendos al conjunto manresano, pues Monroe lidera a los de Borja Comenge en anotación (14,6), rebotes (6, casi la mitad de ellos en ataque) y valoración (16,3).

Tras completar su periplo de instituto en Virginia, en el First Colonial High School, Monroe pasó dos temporadas en un junior college de Florida antes de dar el salto a George Mason en 2006. Tras un curso saliendo desde el banquillo, su temporada de explosión debía ser la 2007/08, pero la lesión en el pie derecho hizo que se la pasara en blanco. Regresó un curso después y se pudo comprobar lo mejor de su repertorio: jugador fuerte, rocoso, con buena capacidad en el posicionamiento para el rebote y correctos fundamentos para suplir su baja estatura en el juego interior. Su buena temporada senior, sin embargo, pasó desapercibida para la NBA y tuvo que comenzar su trayectoria continental desde abajo. Su primer destino profesional fue la Liga holandesa, para recalar un año después, en 2010, en la Pro B gala de la mano del Maritime Boulougne. Su fuerte siguió siendo el rebote, capturando siempre por encima de los siete rechaces por encuentro, y en la campaña 2011/12 consiguió el ascenso a la Pro A con el Boulazac Dordogne, siendo pieza clave merced a sus 15,3 puntos y 9,5 rebotes.

Notable en Francia Sus números en la máxima categoría francesa apenas se resintieron el año pasado (14,7 puntos y 8,8 rebotes), aunque su temporada tocó a su fin en marzo como consecuencia de una lesión. Sin embargo, La Bruixa d'Or decidió apostar por él para convertirle en pieza clave en sus esquemas. Su debut en la Liga Endesa se vio interrumpido por una rotura fibrilar -ocurrió en el minuto cuatro y para entonces llevaba ya ocho puntos- que le mantuvo cinco semanas en el dique seco, pero desde su regreso se ha convertido en el bastión de su equipo merced a su notable capacidad anotadora y a su voracidad reboteadora, con especial efervescencia en la parcela ofensiva. Será uno de los hombres a vigilar hoy por el Bilbao Basket.