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Llora el Coyote

El Bizkaia Arena atardeció repleto de deportistas y celebridades para batir la plusmarca de asistencia en la Copa

Llora el Coyote

bilbao

Fue la eterna historia del Coyote tras Correcaminos. Cada vez que el Bizkaia Bilbao Basket asomaba por el horizonte del marcador bastaba con una trampa bien urdida, una jaula inesperada y un sprint en el marcador, gracias, sobre todo, a la mano rota de San Emeterio, para que el Caja Laboral cobrase distancia. Era Goliath contra David, al que aplastó de modo inmisericorde.

Corría por el Bizkaia Arena un viento extraño, la sensación de que el milagro ya se había obrado días atrás, frente al Real Madrid, en Vistalegre. El quinto de caballería rojo ocupa todo el frente y atacan al compás mientras los cosacos negros parecían menos -eran algunos menos...- y más descontrolados. Guerrilleros de la animación y del aliento desbocado.

Los preámbulos eran un álbum de cromos en sepia en cuyas páginas aparecían viejas glorias como Epi, Jordi Villacampa, Fernando Romay, Juancho Lagarto y un sinfín de hombres ligados al baloncesto, desde Moncho Monsalve a Manel Comas, pasando por Pepu Hernández, Txus Vidorreta, Chichi Creus, José Calderón, padre del jugador de los Toronto Raptors, José Luis Maluenda, Luis Casimiro, Juanjo Moreno, leyenda del Tabirako, Anicet Lavodrama, Nacho Azofra y un sinfín de gente de parqué, incluidos los presidentes de ambos clubes, Xabier Jon Davalillo y Josean Querejeta. Desde la distancia, el presidente de la Federación Española de Baloncesto, José Luis Sáez, y el presidente de la ACB, Eduardo Portela, se congratulaban por la fortaleza de un deporte capaz de invocar a más de catorce mil almas en el cubo mágico del BEC.

Iba y venía con ese paso rápido que da la tensión Gorka Arrinda, atento a ejercer de perfecto anfitrión. Recibió al lehendakari Patxi López y a los diputados generales de Bizkaia, José Luis Bilbao, y Araba, Xabier Agirre. En la nómina de la política también pusieron su rúbrica la presidenta de las Juntas Generales, Ana Madariaga, el alcalde de Barakaldo, Tontxu Rodríguez, Ibon Areso, en representación de Iñaki Azkuna; el alcalde de Gasteiz, Patxi Lazkoz, Isabel Sánchez Robles, Begoña y Melchor Gil, Asier Abaunza, Sabin Anuzita, Beatriz Marcos, Luis Hermosa, Juan Mari Aburto, Gabino Martínez de Arenaza, y un buen puñado de ediles y dirigentes que se entremezclaron con deportistas como Aitor Ocio, Javi Martínez, Manu Sarabia o José Mari Amorrortu, también aficionados a un partido que se anunciaba de alta tensión.

No hubo tal. El aro defendido por el Caja Laboral parecía dar calambre en el primer cuarto y electrocutar en el tercero. Fueron testigo de ello José Miguel Corres y Xabier Basañez, José Alberto Pradera, Marcos Muro, Jorge Aio, Julio Pérez Izquierdo, Guillermo Torrontegui, Itxaso Gerediaga, Alicia Garmendia, Piru Azua, Txutxo Sanz, José Manuel Monge, Josep Sinestrella, Jon Arrinda, Josean Pérez, Rafael Urrutia, de Surne, Isidro Elezgarai, Eva Maguregi, José Andrés Gorricho,director general del IMQ; Jesús Epalza, Julio Alegría y así hasta sumar más de 14.000 gargantas.