Corren malos tiempos para Ghana, que en la cuarta jornada de la fase de clasificación para la Copa de África de Naciones cayó derrotada por 2-0 ante Sudán, lo que supone no haber sumado ninguna victoria hasta la fecha.

Con Iñaki Williams ejerciendo como principal referencia en ataque, Ghana firmó su segunda derrota –la otra fue contra Angola (0-1)–, por lo que se mantiene con 2 puntos en la clasificación de cuatro equipos después de los empates obtenidos contra Níger (1-1) y Sudán (0-0). Es decir, restan dos jornadas, contra Níger y Angola, para dar caza a la segunda plaza, porque la primera ya es inalcanzable, y lograr el billete para la siguiente fase de la competición. En ningún caso dependerán de sí mismos, ya que Sudán posee 7 puntos y tiene el gol average ganado. Con todo, el avance está sumamente complicado. Prácticamente es necesaria una obra divina.

No superar esta fase clasificatoria sería un descalabro, puesto que Ghana no se pierde un gran torneo africano desde 2006; desde entonces solo ha faltado al Mundial de Rusia. Uno de los grandes problemas de este combinado es la falta de gol. En cuatro compromisos solo ha podido sumar un tanto. En este aspecto es imposible evitar la mirada hacia Iñaki Williams, que en sus 21 compromisos internacionales teniendo en cuenta los partidos amistosos y los oficiales solamente ha logrado firmar una diana, un bagaje pobre para un jugador que se prodiga en la primera línea ofensiva.

Además de las 21 fechas en las que ha comparecido con la camiseta de los Black Stars desde septiembre de 2022, en las que ha protagonizado 14 titularidades, el plantel africano solamente ha alcanzado seis victorias. Si bien, el único tanto rubricado por Iñaki sirvió para lograr una victoria ante Madagascar que permite a Ghana coliderar junto a Comoras el grupo de clasificación para la Copa del Mundo que se jugará en México, Estados Unidos y Canadá en 2026. No obstante, Ghana solo ha se ha impuesto en tres de sus últimos 16 duelos. El problema no es Iñaki Williams.

Ante Sudán, la responsabilidad del gol recaía en el delantero del Athletic. El pasado jueves saltó al terreno de juego desde el banquillo, como revulsivo, en el minuto 69. Entonces no pudo colaborar para deshacer el empate con goles, al igual que en este segundo choque ante los sudaneses, en el que ejerció como titular y disputó el partido al completo, pero de nuevo seco de pólvora. Resulta curioso sin embargo ver cómo atraviesa por uno de sus mejores momentos en Bilbao. En once citas de la presente temporada ha cosechado dos goles y cuatro asistencias.