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La novedad en la zona ancha es de la casa

Mikel Jauregizar se perfila como el refuerzo para una línea que registra dos bajas y ningún fichaje

La novedad en la zona ancha es de la casaPankra Nieto

En todas las líneas del equipo ha habido algún movimiento y, por prudencia, no se deben descartar más novedades en agosto. Por un lado, hasta cinco jugadores que estuvieron hasta el final de la temporada pasada con Ernesto Valverde han dejado de pertenecer a la disciplina del Athletic. Las salidas afectaron a un defensa (Imanol), dos centrocampistas (Dani García y Muniain) y un par de delanteros (Villalibre y Raúl García).

Además, se ha registrado una incorporación en la zaga (Gorosabel) y otra en el ataque, Djaló. Uno llegó libre tras su paso por el Alavés y por el otro Ibaigane abonaría al Sporting de Braga una cantidad próxima a los veinte millones con variables incluidas.

El capítulo de altas no contempla de momento la captación de jugadores para emplear en la media, al menos en la modalidad de fichaje. De lo visto en la pretemporada sí se deduce que engrosará la nómina Mikel Jauregizar, quien daría así el salto definitivo al primer equipo. Sin descartar que, como para cualquier otra demarcación, se promocione a algún joven más. Todavía es pronto para que el grupo quede constituido de manera definitiva, el técnico aprovecha la preparación también para analizar la conveniencia de alistar a gente procedente del filial o que consumiese el curso anterior en calidad de cedido, y prescindir de quien estime oportuno. No sería sorprendente que Adu Ares, por ejemplo, se encuadrase en este apartado y pudiera foguearse en un segunda.

Centrando el enfoque en la zona ancha, que en el invariable dibujo que utiliza Valverde reúne a dos elementos que se reparten la doble tarea de distribuir y contener y un tercero que ejerce de enlace con los delanteros, podría afirmarse que los elegidos para iniciar la nueva campaña en el once son Galarreta, Prados y Sancet. Aquí prevalecería el criterio de dar continuidad al plan más habitual durante el curso 2023-24. Este trío acumuló los números más elevados de participación, así como un rendimiento superior al del resto.

En su regreso después de un dilatado periplo por múltiples destinos, Galarreta se adaptó a lo que se le pedía. Por su desenvoltura parecía que jamás dejó Bilbao, si bien en la segunda mitad del ejercicio notó el tute que implica aguantar el revolucionado fútbol rojiblanco y, conectado a esto, sufrió varias lesiones de muy relativa gravedad. Prados, acaso por su infrautilización hasta diciembre, aportó una intensidad que le convirtió en fijo hasta mayo, mientras que Sancet alternó partidos brillantes con fases anodinas. Un año más no se libró de los altibajos en su rendimiento.

El cuarto en el escalafón fue Vesga, indiscutible de entrada gracias a su excelente comportamiento en la 2022-23 y luego relegado a raíz de los problemas físicos que no le dejaron en paz y, también, a causa de la competencia. A cierta distancia en minutos de competición ubicó Herrera, que ganó en disponibilidad, no así en influjo en el juego. Un detalle que sintetiza su papel se produjo en la final de Copa, donde no figuró entre los diecisiete futbolistas que tomaron parte.

Unai Gómez sumó casi los mismos minutos que el anterior, gracias a que ocupó dos posiciones distintas en la media. Le faltó regularidad y pecó de precipitación, dos males provocados seguramente por la inexperiencia y el hecho de no asentarse en la pizarra de Valverde. Más discreta aún fue la función que les correspondió a Muniain y Dani García, una realidad que apuntaba al desenlace protagonizado por ambos en el tramo final de la campaña, cuando anunciaron que optaban por cambiar de aires, cada cual con sus razones particulares.

Hay para todos

El listado de la 2023-24 en el centro del campo se cierra con Jauregizar, que picoteó minutos en diez encuentros y apenas le alcanzó para dejar detalles. Algo previsible en lo que no pasó de ser una presencia testimonial, una especie de toma de contacto con la categoría. En adelante, es probable que Valverde le otorgue más responsabilidades.

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La exigencia del calendario que viene favorece en principio que el técnico reparta esfuerzos. No solo entre la gente que se mueve en la sala de máquinas, pero es la que suele apechugar con el mayor número de kilómetros en los partidos. Dentro de los sobresalientes índices de intensidad y despliegue que caracterizan la propuesta del Athletic, los centrocampistas se llevan la palma. Presión, disputas continuas, velocidad en el manejo y apoyos cercanos tanto a los defensas como a los puntas. Un catálogo de obligaciones de por sí denso que, habiendo muchos compromisos fijados en días laborables que se agregarán a los clásicos de fin de semana, va a requerir del concurso de todo el mundo.

En este contexto se entiende que Jauregizar vaya poco a poco asomando y pueda darse a conocer. Le tocaría seguir la estela descrita por su amigo Unai, que culminó la temporada con casi 1.200 minutos de competición. Por descontado que este deberá experimentar un avance, en la esperanza de que Vesga se quite de encima el mal fario que volvió a señalarle en el primer amistoso estival. Si no hay fichajes, habrá que ir con lo puesto. El tiempo revelará si es suficiente para responder con nota al reto de las cuatro competiciones.