BILBAO. No ha podido ser. El Bilbao Athletic se queda sin el ansiado retorno a LaLiga SmartBank y mira con cierta envidia al Amorebieta, que será la referencia del fútbol vizcaino en la categoría de plata. Es decir, el conjunto azulón, todo un espejo en el que mirarse por humildad y gestión impecable desde sus dirigentes, asoma para muchos desde hoy mismo como un filial oficioso para la entidad rojiblanca, que le toca comunicarse con el club presidido por Jon Larrea de cara a entablar ciertas sinergias de las que se deben aprovechara ambos. Es la hora de los despachos. La hora también de aprender de las lecciones que han sacado los de Joseba Etxeberria que, al igual que el curso pasado, ha visto cómo se le ha esfumado el sueño del ascenso, con la plusvalía que supone como entrenador, a la Segunda División, como sí lo hizo seis años atrás Kuko Ziganda, que dio posteriormente el salto para dirigir al primer equipo y que hoy en día ejerce en el Oviedo. Un gol a los 108 minutos de Saúl Berjón, con pasado en la máxima categoría y que dobla en edad a la mayoría de los cachorros que han competido en el Francisco de la Hera, ha privado de la gloria a un Bilbao Athletic que se tiene que conformar con estrenar el próximo curso la nueva Primera División RFEF, formada por dos grupos y que ofrece más músculo que la ya vieja Segunda B.

Hace diez meses, el Bilbao Athletic de Etxeberria no pasó la primera criba del play-off de ascenso, al sucumbir en Algeciras a manos del Badajoz en la tanda de penaltis, y en esta ocasión la desolación ha llegado en la prórroga. Probablemente, el filial rojiblanco se lamenta del desperdicio de la última jornada de la segunda fase de la liga regular,el filial rojiblanco se lamenta del desperdicio de la última jornada de la segunda fase de la liga regular cuando se dejó el liderato al caer en su visita a la SD Logroñés para dárselo a la Real Sociedad B, que sí aprovechó la plusvalía que supone jugar como líder en este formato de ascenso para retornar a la categoría de plata cuatro décadas después, lo que se entiende como un varapalo más en la autoestima del club bilbaino. No en vano, los cachorros se han visto forzados en la prórroga para buscar el único resultado que le valía, la victoria, unas prisas de las que ha sacado tajada el Burgos, mucho más experimentado, para dar la puntilla en una acción que ha retratado un punto de fragilidad defensiva en el caso de Álvaro Núñez, un lateral con muy buenos argumentos técnicos y ofensivos, pero al que le ha penalizado cierta bisoñez.

El conjunto de Etxeberria, que sí supo leer el partido de la primera eliminatoria ante el filial del Celta una semana atrás, se va con la cabeza alta pese al batacazo sufrido ante el Burgos de los vizcainos Eneko Undabarrena, Aitor Córdoba, Galder Cerrajería y Unai Elguezabal. Solo ha sufrido cinco derrotas en los 27 partidos recorridos en esta atípica temporada marcada por la pandemia del covid-19, que también ha servido de lección para los jóvenes futbolistas rojiblancos, pero en estos últimos 120 minutos del curso han pagado su falta de pegada, ya que apenas han disfrutado de claras ocasiones de gol y sus dos máximos artilleros, Juan Artola y Nicholas Williams, no han podido decidir ante el área castellana, que se ha convertido en un muro infranqueable para los cachorros, que únicamente no han visto puerta en cuatro encuentros. Los cachorros, con todo, se acercan un poquito más a convertirse en leones.